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El ruido de motores se hace más intenso, indicándome que ya va siendo hora de prepararme. Me subo a mi motocicleta y me bajo el casco que llevo puesto, ya que lo tenía medio subido. 

Hago marcha lentamente hacia la multitud, siguiendo a las demás motos, que se van posicionando cerca de la línea de salida.

" En cinco minutos empieza la carrera más reñida del año....  

¡Corredores, a sus puestos! "

Oigo la voz del interlocutor a través de los altavoces e imito a los demás corredores, que dan gas al motor para hacer más ruido. Es la carrera más esperada del año y, ciertamente, tengo cierta sensación de nerviosismo.

Llevaba todo el año subiendo de puestos, no podía fallar ahora. El último día del año. Una sola victoria más y sería la primera en el puesto. La primer mujer que lo consigue.

La primera.

Suspiro y me mentalizo para la carrera. Quedan tan solo un minuto y noto todos mis músculos realmente tensos. Es el minuto más largo de mi vida.

Finalmente, oigo el pistoletazo de salida y salgo disparada de mi puesto. Noto cómo el viento azota cada parte de mi cuerpo, y siento la misma sensación de libertad que me invade cada vez que corro. 

El circuito está diseñado para acabarlo en una hora y media, por lo que intento sentirme cómoda e ir avanzando poco a poco, para así poder dar más de mí en el final. 

Las calles vacías van pasando por mi campo de visión, recorro todo la ciudad, ahora vacía y oscura. Alguien se posiciona a mi lado, pero no dejo que me avance. 

Voy la segunda, no voy a dejar que nadie me adelante porque eso es lo que tengo que hacer yo con el primero. Adelantarlo.

Aumento la velocidad y, a poco a poco, voy dejando atrás al motorista que me seguía de poco.

Falta tan solo un cuarto de carrera, y ya veo al primer motorista, cada vez más cerca mío.

Nos posicionamos al mismo nivel.

Vamos a una velocidad demasiado alta, pero ninguno de los dos va a rendirse. No ahora. No en la carrera más importante del año.

De repente, noto como el motorista frena de golpe y miro hacia atrás, sorprendida. ¿Qué le pasa? ¿Acaso no quiere ganar?

Miro hacia atrás, extrañada.

De repente, escucho el sonido de unas llantas chirriar y visualizo al motorista aumentando su velocidad, dirigiéndose justo al lugar al que estoy yo parada.

Su velocidad se triplica y yo, al ver que va directo a mí, intento manejar fuera de su alcance, pero es demasiado tarde.

Instantes después, todo se vuelve negro.



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