Indomable

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Andaba caminando tranquilamente por la calle, con las manos metidas a los bolsillos de mi abrigo azul. No prestaba atención a las personas a mi alrededor, tan solo me concentraba en los lugares por donde pasaba, quería ir a un lugar en específico.

Mi andar se detuvo al tener mi objetivo en la mira. Una cafetería.

Me acerqué al ventanal y vi lo que venía a buscar en el café.

Sobre la barra se encontraba un chico de cabellera rubia desordenada, con ojeras alrededor de aquellos ojos que combinaban el azul con el amarillo, muy hermosos a simple vista. Parecía estar muy concentrado en su teléfono.

Cómo pasa el tiempo, ¿no crees?

¿Por qué tienes esa cara de espanto? ¿Todo está bien?

No pareces querer apartar tu mirada de aquella hoja de papel. Se notaba a kilómetros cómo tus manos temblaban mientras tus dedos apretaban aquella hoja donde se presentaba tu subgénero.

Los chicos y yo intercambiamos miradas, extrañados debido a tu reacción. Quise tomar la palabra para romper aquel incómodo silencio, pero apartaste la mirada de aquel papel, y ahora nos mirabas a nosotros con ojos cristalinos.

—¿P-por qué...?— tu voz sonaba quebrada, a punto de romper en llanto. No nos diste oportunidad de hablar a ninguno de nosotros, tus amigos, ni siquiera pudimos acercarnos, pues saliste corriendo de aquel lugar como alma que lleva el Diablo.

Vi cómo un chico, de pelo marrón y apariencia rebelde, se acercaba a la barra, el rubio apartó rápidamente la mirada de su celular.

Su expresión era de fastidio al ver al otro muchacho frente a él. No me extrañaba, mi rostro también tenía esa misma expresión, solo que con la diferencia de que en mi ojo izquierdo no se producía un tic nervioso como en el suyo.

Desde aquí, ya podía imaginarme la conversación, pero quería entrar para confirmar mis sospechas.

Entré, notando a varios conocidos dentro del lugar. Primero noté al Beta pelirrojo de nombre Kyle Broflovski, y al parecer se encontraba en una cita con su novia, Rebecca Cotswolds. A esa Omega la considero un bicho raro al igual que a su hermano gemelo, Mark, ambos serán muy nerds, pero en términos sociales son muy raros, ¿aunque qué se puede esperar de esos dos teniendo unos padres que los educaron en casa y no les dejaban salir ni para interactuar con gente nueva durante la infancia y parte de la adolescencia?, y al parecer Broflovski está rendido ante ella, se le ve muy feliz, e incluso puedo oler las feromonas alegres provenientes de la Omega.

En otra mesa podía ver a Stan Marsh y a Wendy Testaburger. Tengo entendido que aquel Alfa y aquella Beta están celebrando su octavo aniversario como pareja.

—¡Hey Craig!— mi mirada pasó a otra de las tantas mesas, en ella se encontraba mi grupo de amigos; el otro Alfa a parte de mí, Token Black, y los Betas, Clyde Donovan y Jimmy Valmer. Fui directamente hacia ellos. —¿Vienes por tu presa?— cuestionó Clyde sin vergüenza una vez que me senté con ellos.

—A-a-a-amigo, que Tweek no-no te oiga.— le avisó Jimmy, mirando discretamente hacia la barra.

Ellos muy bien sabían que no me gustaba consumir café y que mi razón principal de venir a este lugar era únicamente por el rubio Omega (y tal vez por alguno de los dulces que éste hacía).

Hice la misma acción que Jimmy de mirar hacia la barra discretamente —¿Ese idiota francés no se cansa?— murmuré en un tono de desagrado.

—De seguro debe ser la misma discusión de siempre.— dijo Token rodando los ojos.

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