Una mañana llegue a casa de la abuela y vi todos sus geranios del patio trasero destruidos. Comencé a llorar y no entendía quién era responsable de tal atrocidad.
Hasta que vi pasar a Tommy , Layo y Susy sus 3 gatos adorados de la abuela. Ellos eran los únicos responsables.
La abuela me vio. Se acercó y secó mis lágrimas. Me contemplo con dulzura y me dijo que todo tiene su ciclo y que dejará de tener geranios pero ahora en su lugar tendrá bonsais.
Me dio toda la explicación del cuidado de estas plantas. Del arte que implica y las clases para las que se había anotado.
Intenté comprender aunque no lo entendía por completo . Sabia que el amor de mi abuela hacía sus plantas había reemplazado por el amor a estas pequeñas bolitas de pelo que tanta compañía le hacían ahora.
Así que decidí mantener por siempre mis geranios. Ya que no volvería a verlos en casa de la abuela.