'Mark Tuan reacciones'

working day

Traducción: "Día de trabajo" 

Ya eran más o menos las ocho de la noche y Corea comenzó a anochecer tranquilamente mientras que yo esperaba a Mark del trabajo. 

Era un día de semana muy estresante para casi todos los miembros de JYP, muchos comebacks estaban cerca y necesitaban practicar.
Uno de aquellos grupos en práctica, era GOT7. Cada uno de ellos siete se encontraban en la empresa desde las siete de la mañana para ser exactos. Era como vivir sola por trece horas al día, aun así, entendía el trabajo de mi novio y de hecho, fue unas de las cosas que me recalcó al momento de formarnos como pareja.

- ¡Ya llegué! -la puerta de nuestro apartamento fue cerrada, que de a poco unos pasos firmes sonaron del suelo. No se hicieron de esperar los ladridos de Milo por la casa, quien, al momento de escuchar la voz de Mark y la puerta juntos, salió de nuestra habitación al living.
La cabeza castaña de Mark se dio a ver y rápidamente el cuerpito de Milo fue a las piernas de él. Me levanté del largo sillón y de a poco, con una sonrisa, recibí a Mark con los brazos más que abiertos.

- Hola ratoncito. -Mark levantó a Milo del suelo y ambos se unieron a base de besitos por parte de Mark, mientras que el canino a lambidas. Pero no duró tanto para así darme aquella mirada cansada, pero a la vez feliz.

-Hola ratita. -su voz cansada se hizo presente al mismo instante que sus labios y manos hicieron contacto conmigo. El beso no duró menos de seis segundos. Sin poder evitarlo lo abracé fuerte.

- ¿Cómo te fue hoy, amor? -mi cabeza pasó a recostarse en su pecho. Mis oídos percataron ahí nomás sus latidos acelerados. El sonido que tanto me hizo falta estas horas.

- Perfecto, solo queda practicar un poco el baile y ya estamos para sacar el álbum. -su voz sonó muy áspera por mi acercamiento a sus cuerdas vocales.

- Eso es asombro. -dejé de escuchar su interior y lo vi. Él a mí. Y con tan solo aquella mirada, ambos fuimos al sillón. Mark se posicionó arriba mío y allí descansó, en mis caricias. Sus ojos se cerraron un poquito.

- No te duermas, ratón. -dije suavemente.

- Solo los mantendré cerrados. -dijo bajo.

- Sí, claro. Todos sabemos que esto termina en una cerrada de ojos duradera.

-En serio. -levantó su cabeza y me hizo unos movimientos con sus ojos. Rio. Su cabeza vuelve a mis piernas y para evitar perder el control de mí misma y caer en el sillón para dormir, decidí darle una gran negociación.

- El ratoncito no dormirá porque ya es hora de comer. -como si fuera maga, sus ojos se abrieron como platos y se levantó como un rayo.

- ¡Síí! -hizo su típico grito agudo para soltarme e ir corriendo hacia la cocina.
Lo imité, corrí detrás de él y entramos ambos, al mismo tiempo, a la cocina. La mesa adornada por cubiertos y platos estaba a la vista acompañados por dos platos grandes de pizza y parte de comida típica de mi país. -Te amo, te amo, te amo.

- Ya lo sé. - miré sus ojos de costado y claramente brillaban al ver tanta comida al frente.