Hace tiempo comencé a reflexionar, sobre ti, sobre mi, sobre nosotras... Y es curioso, ¿sabes? Porque al principio sólo fue un capricho, luego realmente comencé a quererte, y después me enoje tanto que hasta creí odiarte. Qué cosas, ¿no?
En realidad, creo que nunca debimos estar juntas para empezar, no es normal que una chica que apenas sabes como se llama venga y te diga "hey, me gustas ¿quieres ser mi novia?" Menos normal debería ser que la otra persona te diga "okay, provemos" Digo, un poco de precaución, ¿no?
Como sea, hacia tanto tiempo que no me emocionaba tanto un mensaje... y supongo que es porque nunca le había dado la confianza a otra persona para que venga y me hable bonito. Esa era tu carta bajo la manga, sabias cómo y cuándo hablarme bonito. Y de a poco, lo que creí que era un capricho comenzó a sentirse más real. Recuerdo que nuestra primera llamada fue un desastre, yo estaba en casa de mis abuelos, tenía una señal horrible y tu estabas casi a escondidas; eso debió darme un indicio, pero esa desastrosa llamada me pareció tan cautivadora que lo deje pasar.
Las palabras bonitas comenzaron a llegar con menos frecuencia, y en vez de eso eran reemplazadas por tus problemas. Pero hey, me sentía tan bien al poder consolarte, al brindarte palabras de apoyo, que pensé que solo era una mala racha de parte tuya, que pronto volverías a hablarme como me habías acostumbrado a leer.
Tristemente, no pasó así.
El clamado 14 de febrero se sintió frio, y mi cumpleaños para que decir, apareciste algunos días después pidiendo disculpas por el olvido, mostrando regalos que supuestamente eran para mí, pero que estaban a millones de kilómetros de distancia.
¿Qué nos pasaba? Comencé a dejar de insistir, pero me preocupaban tus problemas. Contabas unas historias realmente buenas, tan buenas que hasta el dia de hoy no puedo diferenciar que era real de lo que no. Intenté apoyarte como último esfuerzo, porque ya no quería continuar con eso que me daba dolores de cabeza.
Y esta es la parte que más me enoja de toda la historia, porque yo planeaba terminar como dos personas maduras, pensé que podíamos quedar en buenos términos debido a todas las amigas en común que teníamos, pero no.
¿Qué derecho tenias a tratarme de esa manera? ¿Piensas que soy de hierro? ¿Qué porque iba a terminar contigo soy una cualquiera? No tenias el derecho, tampoco la necesidad de decirme todo aquello. Y aún así lo hiciste, no un día, no dos, fueron tres días horribles. Realmente te odié esos días.
Soy una persona que se recupera rápidamente y sigue adelante, pero durante esos tres días, cada vez que creía que me levantaba, llegabas tú con tus mensajes a hundirme otra vez. Si no es por una amiga que interfirió, me pregunto cuantos días hubiesen sido.
Tuviste problemas con nuestro grupo de amigas, me echaste toda la culpa y fingiste falsa inocencia. Te fuiste del grupo, publicaste cosas y por un tiempo me dejaste tranquila. Me recompuse, seguí adelante y continué con mi vida. Si, estuve triste, pero no era el fin del mundo.
Aunque siempre tuve una duda, ¿qué querías de mi? Fue una de las cosas que me dijiste, que no alcanzaste a sacar todo lo que querías de mí, ¿qué podía darte una chica como yo?
Al tiempo después volviste, te disculpaste, y me contaste historias de tus intentos de suicidio, sabías que era sensible a ese tipo de cosas, más cuando decías que era mi culpa. Y yo sabía que no tenía nada que ver, pero el sólo pensamiento de que fuera real me estremecía completamente. Y acepte que volvamos. Pero esta vez, ya no había cariño de mi parte.
Y fue tan raro, porque ahora tus palabras bonitas me parecían irritantes, tus constantes piropos me hacían rodar los ojos y contestar tus mensajes era más obligación que otra cosa. Yo me considero una chica inteligente, pero debo reconocer que esto es lo más bajo que he caído.
No aguante más y fui un poco menos dura que tu al romper, no te trate mal, pero fui sincera y directa. Creo que eso te dolió más que si te hubiese insultado. Tu amiga me mandó mensajes, y confirme mi pequeña suposición, realmente me había metido con una chica muy complicada. Y esta vez, rompimos definitivamente.
Fue un alivio muy placentero, estar soltera fue considerado uno de los placeres de la vida para mi, aún lo sigue siendo.
Pasó mucho tiempo hasta que volví a saber de ti, y sinceramente mi cabeza dolió al solo hecho de saber que querías hablar conmigo. Una última vez, eso me dijeron. Y accedí.
No sentí nada, ni pena, ni rabia, ya no estaba enojada, no tenía cargos de consciencia, tampoco estaba feliz por leerte. Lo único que noté fue que esta vez fuiste sincera. Pero sólo porque todo lo que me dijiste y acusaste injustamente te paso a ti.
Fuiste un juego, y recién ahí te diste cuenta de lo doloroso que es. Jugaron contigo igual que tú jugaste conmigo, y sólo ahí pudiste pedir disculpas de corazón ¿De verdad necesitabas llegar a eso? ¿Así de extrema?
Te deseé suerte, y que ojalá encuentres a alguien que te quiera como yo lo hice en su momento. Porque hubo un tiempo en que realmente aceleraste los latidos de mi corazón. Y esa fue la última vez que hablamos, recomponer mi vida fue mucho más fácil de lo que pensé.
No me falta amor, tampoco amigas que me brinden sus sonrisas. Tengo una taza de café que acompaña mis desvelos por lectura y mis ganas de seguir adelante.
Y no es que sea egocéntrica, narcisista ni nada por el estilo, pero mi cariño es sincero, y si hubiésemos seguido juntas, sin aquella primera ruptura, habría hecho lo imposible para reducir esa distancia a solo unos centímetros. No quería regalos, ni cosas materiales, quería cariño, sinceridad y una relación sana. En fin, ¿qué se le puede hacer? Cada cosa pasa por algo.
Fuiste la chica que me dejó atrás, y sinceramente, me alegro que así sea.
Ojalá seas feliz, porque yo realmente lo soy. Y si hay un último consejo que puedo darte, sería que priorices tu salud mental. Ámate, ámate como sólo tu puedes amarte, encuentra la tranquilidad contigo misma, aún estado sola, aprende a sanar, a reconocer lo bueno que tienes y eso que debes mejorar. Y una de las cosas más importantes, no gastes tu tiempo haciendo el mal a los demás, porque no hay sensación más bonita que sentirse pleno con uno mismo.
Atte. Una chica del montón.
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A la chica que me dejó atrás
Short StoryAveces, en el calor del momento, tomamos decisiones que no son del todo acertadas, y cada decisión tiene su consecuencia. Y cuando uno es joven, estas cosas parecen no importar. "A la chica que me dejó atrás" es una reflexión en torno a una relació...