One Shot

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Con los ojos vendados, las manos atadas detrás de su espalda para evitar cualquier oportunidad de tocarse, Jungkook estaba sentado, completamente desnudo, con sus piernas abiertas y la espalda apoyada en el respaldo de la cama, dejando todo su escultural cuerpo a la vista, sólo para Namjoon.

Según el mayor, Jungkook se había portado mal, en su ausencia, había hablado demasiado bonito y muy de cerca con Min Yoongi.

Namjoon los había encontrado justo antes de que sus labios pudieran tocarse.

Tenía que admitir que el chico era rápido, apenas lo había dejado menos de una hora, dandole permiso para quedarse en el bar sin su compañía mientras él hacía otras cosas. Y apenas en un rato ya estaba sentado sobre aquel rubio de cara bonita.

No eran novios, no tenían la intención de serlo, pero en su extraña relación de buen sexo eran una pareja, pero más que nada, Jeon Jungkook pertenecía únicamente a Kim Namjoon, y nadie más.

Había arrastrado con furia a Jungkook hacia el auto, y luego discutido hasta llegar a casa, donde la frase de “Te follaré tan duro y tan bien que no querrás ni imaginar estar con otras personas” marcó el inicio de un desafío.

A lo que el castaño había respondido con un “Ni si quiera vas a escuchar un puto gemido de mi boca, porque cualquiera puede dar una buena follada, Kim Namjoon”.

Así que ahí estaban, ambos en el cuarto que siempre era testigo de todos sus encuentros.

El castaño caminaba de un lado del cuarto al otro, admirando al chico con ojos lujuriosos, mientras una mano tocaba su mentón, pensativo.

No podía resistirse al menor, menos si estaba tan a su merced, pero el castigo era la razón de eso, y estaba calculando fríamente qué hacer, sin querer caer en golpes, o nalgadas, o asfixias, no era mucho de ese tipo de cosas.

El sexo duro le gustaba más que todo eso.

El problema era que a Jungkook también le gustaba que le den duro, como Kim lo hacía.

Por algo eran tal para cual.

Aunque eso ahora les jugaba en contra.

—¿En algún momento vas a empezar? —preguntó el pelinegro con fastidio, se estaba cansando y comenzaba a sentir algo de frío, ya que la calefacción estaba baja, la idea era que ellos calentarían el ambiente, así que el cuarto siempre estaba bastante fresco hasta que ellos hacían lo suyo.

Namjoon sonrió un poco, con gracia por la actitud del chico.

Sin decir nada, se acercó a él, Jungkook movió su cabeza en dirección al ruido de las sábanas mientras lo sentía avanzar.

Sintió la mano de Namjoon tomar su mentón, alzando su rostro y juntando sus labios con fuerza, haciéndole inevitable escapar de aquel húmedo beso.

El mayor se apoderó de su boca con violencia, recorriéndolo completamente.

Sintió la mano del chico recorrer con la punta de sus dedos su muslo, llendo hacia la parte interna, haciendo que un escalofrío lo recorriera, conforme el otro subía por su piel para acariciar de la misma manera su miembro, aún dormido.

Namjoon separó sus labios, escuchando la respiración agitada de Jungkook por aquel beso.

—Voy a hacerte rogar para que empiece, mi Sunshine.

Jungkook quiso reír.

Sintió a Namjoon alejarse de su rostro, pero volvió a sentir sus labios sobre su cuello, lamiendo y succionando su piel, mientras sus manos tocaban sus muslos peligrosamente cerca de su pene, pero nunca lo suficiente, llendo hacia su torso, hasta terminar en sus pezones, retorciéndolos un poco, apretándolos, mientras la boca de Namjoon descendía hacia su miembro, dejando chupetones por todo su pecho y torso.

❥ Sunshine → [Namkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora