Buscándote.

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El brillo insoportablemente blanco se metía por los ojos apenas entreabiertos, llevaba al menos una semana ahí y aun no se podía acostumbrar a lo "brillante" del aquel castillo, era como si todo lo que tocaras soltara ese molesto brillo que lanza la reina chispitas. Sus colmillos se hicieron visibles al soltar una pequeña risa, luego miró hacia el techo borrando la mueca de inmediato, bufó, estaba tan atrapada en si misma, como en la innecesaria pomposa cama en la que se encontraba, no podía creer lo tanto que podía extrañar una cama tan dura, se preguntaba si Adora habrá pensado lo mismo. Adora, mientras luchaba por no soltar su nombre así de fácil, desgarró un poco algunas de las mantas de la cama para poder salir. Adora era una cosa más difícil,  fue hasta el espejo, sus manos se dirigieron hasta donde debía estar el chip de Hordak primero, Adora era más difícil porqué al parecer siempre la estaría salvando...hasta ahora. El beso había sucedido, un día realmente feliz después de haber derrotado a todos los enemigos, incluida ella, que podría verse así, aunque esos puntos de vista eran una faceta negativa que debía borrar de su vida. Observó con inseguridad su cabello corto, el problema es que parecía que Adora había tomado cierta distancia de ella, y se preguntaba porqué, se habían confesado su amor ¿No? Si iba a ser así  ¡Entonces porque la traía a este maldito castillo! Luego de ese pensamiento, un pequeño rastro de ira hizo que botara una pequeña peineta hasta el suelo, para después observarla con tristeza, cerro los ojos.

"ok, Catra, tranquilízate..." Se dijo para si misma, por el pasillo fuera de su habitación se escuchó la risa de Adora, junto al chico irritablemente tierno de las flechas, al parecer para tomar desayuno. " voy a necesitar ayuda". Se dirigió hasta el pasillo para seguirles el camino, quizás escuchar de que reían tanto, para eso eran sus orejas. Al llegar al comedor, buscó tímidamente su asiento, el que estaba acostumbrada, para su suerte, Scorpia se encontraba ahí, ya que fue invitada a quedarse en lo que cumplía su próxima misión de reconstruir su reino, donde estaba la zona del terror. En los días previos,  como forma de redención, y para poder dormir tranquila en la noche, a ver si su culpa la dejaba en paz por un momento, se había acercado a su amiga, para pedir perdón por su comportamiento con ella, pasaron una tarde entretenida, Scorpia al parecer no le había costado mucho darle una real segunda oportunidad. En lo que hablaban, Catra dirigía su vista levemente, hasta Adora, consciente del daño que le había hecho, ambas se miraban, solo que no lograban coincidir. 

"Hey gatita ¿Sucede algo?" Preguntó Scorpia, ella solía ser un poco distraída, pero notaba cuando a la castaña le sucedía algo, bueno, porqué si era una persona expresiva, por mas que se haya empeñado en expresar furia una gran parte de tiempo, aunque lo quisiera ocultar, también expresaba lo demás,  sonrió un poco, diciéndoselo con suavidad, temía hacer sentir avergonzada a la otra por mostrar otro lado de ella, aunque quizás solo se le haya escapado. 

"¿No te sucede que te preguntas que rayos hacemos aquí?" preguntó Catra en voz baja, con molestia, sin poder evitar mirar hasta Adora, quien comía como si nunca hubiera probado un pastel. 

"¿Lo dices por Adora?" dijo la peliblanca con inocencia, con una de sus pinzas en su mentón, provocando que Catra saltara de la sorpresa.

"¿Qué? ¡No! ¿Por qué...?" La otra no logró decir nada concreto. "¿Como?" se limitó a decir. 

"No se lo que haya sucedido entre Adora y tú, pero del día después de que She-ra salvara el mundo, hasta ahora se les nota un poco alejadas, extraño, ya que pensé que ahora que eres buena, iban a ser amigas ¿No?" Expresó Scorpia. 

"Si..." suspiró Catra, revolviendo su taza de leche con chocolate, su única y favorita bebida desde que le probo hace tres días. 

"No pongas esa carita, necesitas un abrazo."

"Ni se te---" Catra solo callo al sentir los grandes brazos rodeándola, claro que tenia rostro de molestia, pero tampoco se lo iba a negar, no en estos tiempos. 

Por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora