Capítulo único

524 35 12
                                    

Llevo todo el día fuera de casa de entrevista en entrevista. Ni el día de mi cumpleaños me dejan tranquilo para comer. Claro que tampoco es que importe, ya que Louis ni me ha llamado para felicitarme

Por la mañana, cuando me he ido, seguía dormido ocupando casi toda la cama, aún con lo pequeño que es. Supongo que me tiene mal acostumbrado con sus detalles románticos a la par que locos. Como hace tres años, cuando me llevó a celebrar mi cumpleaños al parque de atracciones. Me hizo subir a la montaña rusa a las que le tengo pánico, pero accedí a una de las más suaves y sólo porque él iba conmigo. En una de las bajadas, una de las peores, vio que era el mejor momento para pedirme que viviésemos juntos. Llevábamos tiempo con esa idea pero por una razón u otra nunca dábamos el paso, además de que aunque prácticamente vivíamos juntos, Louis era más reacio a dar el paso. Y una vez que lo había decidido no se le había ocurrido hacerlo de una forma normal. Tan grande había sido mi alegría que ni me había enterado que el viaje en la montaña rusa había terminado hasta que lo vi levantarse para salir. En este año no es que estuviese esperando una de sus locuras pero al menos una felicitación o algo.

Al fin eran las ocho y media. A lo largo de la tarde había llamado a Louis como siempre hacía, pero él no me había cogido, cosa que me preocupaba pero también me molestaba. Justo hoy, de entre todos los días, no había forma de localizarle. Sin duda, este cumpleaños va a pasar a la historia como el mejor de todos, pensé de una manera algo irónica viendo como estaba marchando el día.

Llego a casa y me encuentro las luces apagadas. Ahora mi molestia pasa a preocupación pues a estas horas Louis ya tendría que estar en casa. Aparco el coche en la entrada y subo corriendo las escaleras que dan a la casa. Abro la puerta nervioso y me encuentro en el salón a mi "maravilloso" novio tirado en el sofá, a oscuras, comiendo palomitas mientras ve un partido de fútbol. Me quedo tan alucinado que, cuando salgo del shock, lo único que hago es irme directo a la habitación sin saludarle pero pegando un portazo para que se entere bien de que he llegado.

Ha sido un día horrible y esto ha sido la guinda del pastel. Hablando de pastel...ni pastel de cumpleaños tendré. De tanto estrés acumulado siento el cuerpo entumecido así que lo mejor será darme un baño de sales. Usaré las de olor a fresa, amo ese olor y me relajan. Es uno de mis pequeños placeres ocultos, que jamás confesaré a nadie.

No sé cuánto tiempo llevo en el agua cuando escucho abrirse la puerta. Sólo puede ser Louis con lo que me hago el dormido apoyando la cabeza hacia un lado. ¡Me niego a hablar con él!

- Harry -le escucho llamarme- Harry -repite.

Al ver que no hay respuesta, sigue insistiendo.

-Haaaaaaz -ante ese nombre no puedo callarme.

- ¡No me llames así! -él me había puesto ese apodo y solo él me llamaba así y me encantaba, pero no en este momento.

- ¿Por qué? -preguntó.

- Me estás tomando el pelo, ¿verdad? -esto ya era el colmo.

- Hazzita no seas tonto, no me he olvidado de qué día es hoy.

- ya, ¿y qué día es? -pregunté irritado.

- ¡El día que ponen nuestro plato favorito en Nandos! -dice emocionado.

- ¡Lárgate de aquí! -grité frustrado salpicándolo con el agua.

- Es broma mi cosita linda, no te enfades -dijo arrodillándose a un lado para, sumamente despacio, meter la mano en el agua y acariciarme el pecho parándose en mis pezones, frotándolos y pellizcándolos suavemente.

- Aparta las manos -demandé, aunque mi cuerpo pedía más, ya que involuntariamente me moví hacia su mano suplicando en silencio otra caricia.

- Venga termina de bañarte. Abajo te espera una sorpresa -dijo alejando la manos no sin antes rozarla contra mi pene, calentándome más aún.

My two favourite things (Larry OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora