Pasaré una vida entera amándote, y todas las que vengan después.
Hoy te escribo porque la soledad me ha inundado de repente. He sentido un extraño pinchazo en mi corazón al despertarme y notar que no estabas a mi lado en la cama. Puede que suene extraño, pero por un momento sentí que estarías junto a mí cuando estiré mi brazo para alcanzarte. Sin embargo, solo encontré a mis peluches. Porque sí, me haré mayor, pero seguiré durmiendo con ellos porque es bonito sentir que mi cama no está vacía.
Era de noche, creo que ya rozaban las cinco de la mañana, y la única iluminación que había era el brillo de la luna a través de mis cortinas. Froté mis ojos con confusión y miré a mi al rededor, con esfuerzo, escuchando repentinamente una notificación en mi teléfono. Fue ahí cuando un tonto se dio cuenta de que los sueños no son la realidad. Tú no estabas a mi lado, ni lo ibas a estar hasta quizá dentro de mucho tiempo, por lo que me volví a dejar caer en mis cojines, envuelto en tres mantas que a punto estaban de caerse gracias a lo revoltoso que soy mientras duermo. Aún con todo, no pude volver a dormir porque no podía encontrar una simple posición que me fuese cómoda. Di vueltas, y vueltas, y más vueltas, hasta que me rendí a la frustración y dejé escapar las lágrimas que, sin darme cuenta, había estado reteniendo.
Quería agarrar mi teléfono porque sabía que tú estarías despierto a aquella hora, enviarte un mensaje pidiéndote que me dijeses que me ambas, pero no me atrevía a hacerlo. Nunca he sido una persona que suele demostrar sus sentimientos, una que pide auxilio cuando lo necesita, así que me limité a hundirme en mi propia oscuridad mientras tú, al otro lado del mundo, estarías quizá esperándome. Tenía que pedirte perdón, porque a veces te esquivo durante las mañanas. A esa hora, soy más vulnerable, más irascible, más imposible. Nunca he querido hacerte daño, y por eso espero a que te quedes dormido para poder contestarte con propiedad.
Todas las mañanas pienso en ti como jamás he pensado en nadie. Empiezo a reflexionar y quizá no soy consciente del tiempo que sigue corriendo a mi al rededor. A veces no quiero moverme de la cama pensando en que, en cualquier momento, cruzarás la puerta de mi cuarto y me llamarás dormilón por seguir envuelto entre mantas. Sin embargo, rara vez estoy durmiendo, porque lo que más hago es pensarte. Me aferro a las sábanas como si fuese a encontrar tu olor en ellas, aunque si quiera sé como es porque jamás he tenido la oportunidad de deslizar mi nariz por tu cuello. Mi cabeza busca una respuesta al porqué no estás junto a mí, al porqué tuvimos que nacer en dos polos opuestos, al porqué tuvimos que tener una vida tan complicada que hace más difícil que estemos juntos. Si tuviese la oportunidad, abandonaría todo por ti. Sin importar que, como, cuando o donde, siempre iría a buscarte porque eres lo único que me mantiene respirando.
Si te lo pidiese hoy, ¿te quedarías toda una vida a mi lado? Quiero intentarlo. Quiero lograrlo. Quiero que, algún día, cuando te tenga delante, pueda decirte: "lo conseguimos", para entonces besarte; quiero que despertemos juntos todas las mañanas, sonreír al ver tus ojitos abrirse poco a poco, tus párpados cayendo continuamente por el exceso de luz y tus labios algo más hinchados de lo normal; sonará extraño, pero quiero limpiar ese rastro de saliva que cae de la comisura de tus labios cuando te quedas dormido con la boca entreabierta, mientras admiro la ternura que desprendes; quiero entrelazar nuestros dedos de la manera más simple, mientras acaricio con mi pulgar tu mano, dejándome llevar por la calidez y la suavidad que ésta me otorga; quiero buscar tus ojos achocolatados para cerciorarme de que no vivo en un sueño, al menos ya no por más tiempo; quiero, quiero, quiero, quiero...
Quiero tantas cosas que ni si quiera sé por donde empezar. Me repitieron mil veces que el amor a distancia era complicado, y que jamás podría lograr una completa felicidad de aquella forma. Sin embargo, ¿que saben ellos? ¿Que saben ellos de mis sonrisas furtivas al pensar en todo aquello que me recuerda a ti? ¿Que saben ellos de mi corazón latiendo con fuerza cuando escucho nuestras canciones? ¿Que saben ellos de lo feliz que me vuelvo cuando te leo, te escucho o te veo? ¿Que saben ellos de lo que escondo tras la puerta de mi habitación? ¿De mis escritos, de mis melodías, de mis movimientos, de mis trazos? ¿Que saben, si no saben nada?
Puede que las lágrimas sean difíciles de contener cuando pienso en todos los kilómetros, puede que el tiempo se detenga cuando espero que avance más rápido, puede que no sea fácil el llegar hasta ti por toda la distancia, pero te prometo que algún día, les haré callar. A todos mis demonios, a todas mis voces. Porque puede que me haya despertado sintiéndome solo, pero estoy más completo que nunca. Porque la soledad es mi vicio durante la mañana, entre aquellas horas en las que no te tengo porque yo estoy viendo el sol y tú la luna, pero cuando veo tus notificaciones sé que no tengo miedo alguno. Porque por una vez, mirar cara al futuro es como una esperanza. Una esperanza en la cual tus maletas escapan de entre tus manos para venir a abrazarme entre inevitables lágrimas. Y te prometo que te amaré no solo ayer, hoy y mañana, si no que lo haré por el resto de mi eternidad, hasta que todas mis llamas se apaguen. Hasta que de mí no quede ni polvo.
ESTÁS LEYENDO
Toda Una Vida || TaeKook
RomancePasaré una vida entera amándote, y todas las que vengan después. •One Shot •ᴀʟʟ ᴏꜰ ꜱᴛᴏʀɪᴇꜱ ᴀʀᴇ ᴏꜰ ᴍʏ ᴏᴡɴ ᴄʀᴇᴀᴛɪᴏɴ, ɪ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴀʟʟᴏᴡ ᴄᴏᴘɪᴇꜱ ᴏʀ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴛɪᴏɴꜱ ᴡɪᴛʜᴏᴜᴛ ᴘᴇʀᴍɪꜱꜱɪᴏɴ.