IV

402 73 10
                                    

Aún un mes después de su plática con el Capitán Wu, ChanYeol no puede dejar de darle vueltas a sus declaraciones. Duras palabras adecuadas para la dura situación. Mientras ve al Príncipe revolotear cerca de un cardumen de coloridos peces, tratando de camuflarse imposiblemente entre ellos y apresurándose a otro grupo cuando esos se dividen y escapan; le da la razón al pelinegro.

Él odiaría someter a su dulce bebé al ostracismo que conllevaría ser descubierto en un amorío con un humilde guardia. Además que, de él mismo no ser juzgado a muerte, el Rey no le permitiría acercarse al Príncipe, ni a su reino. Sería desterrado; un destino peor que la muerte, porque sería forzado a ver a su amado casarse con otro, alguien que cumpla con los estándares que requiere el título nobiliario de BaekHyun.

"¡ChanYeolee, mira!" exclama el rubio a lo lejos y ChanYeol sonríe, tratando de que sus pensamientos no se plasmen en su expresión. BaekHyun señala a un grupo de ballenas grises que nadan cerca.

"¿Ya ha terminado de jugar, Su Alteza?" pregunta formalmente. No están ellos solos, JongIn y YiXing acompañándolos. Sus compañeros parecen tener sus sospechas respecto a lo que sucede entre el Príncipe y él, pero ChanYeol prefiere no arriesgarse a revelar nada. Ambos acordaron actuar normal; mientras menos involucrados haya, más sobrevivirá su celosamente guardado secreto.

"Nop" responde éste. Su risa es una mezcla de inocencia y altanería, olvidando los pececitos se dirige al grupo de grandes criaturas.

"¡Alteza!" se exalta YiXing, todos apresurándose para alcanzar al joven.

BaekHyun ríe mientras juega con una cría que va en la pequeña manada, retozando a su alrededor y finalmente acostándose delicadamente sobre el lomo de ésta. Al animal no parece molestarle, ni a ninguno de sus acompañantes, siguiendo tranquilamente su curso.

ChanYeol y sus compañeros se mantienen atentos, tratando de no ser dejados atrás. YiXing y JongIn conversan alegremente pero Park no puede apartar la mirada del Príncipe. Sus rubios cabellos se mueven con las mareas y su cuerpo rebota por el movimiento, pero él parece estar a punto de caer dormido. Sus ojos cerrados y labios entreabiertos, el viejo morral abrazado contra su pecho.

Cuando las ballenas comienzan a nadar hacia la superficie, el Príncipe se espabila y vuelve a jugar con la cría, nadando a su alrededor, ascendiendo velozmente con ella. Los soldados los siguen, pero ChanYeol apresura su nado cuando los animales emergen al fin, el rubio tritón con ellos.

Los calientes rayos solares golpean su rostro tan pronto lo saca del agua, sus branquias cerrándose y su nariz tomando un gran respiro. La luz lo ciega por un eterno momento mientras trata de localizar al Príncipe. Y cuando mira hacia arriba, el aliento que acaba de tomar lo abandona súbitamente.

El cabello rubio oro de BaekHyun brilla, cada fina hebra apropiándose del resplandor del Sol para tomar distintas tonalidades doradas, creando un halo de luz que brilla con fuerza, iluminando su rostro y acentuando la palidez de su tez. Su cuerpo parece estar adornado por millones de pequeños diamantes, taslúcidas gotas saladas aferrándose firmemente al joven. La tonalidad azul aciano de su cola toma fuerza, creando un contraste perfecto con el celeste del cielo despejado. Gotas lloviendo gracias a la erupción ocasionada por la manada de ballenas.

Parece el descenso de una criatura divina, un regalo de los mismos dioses.

El agua chapotea cuando el Príncipe cae con una pirueta de vuelta al mar, y pronto la rubia cabeza emerge, con una risa llena de satisfacción y júbilo. "¡¿Vieron eso, chicos?!" exclama alegremente, haciendo una pequeña danza alrededor de los tres guardias.

Forbidden ||ChanBaek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora