Os contare una historia de amor. No muy común. O quizás si. Ya depende de vuestro criterio...
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Se acercan las vacaciones, todos en la Universidad Richwell están preparando las tablas de surf, los trajes de baño y bikines, las gafas de sol, el bronceador...
Todos excepto Nicolas, el chico de la esquina del salón 99, 17 años, callado. Nadie suele prestarle atención, así que sabe que su presencía no será requerida en ese paseo.
Unas semanas antes, la directora se presentó en su salón, para informarles que su profesora de Matemáticas; la señorita Galin. Ha tenido unos inconvenientes, así que tendrán una suplente hasta que concluyan las clases. En ese momento señala la puerta y aparece la Señorita Nola, la suplente.
Los ojos de todos se abren como platos. Ellos esperaban una profesora bajita, grande de edad, con lentes, gritona. En cambio, la Señorita Nola, era alta y delgada, pechos, trasero, cintura, piernas, postura, cabello largo. Se ganó unos cuantos piropos por parte de los chicos.
¿Nicolas? Si, le parecío muy guapa, pero el mantiene los pies sobre la Tierra. La profesora tendrá a lo mucho unos 25 años, es su profesora, aunque sea por unas semanas. Sabe que es imposible. Y espera que sus compañeros piensen lo mismo. Pero no es así.
En cuanto salé la directora del aula. La Señorita Nola empieza su clase.
-Maestra- gritá Bryan el "todas mias" del grupo.
-Si, dime- contesto Nola con su melodiosa voz.
-¿Cuándo tiempo para ir a hecharnos un café, y platicar?-.
El salón estalló en risas. Menos Nicolas, se le hizo una completa idiotes.
-Nunca- contesto la profesora y siguió escribiendo en la pizarrá.
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Al concluir la clase, todos se marcharon rápidamente. Menos Nicolas, le quedo duda sobre la tarea y se quedó a preguntarle.
-Profesora, tengo una duda sobre la tarea- dijó Nicolas.
-Si claro dime -
La profesora voltió a verlo, y ninguno de los dos sabe que fue lo que paso, tal vez unas de las flechas de cupido calló por equivocación. El punto, es que sus corazones se abrieron, sus ojos irradiaban poesía, sus almas se deseaban. Nicolas no supo que hacer, y salió corriendo.
Nola se quedó ahí, sin saber quer hacer. Su corazón le decía que fuera tras el. Su cabeza que estaba loca.
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Iba por la calle, sonriendo como loco. No sabía que era lo que sentía en el pecho, solo sabía que desea ver a su profesora de nuevo
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Al día siguiente. Fue el primero en entrar al salón, vio una tisa en la pizarra, y dibujo un corazón, un corazón enorme.
Al ir llegando los alumnos, todos se preguntaban lo mismo, ¿quién había dibujado aquello?
Al llegar la profesora, sonrío. Y voltió su cara a Nicolas, que la miraba con un gran sonrisa. Y supo que erá el.
Las clases se hicieron más amenas, Nicolas prestaba más atención. La profesora de vez en cuando le guiñaba el ojo.
Se sentía en el cielo. La contemplaba con tanta delicadeza, que las lágrimas se le escapaban, ¿Cómo podría ser tan bella? ¿Cómo podría estar sintiendo eso? ¿Cómo podría estar enamorado de su profesora? ¿Cómo podría estar enamorada ella de él? No lo sabía, pero era algo hermoso.
