Jugar y decretar: la magia de la Navidad

Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí. Hoy les traigo un One-Shot, el cual correspondía a uno de los deseos que escogí y no alcancé a presentar para la página Shikatema: Hojas de Arena. Bueno, después de 84 años lo terminé jajajaja. Sé que la navidad ya pasó, pero el espíritu de esa linda fecha está aquí, en esta historia (insertó carita ladina, ya se imaginan el por qué).

.

Como siempre quiero agradecer a todas las personas que me leen y que me dejan algún comentario, a las que votan, a las que me siguen, a las que agregan mis historias a sus listas y a las que simplemente me leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

.

Shot dedicado con mucho cariño para todo el Fandom Shikatema, en especial para los amantes del lemon.

Mención especial para los amantes de lo suculento del Server: «Gente, aquí les dejo mi tributo jajajaja».

.

.

Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

.

.

Jugar y decretar: la magia de la Navidad

.

Apenas abrió el regalo los colores se le subieron al rostro, cerró la caja e intentó disimular. Su mente por inercia comenzó fantasear.

—¿Qué te regaló Ino, Shikamaru?

Dio un respingo al escuchar la voz de su esposa. Estaban sentados en el piso cerca de árbol de navidad, abriendo los regalos que habían recibido en la cena de Nochebuena, en casa de Ino.

—Mendokusai —se dijo mentalmente y trató de disimular. —Un juego de mesa.

Pesé a que sonó casual, Temari no le creyó.

—¿Entonces por qué esa cara? —inquirió escrutándolo con curiosidad. Su intuición nunca le fallaba, seguro su reacción estaba relacionada con lo que contenía esa bendita caja.

Shikamaru hizo el amago de contestarle, pero al final se arrepintió. Esbozó una sonrisa ladeada. No podía negar que le divertía la situación.

—Tranquila Temari, no pasa nada —señaló en un tono... ¿seductor? A la rubia eso la desencajó. ¿Qué mierda contenía esa caja que cambió tanto los ánimos de su marido? Hacía unos minutos atrás actuaba de lo más normal, pero ahora sólo se empeñaba en hacerle notar su atractivo. «Maldito vago sexy», se dijo ésta mentalmente. El pelinegro percibió aquella confusión, por lo que decidió continuar—. Creo que lo mejor que podemos hacer, es terminar de abrir los regalos mañana, ¿te parece? —sonrió de forma ladina y eso a la rubia la encendió. Aquella sonrisa tan propia siempre le vaticinaba una caliente noche de pasión—. Hay cosas más interesantes que hacer en esta Nochebuena.

Aquella propuesta le hizo olvidar a Temari el tema que estaban tratando, pero a los segundos reaccionó. Lo miró lasciva y con sensualidad se le acercó. Shikamaru se quedó mirándola embobado.

—¿¡Qué cochinada contiene esa caja!? —inquirió de repente, la rubia, tomando velozmente el regalo que éste había dejado en el piso. El pelinegro con prontitud atrapó el obsequio en el aire, impidiendo que la ojiverde lograse su objetivo.

—Buenos reflejos, shinobi —recalcó ésta, para luego comenzar a forcejear e intentar quedarse con el regalo, sin embargo, no tuvo éxito.

—No seas tan curiosa, mujer —le dijo con voz ronca, Shikamaru, deteniendo de inmediato el forcejeo y atrayendo la mirada de su mujer. Le sonrió seductoramente cuando tuvo sus ojos aguamarina clavados en él. «Maldito vago sexy», pensó ésta otra vez —, si rompes la caja, ya no tendremos donde de guardar los dados.