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Las bromas pudieron haber parado, pero fue algo que ninguno de los dos quería

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Las bromas pudieron haber parado, pero fue algo que ninguno de los dos quería. Y a Yoongi no le importaba en absoluto que Jimin estuviera ahí viéndolos con una sonrisa apenada en el rostro.

—Sólo imagina que estás tratando de aventar dardos— Yoongi dijo mientras movía sus manos simulando las lanzadas —pero en vez de eso lo único que obtienes es un espagueti remojado.

Jimin rio bajito, tratando de no romper en carcajadas por las explicaciones de Yoongi. Jungkook llegó a su límite en esos momentos y observo con una mirada de advertencia a su "ex esposo".

—Solo que, a mi espagueti no le gustaba las albóndigas que le servían eran algo ... ásperas— dijo mirando a Yoongi, quien desde luego había quitado la sonrisa en su rostro al escuchar a Jungkook decir eso.

—Ah, que raro, muchos alfas han dicho que les he servido las mejores albóndigas— contestó en forma desafiante el pequeño omega.

—Pues debieron ser muchos vagabundos, ya sabes, ellos se comen lo que sea— Jungkook contesto sintiéndose ganador de aquella batalla. Pero era algo que ninguno de los dos iba a dejar pasar —Lo gracioso es que todavía recuerdes a todos los hombres con los que tuviste algo, con tantas pastillas en tu sistema.

Yoongi entrecerró sus ojos lanzando una mirada de amenaza a aquel Alfa, el cual sin pena alguna comenzó a decir imprudencias haciéndolo ver como un adicto a las pastillas.

Yoongi llegó a su límite.

—Bueno, tenía que hacer algo para distraerme mientras esté se sentaba en el baño por horas, lidiando con su síndrome de intestino irritable.

—¿Ahora tengo otro desorden?

Yoongi ignoró su pregunta, se volvió hacia Jimin el cual aún seguía sin decir nada y trataba de aguantar la risa.

—Te digo una cosa, tuve que pasar la noche de nuestra boda en la cama mientras escuchaba una sinfonía submarina de cornos franceses y trompetas— Jimin frunció las cejas al escuchar aquello —, que venían del baño de la habitación, mezcla eso con el aroma de un gato callejero con unas pajitas y ugh, te mueres.

Jungkook también llegó a su límite.

Sin pensarlo dos veces lanzó una patada por debajo de la mesa tratando de parar lo que Yoongi estaba diciendo, sin embargo, la patada se estrelló contra la pierna de Jimin.

—¡Ah! Jungkook ¿por qué hiciste eso?— gruñó el omega pelirrojo haciendo un leve puchero.

—¿Qué? no, no, fue él, fue él— dijo apuntando al pelirrosa —es uno de sus hábitos por ingerir tantas pastillas...

Yoongi abrió la boca dispuesto a protestar, pero la mirada que Jungkook le dio lo hizo retractarse y solo volteó a mirar a Jimin fingiendo pena.

—Si, si, lo siento... es algo que yo hago a veces, es un efecto secundario de las pastillas— dijo, el pelirrosa lanzó ahora una patada la cual le dio cerca de entrepierna a Jungkook.

—¡Ay! Jalisco...— el alfa no pudo evitar lanzar un grito al sentir aquella patada.

—Lo siento mucho, Jimin— se disculpó el pelirrosa, el omega le sonrió amablemente.

—No te preocupes, de verdad.

Yoongi dejó de sonreír al sentir que todo se estaba saliendo de control, se supone que sería una cita normal, pero todo terminó tomando un rumbo extraño en lo que lo único que hicieron Jungkook y él fueron pelear y crearse anécdotas tontas.

Cuando el final de la cena llegó, los tres salieron de aquel lugar, por supuesto Yoongi aprovechó el dinero que Jungkook le había dado y no sólo se había teñido el cabello, sino también había rentado una limusina.

—Henderson, sube al auto— le grito al chófer fingiendo superioridad.

El hombre mayor, el cual era un Alfa se acercó y le susurró —¿Por qué me llama Henderson?

—Sígueme la corriente— le murmuró.

No sabía su nombre y nunca se detuvo a preguntárselo, así que decidió tomar el primer nombre que se le vino a la cabeza, el chófer algo confundido dio la vuelta para comenzar a encender la limusina.

—Jimin— habló Yoongi sonriente —, fue todo un gusto conocerte y esperó no haberte asustado con las pequeñas anécdotas, la verdad es que me divertí y no cabe duda que eres el omega indicado para este alfa.

El pelirrojo sonrió enternecido, aquel omega era demasiado amable y lindo, sobre todo divertido, para nada comparado con lo que Jungkook le había dicho.

—Muchas gracias, me divertí mucho también...

—Bueno, ya tienes que irte, adiós— se apresuró a decir Jungkook echando con un pequeño empujón al pelirrosa.

Sin embargo, el celular de Yoongi comenzó a sonar fuertemente logrando llamar la atención de aquellos dos, el pelirrosa no tenía pensado contestar, pero en cuanto vio de quien se trataba atendió la llamada rápidamente.

—Hola... ¿Yeji?

Jungkook lo miró intentando llamar su atención aclarando su garganta sonoramente para que lo escuchará.

—Muy bien, pásame a la niñera. ¿Es broma, cielo? ya sabes lo que opino de que vendas cosas de tu hermano por internet, no, no, Yeji cuando llegue a casa voy a hablar muy seriamente contigo señorita.

Jungkook suspiró, sintiendo en segundos la fuerte mirada de Jimin sobre él, si todo el plan estaba saliendo de maravilla, definitivamente ahora se había complicado mucho más.

Yoongi cayó en cuenta cuando colgó, miró rápidamente a los dos chicos frente a él y sonrió con credulidad.

—Yo ... tengo que irme, adiós.

Y huyó, dejando a un Jeon Jungkook con un gran problema.

Y huyó, dejando a un Jeon Jungkook con un gran problema

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~LechedeCereza🍒

¡𝗡𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝗶 𝗔𝗹𝗳𝗮! || KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora