En diciembre

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La navidad nunca fue su época favorita, tenía muchas razones para detestarla, pero su humor siempre comenzaba a flaquear con el frio, además suele darle muchas pesadillas esos días.

Hay un sentimiento que acompaña la nieve, un sentimiento que no puede sacar de su pecho, como un recuerdo que no puede borrar.

Cabello blanco balanceándose de frente y una mano cálida acunando su mejilla y palabras que no puede escuchar pero son dichas, el sonido de una persona que no conoce, pero se siente reconfortante y en su mente lo reconoce, escucha el pesar de la otra persona, pero está muriendo y lo sabe y no puede hacer nada al respecto.

Despierta jadeando anhelante, no hay nadie en su habitación.

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Kaigaku está adornando el árbol, coloca las esferas, mientras su abuelo supervisa el trabajo, dejando a Zenitsu solo haciendo el ponche navideño y su sentimiento de vacío, mientras su pequeña familia lo llama "Grinch".

El ponche suelta hervor y apaga la estufa, mientras camina hacia la sala, no tiene ganas de decorar, pero tampoco se siente justo dejarle todo el trabajo a su abuelo y hermano.

Su abuelo y Kaigaku lo miran sorprendidos de que decida unirse al trabajo de decorar, pero su abuelo parece más comprensivo que de costumbre, tal vez de ver sus crecientes ojeras.

-¿Puedes ir a hacer las compras?-Zenitsu solo asiente sin hablar y sale tomando la lista de compras, que en realidad son pocas.

El frio de afuera le causa escalofríos y lo pone más gruñón que de costumbre.

Se queja del frio en voz alta y la gente que lo ve pasar se aleja, pensándolo un loco, quienes lo conocen como uno de los excéntricos nietos de Jigoro, no dicen nada.

Pasa por una enorme casa bastante bonita, recientemente el terreno fue comprado y la casa termino de ser construida, con un estilo más occidental, incluso tiene una chimenea y un jardín bastante bonito.

Tendremos un jardín y podrás hacer muchas coronas de flores.

Tan pronto esas palabras suenan en su mente, su corazón se llena de un sentimiento que lo deja con ganas de llorar sin parar, pero se dice a si mismo que tiene que hacer las compras.

Regresa arrepentido de haber aceptado, carga con pesadas bolsas y con los brazos entumidos por el frio, su pie sensible arde por el frio y puede asegurar que tiene las mejillas y la nariz rojas, debe verse patético.

De regreso quiere evitar la casa que lo sentir extraño, pero no puede, sus ojos se desvían automáticamente a esa casa y no puede evitar quedarse un segundo mirándola.

-Ese estilo es...-murmura para sí mismo.

Extravagante.

Jadea y salta asustado, pensando que alguien ha hablado, pero se da cuenta que está solo, ¿de dónde ha venido aquello?

Es como si en su cabeza una voz hubiese salido por si sola.

Apresura el paso a su casa y es tanto así que incluso resbala en la entrada, pero logra llegar con las compras a salvo.

Su abuelo pregunta algo, pero él finge cansancio y se va temprano a la cama, sin embargo no puede dormir, no deja de pensar en aquella voz.

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Duramente el desayuno está disperso, distraído con otros pensamientos cuando Kaigaku menciona que para el nuevo ciclo escolar va a llegar un nuevo maestro de artes.

-Zenitsu-lo llama su abuelo, mientras él no deja de jugar con la comida, piensa por un momento que lo va a regañar pero no lo hace, en realidad ahora que está prestando más atención, aunque su tono de voz es el mismo de siempre, debajo hay una capa de preocupación-Es tu primer año de preparatoria, deberías escuchar a tu hermano, sobre los maestros.

En diciembre. [UzuZen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora