Sol Llorian empujó la puerta y entro. Su tía Dora regaba las flores. Era un hermoso mediodía de junio, con un clima bastante agradable. La chica la saludo con cariño:
-Buenos días, tía Dora. ¿Te ayudo?
-No no. Terminare enseguida Sol, ve a la cocina y pon la mesa, tu hermana estuvo aquí y me entretuvo, no se si se habrá quemado el estofado.Sol pensó: "no me extrañaría, tía Dora. Esto te ocurre todos los días".
Sol subió los cinco escalones de cemento que le separaban de la puerta de la casita y entro. Su tía Dora no había tenido hijos y hasta que enviudó, había disfrutado de una vida cómoda, por eso no era muy eficiente para las tareas del hogar y siempre que se le quemaba la comida ponía como pretexto las visitas que recibía.
Con un tenedor Sol revolvió el estofado. Se había quemado un poco, pero podía comerse. Sonrío comprensiva. Su tía Dora era muy buena con ella, cuando quedo viuda quiso comprar una casita en su ciudad natal. Sol vivía con Anita, su hermana, quien acaba de casarse con Rafael, pero este no le simpatizaba, por eso, cuando llego su tía le dijo que quería vivir con ella.-¿No te llevas bien con tu hermana? - le pregunto curiosa la dama.
-Con ella si pero Rafael, su esposo, no me agrada. Quiere que todo el mundo piense como el. Trabajo y gano para mi, no seré una carga para ti tía Dora te lo aseguro.
-Yo tengo una pensión, entre las dos podremos mantenernos. Será un gusto que vivamos juntas querida sobrina.Así empezó la vida de Sol junto a su tía, una señora a quien no había conocido, pero que llego a querer enseguida.
Al año de vivir juntas, ya eran como madre e hija. Sol no conoció a la suya, murió cuando ella nació. Su padre se había vuelto a casar y años después, también murió. Entonces su madrastra dejo la ciudad y Anita y ella se quedaron con una hermana de su padre , quien las cuido muy bien. Cuando les llego el momento de ganarse la vida, la tía murió y Anita decidió casarse con Rafael.
Sol y Dora se sentaron a la mesa a comer. Cuando terminaron la tía le dijo:-No laves los platos que se dañaran tus manos y trabajas en una joyería, deja que los lave la muchacha que nos viene a ayudar con las labores de la casa... Hablando de otra cosa, ¿que le parecieron a doña Leonor las chaquetitas que hice para recién nacidos?
-Le encantaron tía.
-Esa es una gran noticia- dijo feliz, y rápidamente paso a otro tema-. Me gustan mucho los niños. ¿Que hay de tu eterno acompañante?
-No... se
-¿No te escribe?
-Nunca, entre nosotros no hay compromiso- dijo Sol.
-Creo Sol que pierdes el tiempo, no esperes a ser algo mas en su vida.
-Lo sé tía pero no salgo con Diego pensando en lo que puede ocurrir después.
-Pues hay que pensarlo... Nunca me dijiste como lo conociste.
-Tienes razón, creo que es buen momento para contártelo..
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Sin compromiso
RomanceTodos censuraban la amistad de Sol con Diego. Le decían que ella jamás podría aspirar a ser algo más en su vida...