Él saltó al río.
Ella no esperó que alguien la fuera a rescatar.
Él le regaló un girasol, esperando que creciera en dirección a la luz.
Ella le advirtió que se había quedado sin un sol hacia el cual crecer.
Y tú lees esto sin saber cual es la verda...
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Capítulo 0:
A oscuras (un año después)
"Querido protagonista:
Debería comenzar esta carta diciendo que lo siento, que lamento haber partido de la forma en que lo hice...pero lo cierto es que no sé si estoy haciéndote un favor al irme, o si solo te estoy rompiendo el corazón. Quizá debería empezar con algo más sencillo, unas palabras que llevo guardando desde el día en que me confesaste lo que sentías por mi:
Te lo dije, tonto. Te dije que yo no era quien esperabas.
Tú viste a la chica detrás de los miedos, de las inseguridades, de los traumas, del pasado. Viste a una chica que no...existe. La salvaste, la conociste, aprendiste a amarla, y aunque ella tiene mi nombre, no soy yo. Te ilusionaste, quedaste hipnotizado como una polilla que sigue a la luz. Fuiste un tonto, viste cosas que no estaban ahí aún cuando te lo advertí. Creí que eras el único que me escuchaba, pero resultó ser que tú solo escuchaste lo que quisiste.
Una vez dijiste algo sobre un narrador, manejando nuestras vidas a su gusto y que, por alguna razón, tú y yo terminamos siendo los protagonistas de la misma historia. Como siempre, lo tomé como uno de tus tantos intentos para hacerme sonreír. De hecho, lo conseguiste y me sacaste una sonrisa. Sin embargo, ahora que estoy aquí, con el corazón en la garganta, le encuentro sentido a tus extrañas palabras.
Quizá la vida si tiene a alguien planeando cada diálogo, cada encuentro, cada pequeño capítulo que se traduce a los instantes en los que vivimos. Creíste que nuestra historia sería narrada en versos, pensaste que nos juntamos para crear un épico poema en el que cada estrofa rimaba a la perfección. Te dije que mi único amor era el dolor, que mi alma estaba dañada y oscurecida por cosas que no puedo dejar ir.
Te advertí que éramos una tragedia, pero viste rimas dónde solo habían advertencias.
Y ahora llegamos al punto del cuento en el que desearía que nuestros corazones no estuvieran tan involucrados, pero lo están. Sé que aquí no debería ir un punto y final, que deseas continuar y que esperas que exista otro capítulo en el que nos encontremos. Jamás debí ser coprotagonista de tu historia y lo siento, porque ahora estoy forzando a ese narrador que dijiste a acabar con todo esto. Lo estoy obligando a poner la palabra fin entre tú y yo.
Viste luz donde no la había, creíste que podrías salvarme...cuando yo no quería. Sé que estoy mal, que necesito ordenar lo que soy, pero ahora necesito aferrarme a lo único que considero seguro, por más que para otros eso sea peligroso. Me iré y no importa cuantas veces te lo diga, sé que seguirá doliendo. Espero que sepas que siempre lamentaré haber llegado a tu vida para usar tu corazón.
Solo quería dejarte claro, protagonista, que la chica que creíste conocer nunca existió. Quizá fue mi error no alejarme, aún cuando notaba que veías cosas que no estaban ahí, pero creo que llegó un punto en el que también me creí tus alucinaciones. Este narrador nos juntó para crear una historia que no se asemeja a la que esperabas, pues está escrita en prosa y tiene tantas faltas de ortografía como un trabajo de primaria ¿Pero qué más podías esperar de protagonistas como tú y yo? Yo nací para quedarme entre las sombras y tú...
