Capitulo 3

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"Un hechicero oscuro" Repitió Jason, tras un incomodo silencio "Esta... ¿vendiendo almas al infierno?"

"Asumo que no es algo con lo que hayas tratado anteriormente" Dijo Zatanna "Tampoco es de extrañar. Es una practica poco común, incluso entre la gente como yo, y a la mayoría los atrapan enseguida"

Jason iba procesando todo eso, preguntándose donde demonios (nunca mejor dicho) acababa de meterse.

"Por curiosidad ¿A cambio de que se vende una alma? ¿Dinero? ¿Buena suerte? ¿Talento? ¿Fama?"

"Las riquezas y la fama suelen ser buenos incentivos para aquellos que no comprenden exactamente con que están tratando. Magos aficionados o simples humanos que han descubierto como invocar un demonio y creen ser lo bastante listos para hacer un trato sin acabar pagando las consecuencias. Sin embargo, el hombre que está haciendo esto en Los Angeles no es ningún aficionado, y lo que busca es mucho más simple; Poder e inmortalidad"  

"Simple" Repitió Jason con tono burlón "Mira, vas a tener que ponerme un poco al día sobre esto, porque no sé absolutamente nada de la compra-venda de almas"

Zatanna esperó a que una pareja de transeúntes pasase por delante de ellos, antes de responder.

"En cierto modo no difiere mucho de comprar cualquier otro objeto valioso. Las almas son grandes fuentes de energía y eso les concede un gran valor para aquellos que saben como usarlas. Si hablamos de hacer un pacto con un demonio, entonces dependiendo de que es lo que pidas te pedirá un numero más o menos elevado de almas, a cambio. ¿Lo que tú has mencionado antes de la fama y el dinero? Eso es muy fácil de cumplir y el coste relativamente bajo. Sin embargo, obtener poderes místicos o alargar la vida ya es algo mucho más complicado..."

"Y requiere muchas más almas" Adivinó Jason "Y si no voy desencaminado, deduzco que para lograr esas almas, es necesario matar a las personas que las poseían ¿verdad?"

Zatanna asintió sombríamente "Por eso ciudades como Los Angeles son sus cotos de caza favoritos. Vagabundos, gente sin hogar... Esas son sus presas favoritas, las personas a las que nadie buscaran echarán en falta. Utiliza las bandas criminales de menor grado para localizar y atrapar fácilmente a sus objetivos. Por eso estaba allí anoche, pero no había nada en las mentes de esos hombres que pudiese ser de ayuda"

Jason pensó en ello. Había algo de lo que decía Zatanna que tenía mucho sentido; Muy poca gente en los cuerpos de policía de las grandes ciudades se molestaría en investigar desapariciones de vagabundos u otros colectivos de personas vulnerables, aunque esas desapariciones ocurriesen en grandes cantidades. En Gotham era algo muy común ya que esa gente solía ser usada como conejillos de indias por gente como el Joker o el Espantapajaros para probar sus nuevas toxinas.

"¿Y quien es exactamente ese supuesto hechicero oscuro? ¿Sabes su nombre, o tienes una descripción? ¿Lo has visto alguna vez?"   

En lugar de responder, Zatanna alargó una mano hacia él "Estoy apunto de poner mucha confianza en ti, así que no hagas que me arrepienta. Coge mi mano" Jason alzó una ceja, pero no dijo nada y le cogió la mano "Noitatropelet"

En un instante ya no estaban en ese callejón oscuro, sino en una sala de estar muy amplia y acogedora, rodeados de estanterías llenas de libros y una chimenea.

"Erif" Murmuró Zatanna encendiendo un fuego en la chimenea.

"...Asumo que esta es tu casa" Dijo finalmente Jason, echando una ojeada general.

"La casa de mi padre" Matizó Zatanna "Al menos yo la sigo considerando de ese modo, aunque legalmente pasó a ser mía hace unos años"

"¿Está muerto?" Preguntó Jason, intentando no parecer demasiado intrusivo.

Con la magia no se juegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora