Una de las cosas que jamás pensó que le ocurrirían es la repentina fijación hacia otro hombre, aunque repentina no es la palabra adecuada para referirse a su caso pues llevaba años acarreando el sentimiento, el punto importante en esta situación era que estaba asustado por las reacciones que su compañero de piso provocaban en él de manera inconsciente, de los sueños que tenía con él y de imaginarse un futuro unidos en matrimonio criando a una niña brillante. Cada vez que lo pensaba se sentía menos heterosexual...
Luego de un largo día de trabajo en la clínica, regresó al 221 de Baker Street, Rosie tenía una intensa partida de ajedrez contra sí misma mientras que Sherlock parecía estar sumergido en su palacio mental. Se les quedó mirando por breves instantes, era increíble que ninguno se diera cuenta de su llegada, la concentración de ambos seres llegaba a asustar un poco.
Le dio un beso en la cabeza a su hija, sacándola al instante de sus pensamientos estratégicos, la niña le sonrió antes de abrazarle con ternura, John correspondió el gesto agachándose para estar más a su altura.
—¿Hiciste tus tareas?
—Cada una de ellas, esta vez no le pedí ayudar a papá Sherlock, ha estado así toda la tarde.
Ambos Watson voltearon a ver al aludido, quien parecía estar meditando en el piso cual monje budista.
—¿Un nuevo caso? –Preguntó curioso, la pequeña se encogió de hombros.
—Ni idea, solo sé que hizo el almuerzo y después de comer entró en modo «No me hables, estoy en modo concentración total» –A John le sorprendió el hecho de que el detective cocinara y comiera sin que le mandasen– Ah papá, tengo una duda, ¿Tú y papá Sherlock están casados?
Ante esa inesperada pregunta John Watson se sonrojó hasta las orejas, tenía ganas de saber cómo a Rosie le surgió ese cuestionamiento tan curioso.
—No, Sherlock y yo no estamos casados ¿Por qué preguntas eso?
—Mi maestra, mis compañeros y medio planeta dice que ustedes están casados, pero nunca los veo actuar como gente casada, por eso tenía la duda –eso explicaba muchas cosas, o más bien todo– Pero ahora tengo otra duda, ¿Por qué si no están casados viven juntos y ambos son mis papás?
—Somos solo amigos Rosie, y tú le dices «Papá» porque lo ves como tal, no tiene nada de malo que tengas dos papás.
—Ah –reflexionó por breves instantes– Tengo un amigo que tiene dos mamás, pero ellas si están casadas.
Fue en ese momento en el que se dio cuenta que quería decirle algo más pero no sabía cómo expresarlo, y ciertamente no quería adentrarse en el tema.
—Bueno, hay muchísimos tipos de familia.
—Ah –hizo una pausa, John estaba preparándose mentalmente para otra arrolladora pregunta– ¿Y cómo es estar enamorado?
Algo tenía Rosie entre manos para hacer todas esas interrogaciones, pero estaba cansado y no quería indagar demasiado. Sin embargo, ese último cuestionamiento logró descolocarlo por completo; como padre, estaba preocupado de que su pequeña de tan solo ocho años estuviese experimentado su primer amor. El horror encarnado, pero no podía evitar el tema solo para que su hija decidiera investigar por su cuenta.
—En palabras más directas, es cuando tienes sentimientos románticos muy fuertes hacía una persona –explicó– haces cosas bonitas, o locuras, por dicha persona; cuando te interesa cada cosa que hace por más pequeña que sea, cuando aceptas sus defectos, cuando ambas partes sacan lo mejor de cada uno para poder avanzar. Eso sería un amor ideal, pienso yo.
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Dudas {Parentlock}
FanfictionPor más inocentes que fueran las dudas de la pequeña Rosamund Watson no significa que dejasen de ser incómodas para los adultos.