Banshee y el zorro

Capitulo 11

Comienza la tormenta

Era un sábado típico en Konoha, o tan típico como podría ser si fueras uno de sus ciudadanos Orcos. Tal fue el caso de Doogg Blackhammer, que acababa de dejar su trabajo en Inugura Weapon Shop, donde trabajaba como herrero, aparentemente las lecciones de su padre sobre el trabajo de la forja le habían sido útiles. Actualmente, los cuatro que trabajaban en la fragua estaban tratando de completar una orden de requisa masiva para las armas del ejército de Konoha, cosas que llamaban kunai y shuriken, al mismo tiempo que intentaban fabricar una armadura que fuera lo suficientemente resistente como para rechazar la mayoría de las armas, pero lo suficientemente ligera. que no obstaculizaría los movimientos del usuario. Fue un trabajo duro y agotador la mayoría de los días, acababa de empezar a descubrir cómo fabricar las armas que necesitaba el shinobi y todavía estaba tratando de llevarlas hasta donde los humanos pudieran usarlas sin ayuda. Bueno, al menos la señora de la fragua fue paciente. Fue entonces cuando Doogg notó una sombra que pasaba volando por el rabillo del ojo. Al principio, lo restó importancia, después de todo, muchos de los shinobi principiantes tomaron una misión que consistía en perseguir a un gato con una cinta atada alrededor de la oreja. Sin embargo, notó que las sombras seguían siguiéndolo, se dio cuenta de esto después de que deliberadamente tomó dos giros equivocados en lugar de los giros que los habrían llevado al recién apodado "Orc Quarter", aunque algunos lugareños tenían nombres más coloridos para él. Después de cinco minutos más de caminar, Doogg dejó de ver las sombras y pensó que las había perdido.

Tan pronto como el objeto se apretó alrededor de su garganta, cuatro individuos de tamaño humano saltaron de las sombras. Cada uno de los individuos llevaba una máscara blanca en blanco con solo agujeros para los ojos recortados, camisas negras de manga larga, brazaletes gris oscuro que cubrían el dorso de las manos y los antebrazos, pantalones negros, grebas gris oscuro que, por alguna razón, escapaban a la mayoría de los orcos. , dejó los dedos de los pies al descubierto.

"Finalmente atrapé a uno de ustedes, los cerdos", dijo una voz masculina entre el grupo. Doogg inmediatamente trató de alcanzar a una de las personas, al menos para inhabilitarlas hasta que alguien se apoderara de cualquier cosa que pasara por magistrado en esta aldea, solo para sentir que lo que estaba alrededor de su garganta se apretaba.

"La bestia cree que puede escapar", se burló una voz femenina con sarcástico horror.

"Por favor", dijo otra voz masculina, "cuanto más lucha, más tenso se pone el cable, así que déjalo seguir luchando".

Eso provocó que una risa cruel resonara en el grupo cuando uno de ellos se acercó y lo golpeó en el estómago, lo que hizo que Doogg se doblara y el cable se tensara. Inmediatamente Doogg se dio cuenta de que al menos el que lo había golpeado era un shinobi, después de todo, podrían tener la ayuda de su chakra, pero eran los únicos humanos que podían esperar hacer que un orco se quedara sin aliento con un solo golpe. Luego, los otros tres se turnaron para golpearlo, causándole todo el dolor que pudieron mientras simultáneamente apretaban el cable.

" Voy a morir aquí ", pensó Doogg con tristeza, cuando el cable se había tensado tanto que había comenzado a cortarle el cuello. Fue en este punto que uno de los asaltantes le clavó un kunai en el hombro izquierdo. Con un gruñido de dolor y esfuerzo, principalmente porque estaba teniendo problemas para obtener suficiente aire solo para mantenerse consciente, Doogg agarró el brazo del agresor que lo había apuñalado y comenzó a apretar hasta que se escuchó un fuerte y áspero chasquido, seguido de el asaltante gritando de dolor.

"Al menos alguien podría encontrar a uno de ellos de esta manera ", pensó Doogg, mientras finalmente se desmayaba.

"Esa maldita bestia", gritó el que había apuñalado a Doogg, "me rompió el maldito brazo".