IX. Cuentas pendientes

79 6 0
                                    

Sequé la ultima lágrima que aún vagaba por mi mejilla y decidí que no debía seguir estando así. Llorar no me iba a servir para salir de aquí y era lo que necesitaba.

Me sentía un animal.

Además de haber golpeado a Zayn con todas mis fuerzas, aunque hubiera sido inconscientemente, estaba encerrada en una habitación.

Nadie parecía haber escuchado los gritos que había dado durante horas, ni siquiera los golpes que había dado a los muebles y el estruendo que habían dado estos al caer al suelo.

A nadie parecía haberle importado mi estado. No creía que Zayn iba a llegar hasta la habitación como si fuera un caballero—un maldito caballero oscuro después de todo— pero joder, podía haberme hecho daño.

Bueno en realidad no, pero si tanto tenia que protegerme no se por que me había encerrado.

Parecía que de momento lo tenia todo bastante controlado. Todo menos el haberme tirado a por Liam, el haber pegado a Zayn, y el pequeño descontrol de mi fuerza y de mi ira en ese momento.

Me senté sobre el colchón, que no era muy cómodo por que había roto los postes que llegaban hasta el techo y también un par de las patas de la cama.

Empecé a notar un olor a suciedad, como tierra húmeda que se aproximaba hacia mi puerta y desaparecía inmediatamente después de escuchar un click

Me acerqué a la puerta y al girar el pomo me di cuenta de que estaba abierta. Salí al pasillo cerrando la puerta detrás de mi y mire a ambos lados.

Nadie.

Los pasillos de toda la casa tenían una moqueta color burdeos, las paredes eran de madera oscura, igual que las puertas y el techo estaba pintado de un color semejante a la madera. Las ventanas eran amplias y caían desde el techo hasta un metro y medio antes del suelo.

Los pasillos parecían laberintos, todo era igual: las puertas, las ventanas, la moqueta, las paredes e incluso las pequeñas mesillas con jarrones al final de cada uno.

A los pocos minutos conseguí encontrar las escaleras, pero no me podía permitir bajar.

Si me veían por ahí podían encerrarme de nuevo y lo que yo estaba intentando era escapar.

Volví sobre mis pasos y me detuve a comprobar las ventanas pero no había manera de abrirlas. Parecía que solo permitían la entrada de luz pero estaban encajadas de alguna extraña manera a las paredes.

Una mano se posó sobre mi hombro y me giré de repente. Pero me relajé en cuanto vi a Lea.

"Tranquila fiera, no voy a hacerte nada" levantó los brazos en señal de derrota y la sonreí. A la única a la que no temía era a ella "¿Como has conseguido salir?"

"Creo que alguien me ha abierto la puerta" me encogi de hombros y Lea fruncio el ceño. Sé que estaba pensando quien podría haberlo hecho, se la notaba pero parece ser que se dio por vencida

Se disculpó con una sonrisa débil y salió por otro pasillo.

Todo eso me dejó algo mareada, toda esta situación me estaba sobrepasando y solo quería despertarme y que mi vida volviera a ser como era antes.

Crucé un par de pasillos más hasta que vi una puerta abierta. Cuando quise darme cuenta mi mano estaba actuando sola y entré en la habitación. No había percibido a nadie en ella antes de entrar y cómo era de esperar, no había nadie

La habitación era exactamente igual que las demás excepto que la pared de la derecha, la que estaba frente a la cama y la más ancha de la habitación estaba completamente llena de colores. Parecían dibujos abstractos, de colores vivos, llamativos a simple vista. Me acerqué hasta ella y la toqué ligeramente.

To Infinity And Beyond «Zayn Malik»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora