1

10 2 0
                                    

Me siento tan entumecida
Mirando la pared de la ducha

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎
OO1;

- 𝐁𝐚𝐧𝐧𝐢 ¡!;

Recuerdo aquel día que te conocí... lucías tan inofensivo, tan tierno. Con tus rulitos despeinados y tu cara de confusión al verme.

13 años atrás «5 años»

— Maaa me voy —. dijo mi hermano mayor bajando por las escaleras.

— ¿Que te vas a dónde? —. pregunta mamá saliendo por la puerta de la cocina.

— A la plaza a juntarme con mis amigos —.

— ¿Con permiso de quien? — pregunta ella, yo los miraba y escuchaba atenta sentada en el living.

Mi hermano rodó los ojos y se quedó callado.

— Por no pedirme permiso antes te llevas a tu hermana—.

— Pero ma....

— "Pero" nada—.

— Vamos Ibannia—. dijo mi hermano bufando.

Me levanté, fui corriendo con mi hermano, le agarré la mano y nos fuimos.





Llegamos al parque y mi hermano se encontró con sus amigos.

— Mira Ibannia— mi hermano apuntó con su dedo incide unos juegos que estaban a menos de tres metros— ¿No quieres ir a jugar?—.

Yo asiento felizmente y me dirijo hacia los mentados juegos. Varios nenes estábamos haciendo fila para tirarnos por la resbaladilla, esta era doble, así que habían dos filas. Una vez era mi turno el miedo me invadió, era un poco alta y casi no estaba inclinada así que se veía peor que cuando la vi de lejos.

— Dale nena, apurate—. dijo el nene que estaba detrás de mi, le calculaba unos 8 años.

El niño que estaba enseguida de mi, en la resbaladilla del costado, sólo se me quedaba viendo confuso.

— Pero apuraatee ¿No miras que los demás queremos subirnos igual?—. vuelve a hablar el niño que estaba detrás.

— Callate Martín— dijo el niño de la otra resbaladilla— ¿No miras que tiene miedo?.

El que al parecer se llama Martín, rodó los ojos y se cruzó de brazos.

— Vení conmigo— habló el otro nene— tirémonos juntos, así no te da tanto miedo— me extendió la mano y yo la acepté dudosa— 3...— empezó una cuenta regresiva— 2...

Él se adelantó y se tiró antes de llegar al uno, y como me tenía agarrada de la mano me jaló y cuando menos me lo esperé ya estábamos de vuelta en la arena.

Abrí los ojos temerosa y ahí estaba él, sonriéndome. Una vez que lo vi bien me quedé embobada. Tenía unos ojos café oscuro, te dejaban hipnotizada, con unas largas y enchinadas pestañas, sus labios no eran grandes ni carnosos, eran delgados y rositas pero querías quedarte viendo su sonrisa por el resto de tu vida, tenía unos rulitos color café, al igual que sus ojos, lo complementaba su tez morena y un tono carmín en sus pequeñas mejillas, haciéndolo quedar como todo un dios griego. Desde ese momento supe que mi príncipe rubio y de ojos azules, se había convertido en esto.

— ¿Hola, estás ahí?—. dijo pasando su pequeña mano, con la que estaba agarrando mi mano anteriormente.

Salí de mi trance y noté su mirada y sonrisa burlona y me di cuenta que me quedé mirándolo. 

Asentí tímidamente.

— Me llamo Mateo ¿Vos?—.

— Banni—. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 08, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

estas cuatro paredes y yo; 𝐓𝐑𝐔𝐄𝐍𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora