ʏ ɴᴏs ᴅɪᴇʀᴏɴ ʟᴀs ᴅɪᴇᴢ

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Fue en un pueblo con mar
Una noche, después de un concierto
Tú reinabas detrás de la barra
Del único bar que vimos abierto

Estaba en Mar del Plata, como todos los veranos, había dado un concierto de las cuatro a las ocho y media, estaba exhausto. En busca de un lugar para beber algo encontré un bar pequeño nombrado "Farolito".

Entré porque era el único que estaba abierto en la zona. Vos estabas de espaldas limpiando unas copas detrás de la barra. Me dejabas a la vista la linda pollera que marcaba tu parte trasera y la espalda de tu remera que decía "Que miras pajero" haciéndome reír.

Cántame una canción al oído
Y te pongo un cubata
Con una condición: Que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata

Sentía que me habías flechado con tan solo estar ahí sirviendome un trago y hablándome sin vergüenza aunque ni nuestros nombres sepamos. Yo quería de todo con vos en tan solo diez minutos, y se que vos también, pero yo tenía una condición; que me dejes conocerte a vos y a tus sentimientos escondidos, dejarme ver a través de tus oscuros ojos.

Loco por conocer, los secretos de tu dormitorio
Esa noche canté al piano del amanecer todo mi repertorio

Desesperado por compartir un momento íntimo con vos, un acercamiento con tu alma y cuerpo, esa noche hice lo mejor que pude, jugué las mejores cartas que tenía y toque lo mejor que tenía para impresionarte.

Los clientes del bar uno a uno se fueron marchando
Tú saliste a cerrar, yo me dije: cuidado, chaval, te estás enamorando

Todos se fueron yendo, dejándome solo con vos en ese bar. Vos pasaste a este lado de la barra para cerrar el local. Me llamaste mientras caminabas a la puerta pero quedé atontado mirándote. Tan hermoso, sencillo y libre, eras único.

Y ahí mis alarmas se activaron y me avisaron sobre mis sentimientos, pero fueron ignorados cuando vos, morochito, me llamaste para salir, haciendo que mis ganas de seguir a tu lado ignorando los peligros se hagan más grandes.

Luego todo pasó, de repente tu dedo en mi espalda dibujó un corazón
Y mi mano le correspondió debajo de tu falda

Y de un momento a otro estábamos uniendo nuestras almas y cuerpos en un Vaivén de emociones y sensaciones, dejándonos llevar por nuestros instintos.

Caminito al hostal, nos besamos en cada farola
Era un pueblo con mar
Yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola

Tuve el privilegio de probar tus gruesos labios, sintiendo tu respiración tranquila sobre mi cara. De camino al hostal no hubo lugar en el que frenemos para sentirnos cerca nuevamente.

Vos querías alguien que te acompañe en la noche, alguien para llenar el vacío de un día, un cualquiera... y yo quería dormir con vos.

Y nos dieron las diez y las once
Las doce y la una, y las dos y las tres
Y desnudos al anochecer
Nos encontró la Luna

Fluimos en un río de exitación y amor toda la noche. Pasamos las horas como si fueran minutos disfrutando completamente del otro. Así como nos dieron las diez y las once, nos dieron las doce, las una, las dos y las tres. Y así a la madrugada, bajo la luz de la luna, nos entregamos al otro.

Nos dijimos adiós, ojalá que volvamos a vernos
El verano acabó
El otoño duró lo que tarda en llegar el invierno

A la mañana siguiente nos saludamos con un par de besos, deseando volver a vernos en un próximo encuentro. Acabe el verano junto a vos, que eras un desconocido pero raramente estaba contento.

Volví a Buenos Aires. El otoño duro lo que tuvo que durar para que llegue el invierno. La primavera paso de una manera apresurada. Pero estos fueron normales, estaba bien.

Y a tu pueblo el azar, otra vez
El verano siguiente me llevó y al final del concierto
Me puse a buscar tu cara entre la gente

Y el nuevo verano me hizo volver a la ciudad de la feliz. Dí mi concierto veraniego y entre la gente te busque, intentando encontrarte como nos deseamos aquella vez.

Y no hallé quien de ti me dijera ni media palabra
Parecía como si me quisiera gastar el destino una broma macabra

Pregunté a todos los que se me hizo posible sobre vos. Consultando sobre un rulozo, de estatura baja, morocho con ojos que reflejaban la luna en su resplandecer. Y ni media palabra me decían sobre vos.

Parecía que me estaban jugando una broma macabra, como si el destino que me hizo volver a Mar del Plata solo lo hizo para verme decepcionado de mi búsqueda.

No había nadie detrás de la barra del otro verano
Y en lugar de tu bar, me encontré una sucursal del Banco Hispanoamericano

Un nuevo verano, una nueva decepción. Seguías sin aparecer, el destino me seguía jugando estas bromas y malas pasadas.

En el segundo verano el bar estaba pero no vos detrás de la barra. En el tercero cuando fuí me encontré con una sucursal del Banco Hispanoamericano, me sentía devastado, frustrado.

Tu memoria vengué
A pedradas contra los cristales
Sé que no lo soñé
Protestaba, mientras me esposaban los municipales

En un acto de enojo mezclado con tristeza y frustración, empecé a revolear piedras contra los cristales de aquel establecimiento.

"Yo sé que es verdad, sé que no lo soñé" Me quejaba mientras mis manos eran esposadas por la policía metiéndome en su patrulla.

En mi declaración alegué que llevaba tres copas
Y empecé esta canción
En el cuarto donde aquella vez te quitaba la ropa

Cuando me hicieron declarar me excuse con que llevaba tres copas encima, que no podía tener el uso de la razón, cuando si lo tenía.

Después de un día en una celda me soltaron. Volví cabizbajo a mi hotel y en el cuarto donde aquella vez te quitaba la ropa empecé esta canción, nuestra historia de reencuentro en este y mil versos más.

🌬️ .  .  . 💔















...Posible secuela...

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2021 ⏰

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𝐘 𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐢𝐞𝐳 -[𝐭𝐫𝐮𝐞𝐰𝐨𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora