¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Dr. Wilson se notaba preocupado, ¿Como no estarlo? Su paciente de casi toda la vida actuaba de una manera irreconocible. Sus ojos no dejaban de seguir los movimientos de las manos de aquella frágil y delicada muchacha. Estaba incómoda, pensó el Dr. Wilson por un momento. Las manos de la joven se movían como si estuviera apretando con fuerza algo entre sus manos, casi logrando lastimarse.
-Jeasi, te harás daño-La voz del Dr. Wilson rompió el incómodo silencio que había en la habitación.
La joven ignoró por completo su voz y siguió apretando sus manos, contándose con sus propias uñas. Varias líneas de sangre comenzaron a mostrarse en las palmas de sus manos. El Dr. Wilson no soportó la situación y se dirigió a ella. Al tomar sus manos entre las suyas, los ojos de la joven se movieron hasta el rostro del doctor.
-¿Que es lo que te sucede, Jeasi?-El Dr. Wilson ya no sabía que más hacer, Jeasi nunca actuó de esa manera, siempre fue una joven serena y amable.-¿Alguien te hiz..-
Jeasi gritó.
Su grito fue tan fuerte y agudo, que el Dr. Wilson la soltó como si quemara. Cubrió ambos oídos con la palma de sus manos, intentando disminuir el ruidoso grito de su paciente.
¿Que estaba sucediendo?
La pregunta no dejaba de golpear la cabeza del Doctor, no lo sabía. No conocía a aquella joven.
No reconocía a Jeasi.
Su grito siguió unos segundos más y luego, se desplomó en el suelo, quedando inconsciente.
Las manos del Doctor bajaron lentamente. Dio cuidadosos pasos hasta la joven y cayó al suelo de rodillas. Sus manos tomaron su rostro y apartaron los mechones de cabello que cubrían su pálido rostro.
