El Templo del Sol

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A leer...

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El Templo del Sol

La mañana siguiente fue tranquila, la fiebre de Rin había cedido; aún se encontraba algo débil pero pudo comer sin complicación lo cual era una buena señal. Aunque todavía me gustaría monitorearla para asegurarme que todo el veneno allá sido eliminado, pero no sabía cuánto tiempo Sesshomaru accedería a estar con nosotros y ahora ella se veía mejor temía que se fueran, una vocecita en mi interior me susurro que no era solo por el estado de Rin que no querían que se fueran; me sentí nerviosa no sabía qué pasaba conmigo.

-- Rin cree que es usted es muy buena señorita Kagome—sonreí ante las palabras de la niña que se encontraba en mi bolsa de dormir, sin duda su aspecto había mejorado mucho la noche en vela vigilándola había valido la pena.

--Haha tiene un corazón muy grande—dice Shipoo a mi lado. Me miró nervioso dándose cuenta de sus palabras.

--Me puedes llamar así cariño, después de todo eso soy—acaricie su cabello tranquilizándolo.

--¿La señorita Kagome es tu okaa-san?—Rin nos miró curiosa.

--Inuyasha y Kagome me salvaron la vida y me cuidan, ¡me han adoptado!

--Sesshomaru-sama también le salvó la vida a Rin, ¡la protege!—responde alegre, veo a los dos niños entusiasmados frente a mí y suelto una risita.

--¿Te sientes mejor Rin?—pregunte acariciando su cabello.

--Rin está mejor señorita Kagome—dice correspondiendo mi gesto. Satisfecha me levanto y salgo de la cabaña dejando solo a los dos niños en ella. Sango y Miroku comían alrededor de los retos de la fogata, tome el cuenco que Sango me ofrecía.

--¿Cómo amaneció Rin, Kagome?—pregunta Sango cuando me senté a su lado.

--Su fiebre por fin cedió pero quisiera vigilarla un poco más, quiero asegurarme de que todo el veneno esté fuera de su cuerpo—Sango asiente y no dice nada más; me decido a comer mientras veo el campamento. Ah-Un y Jaken estaban un pocos alejados podía ver como este último refunfuñaba, lo ignoro siguiendo mi inspección. Me doy cuenta de la ausencia de Kikyo pero pude ver a Inuyasha en la copa de un árbol, lo mire extrañaba; curiosa me acerco a él.

--¿Eh, Inuyasha?— llame nerviosa, me pregunté si aún estaba enojado conmigo ayer no dijo nada más luego de que regresamos al campamento. El hilo de mis pensamientos me llevó a escanear el lugar de nuevo confirmando lo que ya sabía, él no estaba aquí, no lo había visto desde ayer luego de que Inuyasha y yo volviéramos, ¿dónde estará?

--¿Qué pasa Kagome?—parpadeó un par de veces sorprendida de ver a Inuyasha frente a mí, no me había dado cuenta en qué minuto bajó del árbol, dejó atrás mis pensamientos sobre Sesshomaru y me enfoco en mi amigo.

--¿Pasa algo?— pregunte

--No pasa nada ¿por qué lo preguntas?

--Lo siento es que no vi a Kikyo y tu estas aquí solo sentí curiosidad; ¿todo bien?

--Todo bien, por sorprendente que te parezca ella y yo no estamos todo el tiempo juntos—asentí suavemente.

--Inuyasha lo de ayer, bueno me quiero disculpar de nuevo—sentí la necesidad de disculparme; no quería que entre nosotros hubiera más malos entendidos.

--Keh, olvídalo, por alguna razón entiendo porque no lo quisiste decir, ¡pero no lo vuelvas hacer! Confía más en mi Kagome—asentí sonriente feliz de que todo esté bien con él.

Nunca Pensé Enamorarme de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora