capitulo 5. "jeams y lawerence. los odio"

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Dios ¿Por qué me odias? Cuestione mientras amargamente trataba de apagar la alarma, pero no funciono así que hice lo que mejor se hacer, tome la desgracia y la estampe contra la pared.

Me gire e intente reconciliar el sueño pero me era imposible, una vez despierta no podía volver a dormir, así que me levante y como buena perezosa que soy me quede sentada en la punta de la cama mirando un zapato, que de hecho era un hermoso zapato, eran negros con un tacón muy alto para mi gusto y plataforma, de seguro eso no es mío, y ¿Qué hago yo mirando un zapato?

Me levante desganada porque odio las mañanas, ¿Por qué? Pues porque no, si me levanto como un zombi totalmente desubicada, y soy más torpe de lo que se le puede llamar habitual, ¡es un sufrimiento!

Tome una ducha e hice todo lo demás, me vesti, me coloque zapatos, arregle mi cabello, bueno si se le puede decir arreglar a sepillar y dejar como una melena de león, cepille mis dientes y arregle mi habitación, la verdad es que no soy la persona que más se arregle no puedo mentir, pero tampoco soy el tipo de chica que no le importa su aspecto porque aunque no me arreglo para los demás si no para mí me gusta verme bien y saludable, y salir como si me hubiese pasado un huracán no me hace sentir muy bien.

A la hora del maquillaje si así se le puede decir aplique algo de rímel en mis pestañas que por cierto son largotas aunque no muy abundantes, y humectante labial ya que me ayuda a mantener los labios bellos, si no lo uso se me parten horrible y me causan dolor, tome mi mochila con el trabajo de química que me había dejado el profesor ya hecho, ya que como ustedes saben mis padres son unos multimillonarios y aunque me enviaban a la escuela me hacían tomar clases extras el resto del tiempo, ¡hasta los domingos!

Por lo que siempre fui excelente académicamente, no me costaba entender lo que decían, además tengo una educación más avanzada, ya que veía temas universitarios y esto de química fue sumamente fácil para mí, podría dar tutorías si tan solo no fuese una perezosa y antisocial

Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina donde se encontraba cristina llorando, me preocupe inmediatamente, ¿Qué ha pasado?

-estamos jodidas zira jodidas hasta la mierda –no trato de ocultar sus sollozos, podía notar que estaba desesperada, así que la abrace con todas mis fuerzas para que se calmara

-¿Qué pasa? ¿Por qué estas así? –cuestione con tono preocupado, ella estaba hablando de algo serio solo llevábamos aquí una semana y apenas un día en el instituto ¿Qué pudo haber pasado?

-zira no tenemos con que alimentarnos, no hay dinero, no tenemos nada para poder vivir establemente, hay que pagar servicios, también hay que pagar la comida en la cafetería de la escuela y tampoco tenemos dinero para tomar un bus al instituto porque es 1km de camino, y no todos los días podemos ir a pie –mierda lo había olvidado, lo que teníamos luego de duros esfuerzos por conseguir algo de dinero, lo habíamos usado para comprar este departamento, los pasaportes y las ciudadanías y no tener que estar pagando la renta cada mes, pero por mucho nos habían quedado 500 dólares que habíamos usado para comprar algo de ropa y comida porque habíamos llegado sin nada

-shhhh –trate de tranquilizarla, estaba ya vestida con un vinito jersey un jean ajustado y unas botas, pero tiritaba como si tuviese frio pero esa era la reacción de cris cuando se ponía nerviosa –conseguiré trabajo lo juro – no era una promesa en vano, lo haría, cris vale estar bien por una vez en su vida y yo también lo merezco

-¿en serio? ¿Tu trabajando? –soltó una risita, ella sabe que el hecho de que yo trabaje ha de ser un milagro, pero estábamos en apuros y era necesario

-cristina me ofende tu falta de confianza en mi –me hice la dolida llevando una mano al corazón, ella se rio y me dio un abrazo y restregó sus mocos en mi bonito jersey, se quedo mirándome y se rio

Angel caidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora