Capítulo 2

216 43 22
                                    

–¡Feliz cumpleaños Niki y Sunghoon! –Exclamaron un grupo de niños, con regalos en las manos.

Habían pasado varios meses desde que Sunghoon y Niki se conocían. Eran como la uña y mugre, Niki siempre quería estar pegado a Sunghoon; y aunque esté se había negado en un principio, terminó aceptando la compañía del menor.

Todos los niños hablaban muy animados con Nishimura, a diferencia de Sunghoon que solo los saludaba y luego se alejaba para aislarse.

Habían algunos niños de su escuela primaria que a veces hablaban mal de él porque era raro. Pero, no le molestaba, no podía sentirse mal.

–Sunghoonie, ¿No vas a jugar con tus amigos? –Dijo la señora Park, acariciando la cabeza de su hijo y besando su mejilla.

–No –Él quería quedarse en esa silla y solo mirar desde ahí.

Taki ni Sunoo se acercaban porque no sentían esa suficiente confianza como para estar con él y seguro negaría su compañía.

–Sunghoon hyung, ¡Ven a jugar conmigo! –Llamó de pronto Niki, llamando a su amigo con señas.

Su mamá tuvo que animarlo a ir, así que eso hizo y acompañó a Niki. Todos estaban jugando a la ronda con una madre que se ofreció.

Debían tomarse de las manos y girar hasta marearse. El que podía seguir en pie ganaba.

Niki tomó su mano (como se esperaba) y una niña llamada Arin tomó su otra mano. Comenzaron a girar y la niña le estaba repitiendo que la agarraba muy fuerte y que le dolía. Él no entendía y seguía girando con los demás.

Así siguieron hasta que la señora dijo que soltaran sus manos. Sunghoon no acató a tiempo y cayó sobre la niña, haciendo que está se golpeara bastante fuerte con el suelo.

Sunghoon se levantó y la niña comenzó a llorar por el dolor del golpe y los raspones que tenía en su mejilla y brazos. Muchos niños se acercaron preocupados pero Sunghoon...Él no lo hizo y solo se quedó de pie, mirando sin entender.

Un niño lo jaló a un lado y lo pateó, haciendo que soltará un pequeño quejido.

–¡¿Por qué no te disculpas con Arin?! ¡Fué tu culpa! –Acababa de gritar Soobin, notoriamente molesto–. ¡Dile que lo sientes!

Sunghoon no entendía el ardor repentino en su pierna. Los padres intervinieron y separaron a Soobin y a Arin, a esta última para curar sus heridas y hacer que deje de llorar.

–Sunghoonie, vete a disculpar con Arin... –Dijo la madre, intentando que su hijo haga un esfuerzo.

–No lo siento –Fue lo que dijo, dejando a su madre con la piel helada y un nudo en la garganta.

–Sunghoonie, por favor, hazlo por mamá

–Mamá. Yo quiero sentirlo, pero no puedo sentir nada –Los ojos de la señora Park se cristalizaron al escuchar esas palabras y solo pudo abrazar a su hijo, sintiendo miles de cuchillos atravesando su cuerpo–. ¿Estás molesta conmigo?

–Claro que no...No es tu culpa no poder sentir algo...Pero debes disculparte con ella, tu no la querías hacerla sentir triste, ¿Verdad?

–¿Ella está triste por mi culpa? –Sunghoon no sabía que Arin se sentía así.

El niño caminó hasta Arin, que se sentaba en la silla con su madre. Sunghoon hizo una pequeña reverencia.

–Lo siento Arin, no sabía que estabas triste por mi culpa –La niña parecía un poco confundida y se seguía sintiendo igual. Sunghoon seguía con ese tono hosco y distante.

–Niño, no pareces arrepentido de haber golpeado a mi hija, ¿Te parece gracioso que ella se haya puesto a llorar? Ni siquiera la ayudaste, eres un maleducado –Dijo la madre de Arin, apegando más a su hija que no quería ni mirarlo.

Sunghoon no entendía, ya se había disculpado con ella. ¿Por qué seguía así? ¿Qué hizo mal?

La señora Nishimura se acercó a la madre de Arin a explicarle porque Sunghoon era tan frío y distante, ella parecía no muy convencida al respecto pero trataría de entender como era ese niño.

Sunghoon volvió a sentarse en la silla, solo, no quería ni estar con su madre ahora.

Siempre que uno piensa que las cosas no se pueden poner peor, terminan siendo así. Su mamá le dijo que su padre no iba a poder venir a su cumpleaños.

–Ok –Esa actitud distante permanecía ahí, no le importaba.

Cuando ya había caído la noche soplaron las velas y los niños se fueron. Sunghoon seguía en esa silla con la misma expresión.

–Sunghoon hyung, ¿No estás triste porque la mamá de Arin te dijo cosas feas o porque tu papá no ha venido? –Dijo un Niki cansado, sentándose a su lado.

–No

–...¿Te gustó el regalo que te dió mi mamá por tu cumpleaños?

–No lo sé

–...¿Amas mucho a tu mamá y a tu papá?

–No lo sé

–¿Me quieres a mi?

Sunghoon se quedó mirando a la nada durante un rato, moviendo sus piecesitos en el aire. Niki se apegó esperando alguna respuesta.

–No, pero quiero hacerlo. Quiero querer a Niki

El menor parecía notoriamente feliz con esa respuesta.

Al rato, la señora Park se acercó para que ella y su hijo se vayan a casa.
Cuando estaban en el trayecto escuchó algo que consoló a su afligido y preocupado corazón.

–Mamá, quiero aprender a querer a Niki

–¿Qué dijiste?

–Quiero querer a Niki

Su madre sonreía, él no entendía porque pero debía ser algo positivo. Su mamá siempre sonreía así cuando algo bueno pasaba o hacia algún avance.

Cuando llegó a casa podía oler algo desagradable, arrugó su rostro y se cubrió la nariz. No era un buen olor, lo hacía sentir enfermo.

–Sunghoonie, quiero que vayas a tu cuarto y te cambies. Mamá irá a arroparte en un rato, ¿Si?

Asintió antes de salir corriendo y subir por las escaleras. Ya en su cuarto, aún podía percibir ese olor.

No era como la limpieza o pureza de casa. Olía a la calle, a las botellas de cristal que había en la basura. No soportaba ese olor, le daban náuseas.

Your touch || Sungki (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora