Único

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El día era cálido y los árboles movían sus hojas al ritmo del viento, los niños reían mientras corrían intentado atraparse entre ellos. Era un maravilloso día para salir a dar un paseo, y eso era lo que ellos estaban haciendo.

Lee Taeyong y Kim Dongyoung caminaban lentamente mirando todo a su alrededor como si no pasaran por ahí todos los días. Taeyong le hablaba a su "Ddoing ddoing" sobre su nuevo compañero de clases "Nakamoto Yuta", un guapo japones que llegaba de intercambio.

Doyoung como siempre solo asentía haciendo que Taeyong le preguntara si lo estaba escuchando.

–Hyung, ¿por qué no vamos al río? El día está tan bonito como tú y no quiero desperdiciarlo solo yendo a casa.

Taeyong se perdió en la parte de bonito así que solo lo siguió el camino hacia el río. – ¿Qué harás en vacaciones? Yo iré a la casa de mi tía para ver a la familia.

Doyoung lo miró y asintió. –Creí que pasaríamos año nuevo juntos, como siempre. Ir a ver el amanecer y eso –Taeyong lo había olvidado, así que solo miró a su amigo impactado–. Pero esta bien, puedo decirle a Jaehyun que me acompañe, me dijo que haría una fiesta con los demás en casa de Johnny hyung.

– ¡No! –Doyoung lo miró y siguió caminando, dejando a Taeyong atrás–. Espera, espera... no puedes salir con tu ex novio así como así.

– ¿Quién dice que no? Somos amigos después de todo y no quiero estar solo en año nuevo, es malditamente deprimente.

– ¿Qué pasa con tus padres y Gongmyung?

–Mis padres irán a una fiesta porque les dije que saldría contigo y Gongmyung está con su novia.

Al llegar al río el sol ya estaba comenzando a desaparecer y el viento helado hizo aparición, haciendo que muchas personas volvieran a la comodidad de sus casas.

–Dime la verdad, hyung –Taeyong se puso rígido como un palo–. ¿No sientes nada por mí?

– ¡Doyoung hyung! –detrás de ellos corría un feliz Lee Jeno sonriendo, Doyoung murió de ternura–. Oh, Taeyong hyung hola –Taeyong asintió sonriendo de manera incomoda y fue hacia la banca cerca de ellos, mientras su corazón corría veloz.

Doyoung y Jeno se quedaron hablando por mas tiempo del que se suponía y Taeyong comenzaba a enfriarse. Seguía algo nervioso con la pregunta que su mejor amigo le había hecho y aún no sabía que responder a eso.

En el fondo él sabía que lo que sentía por Doyoung hace años había cambiado, quizás siempre había querido ser algo mas que un amigo, pero nunca se había dado cuenta. Es decir, hace menos de dos años apenas tenía 13 y sentía que no tenía la experiencia del amor.

Eran mejores amigos desde los 7 años, bueno, Taeyong tenía siete, mientras que el lindo conejito tenía cinco. Aún recordaba esa tarde de verano cuando el camión de la mudanza aparcó frente a su casa. Sonaba tan cliché como lo era, pero él jamás olvidaría ese primer encuentro.

Taeyong de siete años jugaba con su mamá mientras ella regaba las flores que su abuela les había regalado. Estaba empapado y lleno de barro, pero esa linda sonrisa inocente no se borraba de su cara. El camión de mudanza hacía tanto ruido que su madre y él sintieron la curiosidad de mirar.

Un niño pequeño llevaba una pequeña caja con dibujos de animales y su hermano llevaba las demás cosas, mas pesadas. El niño con apariencia de conejo le sonreía a su hermano como si él fuera un héroe que cargaba una tonelada. Los ojos le brillaban y su sonrisa iluminaba el mundo.

–Mamá –su mamá miró a Taeyong sin saber que pasaba–. ¿Es normal que ese niño parezca un conejo? –la mamá de Taeyong comenzó a reír divertida y asintió.

Dame la mano/DotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora