Y en el ocaso de un amor me encontraste…
Y con dulces palabras me llenaste,
ya sin fuerzas para intentar otra vez,
ya sin ganas de compartir mi amor...
Ya resignada a guardar mi corazón
y esconderme en mi soledad...
Así me encontraste...
Y me salvaste...
Así me entibiaste con el calor de tu abrazo
y me sacaste el invierno del alma...
A tus besos me entregué, temerosa...
Y la mujer en mí comenzó a florecer...
Fabiana Elizabeth Agüero
© Fabiana Elizabeth Agüero