Isa!! Feliz cumpleaños, de verdad espero que este pequeño OS te guste, es la primera vez que escribo sobre esta pareja, pero sé que de verdad te encanta y no podría permitirme el no intentar dártela como regalo!!
>3< Por favor disfrútalo mucho, besitos y abrazos >3<
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Afuera estaba lloviendo otra vez, cada gota caía como un traqueteo suave, en un susurro apagado a la distancia y se mezclaba con el ligero tarareo del chico que, recostado de espaldas sobre la cama, jugueteaba alegremente con el abanico entre sus manos, completamente inmerso en la belleza de su delicado diseño. Calidez y emoción bañando su pecho a cada pequeño sonido sordo nacido de la acción de abrirlo y cerrarlo cada cierto tiempo, al brillo de las bonitas y pequeñas cuentas que lo adornaba en azul, amarillo y rojo, como si se tratara de estrellas en el cielo.
Era realmente bonito y el chico, HuaiSang, no pudo evitar sostenerlo entre sus brazos y rodar en unas cuantas vueltas sobre la cama. Conseguirlo había tomado una buena cantidad de tiempo (y dinero) no podía creer que ya estuviera en sus brazos, que al fin pudiera tocarlo y percibir su aroma. Le gustaba, le encantaba y no pudo evitar reír con las mejillas teñidas de rosa al mismo tiempo que también agitaba las piernas sobre la cama.
Era su nuevo precioso ahora, su nuevo favorito y estaba dispuesto a protegerlo con todo lo que tenía.
Lo decidió, pero también, en el mismo momento en el que lo hizo, pensó en el siempre ceñudo rostro de la persona que odiaba que perdiera el tiempo en este tipo de cosas. Entonces, lentamente y apagando hasta una tranquila calma silenciosa le emoción en su pecho, observó en silencio la puerta de su habitación.
— ¿Debería estar abajo? — se lo preguntó e hizo una mueca con los labios — ¿Ya volvió? — volvió a preguntarse y dudó.
Estaba lloviendo por lo que no había sido capaz de escuchar demasiado más allá del constante sonido de la lluvia golpeando su ventana. No estaba seguro, no podía adivinarlo, pero ya era tarde ¿Debería? Arrugó la nariz y negó fuertemente con la cabeza. Sus notas habían sido malas otra vez, tal vez alguien ya había ido para decírselo. Era un riesgo ahora. No quería tener que enfrentarse a su severo hermano y ser regañado o castigado, definitivamente no quería hacerlo. No. No. No. No. No podía arriesgarse a que le quitara sus cosas.
Lo decidió y le dio la espalda a la puerta con un resoplido testarudo, su abanico preciado entre sus brazos, sin embargo todavía tuvo el valor de dudar y levantarse. Solo era un vistazo pequeño de todos modos. Estuvo aliviado de no haberlo tenido al rededor para atormentarlo otra vez con sus regaños, él siempre lo hacía sentir nervioso, pero al mismo tiempo ese silencio no había sido tan divertido o relajante. Solo se sintió como si fuera demasiado para él ¿Por qué lo echaba de menos? Debería haberse vuelto loco, pero ya estaba haciendo esto ¿No?
Bajó con pasos similares a pequeñas plumas cayendo sobre el suelo. No había más que unas cuantas luces tenues al rededor y brillaba la luz de las crujientes llamas de una chimenea en un resplandor muy cálido, dentro el acogedor silencio de un salón. Oscilando entre las sombras y agitándose sobre el cuerpo del hombre dormido sobre el sofá.
— Ah...— HuaiSang jadeó en silencio, su mano apretándose contra uno de los bordes de la puerta — Hermano...— lo llamó sin darse cuenta y se cubrió los labios con alarma, incluso contuvo el aliento, sin embargo no hubo un solo indicio de perturbación en MingJue.
