El cajón de los kinks ~ Oneshot collection

Juego de tres

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La noche había trascurrido exactamente como predijeron. El público había sido fantástico y entre todos consiguieron crear un ambiente divertido y familiar en el que disfrutaron tanto ellos como los fans.

—¡Por Army!— gritó Jungkook, alzando su vaso de soju.

—¡Por Army!— respondió el resto, imitando su gesto y sin parar de sonreír.

Los siete integrantes del grupo pasaron varias horas picoteando, contando anécdotas y bebiendo, sobre todo bebiendo.

—Taetae, recuerda que me debes la vida— dijo Jimin con una gran sonrisa, esa que provocaba que sus ojos se cerraran casi al completo de una manera muy tierna. Taehyung le miró incrédulo. —¡Cuando casi te caes! ¡Perdiste el equilibrio al borde del escenario! Era una muerte segura—. Jimin trató de contener la risa pero le fue imposible: la cara de Taehyung avergonzado era demasiado.

—Tiene razón, yo lo vi tooodo— dijo Jungkook riéndose mientras se reclinaba, quedando acostado en el suelo. Era obvio que todos iban bastante ebrios, las risas en seguida contagiaron a los demás y siguieron contando anécdotas del concierto.

—Así que me salvaste la vida, ¿no?— susurró Tae a Jimin tratando que sus amigos no lo percibieran —¿Entonces qué? ¿Te debo un favor?

—Ya están otra vez, igual deberíamos seguir bebiendo en la habitación de Namjoon y dejarles a solas,— sugirió Jin sin un ápice de vergüenza —a ver si se desquitan ya y acaban con esa tensión—. Concluyó, gesticulando de manera divertida de cara al resto de miembros.

Desde que empezó la gira, Jimin y Taehyung habían estado especialmente cariñosos entre ellos cuando bebían, y también sobre el escenario: indirectas, guiños, sonrisas... Realmente no había pasado nada más allá del tonteo, pero desde luego esa amistad que tenían estaba echando chispas, y para sus amigos era tan tierno como insoportable.

Entre risas, y sin hacer mucho ruido, Jin, Yoongi, Hobi y Namjoon recogieron un poco y se fueron sigilosamente mientras los tortolitos seguían hablándose mediante susurros y medias sonrisas.

Al cabo de diez minutos, el chico rubio de labios gruesos pronunció unas palabras que el moreno no se esperaba en absoluto: "Taetae, que se han pirado."

Taehyung salió por un momento de la ensoñación en la que vivía mirando solo a Jimin y se percató de que no había nadie más en la habitación. Miró al rubio y le sonrió, el estómago se le encogió y sintió como sus mofletes enrojecían, y el alcohol no era el único culpable.

Jimin se tapaba la cara con mucha vergüenza pero sin parar de reír.

—Ya sé cómo quiero que me devuelvas el favor— dijo el rubio con los ojos cristalinos y expresión pícara.

—Mmmm.. Como tú quieras—. Tae estaba suficientemente ebrio como para hacerse el valiente, pero en su interior estaba tan nervioso que tenía que luchar contra el acto reflejo de irse corriendo de allí.

—Como yo quiera, ¿no?— Dijo Jimin, juguetón. Tae alzó una ceja y afirmó suavemente con la cabeza —Pues...— Jimin se giró y miró fijamente al suelo, justo detrás de ellos—...Jungkook.

—¡¿Junggukkie?! Espera, espera, ¿qué?— Tae se percató de que realmente no estaban solos: Jungkook dormitaba detrás de ellos, tumbado en el suelo, sin enterarse de nada.

—Quiero que juguemos con él... ¿No te apetece?— Jimin posó su mano sobre la rodilla de Tae y fue acariciando su muslo suavemente mientras sus ojos no rompían el contacto con los del moreno. Tae le miraba embelesado, no conseguía apartar sus ojos de esos gruesos y húmedos labios. En ese momento decidió que jugaría a lo que fuese por poseer a Jimin. De hecho, habría dado lo que fuera por besarle en ese instante, pero cuando iba a dar el paso...