Ni bien Carlos dio su último bocado de su plato, Joaquin, su padre aunque no de sangre, no tardó en apurarlo a salir para encender el motor de la lancha, y a pesar de que no recordaba cuando fue la última vez que jalo de ese viejo motor, su conocimiento no se marcharia tan fácil, después de algunos intentos, finalmente lo logró, y luego de un largo suspiro exclamó:
¿Vaya día que se avecina no? Sin embargo solamente el mar respondió con una brisa refrescante y el sonar de los olas rompiendo(Carlos): Por fin, si que tardó en arrancar, seguro ese motor tiene más años que yo
(Joaquín): Ya te habias tardado, sinceramente pense lo habrías olvidado, conociéndote, no me sorprendería que olvidarás la red.
(Carlos): Siempre dudando de mi, quién estuvo en el mercado y en la cooperativa vendiendo la pesca?, que acaso son tan inexperto en esto? Tengo la cara de idiot...
(Joaquín): por que tan a la defensiva hijo, sólo es una pequeña broma, se que eres capaz, en primer lugar, crees que te hubiera apurado solo para que no lograrás ahorrarme tiempo?, Andale ya, es más, te dejó guiar la lancha de regreso.
Ni bien Joaquín terminaba de desenredar las redes su padre arrancó con rumbo a mar adentro, lo que causó un leve desequilibrio en Carlos y a su vez algo de enojo.(Carlos): traes vacas o que pa', cuál es la prisa, si es temprano no?
(Joaquín): Bueno, quizá si acelere algo, pero es que con la tormenta los peces se pierden, aparte, más chiquillo te sangoloteabas en toda la lancha y ibas a risa y risa, ándale ve preparando las redes
(Carlos): pues si me dejaras de comparar con un niñito que apenas y sabía su nombre, ya soy alguien que ayuda en el sustento de la casa, quizá merezco un poquito más de consideración, quizá nomás digo
(Joaquín): ándale pues carlotes, ya deja de estar flojeando, mira, ahorita nadie sale a mar abierto por la disque tormenta, pero mira, en mi 44 años y contando la marea y el viento me hacen lo mismo que a Juárez, entonces, menos cháchara y más chambeada, que si bien nos va la vamos a pasar cómodamente está semana y la otra, chance y completas para tu acuario ese.
(Carlos): seh seh, como tú digas.
Mientras desenredo las redes y vacío la trampa de los cangrejos, el mar está raramente tranquilo, como si nos dijera, vengan y surquenme, extraigan mis queridos hijos, y ya que están de paso, contaminen mi vasta superficie con su motor antiquisimo, sinceramente si una ola nos volteara en este instante no reclamaría a nadie, pero hey, o viven los camarones o vivo yo, entonces para distraerme de este gran abuso al océano, visualizo lo que hay en la cubierta, y no hay más que un improvisado toldo de lona de un candidato que al igual que todos su única aportación son sus mentiras y la publicidad, a lo largo veo las redes y dos trampas para cancrejos más oxidadas que si se disolvieran al entrar de nuevo al mar no me extrañaria, seguido a ello veo el comal guardado, algo del picadillo que quedo de ayer y un kilo de tortillas recién hechas de con don Ignacio, un machete ya desgastado estaba en la base del soporte de la lona, y por último un termo grande con agua, a lo mucho se llenaría con unos 10 litros, pero siempre se acababa el agua de tanto calor durante el día, ya después de perderme en mis pensamientos escucho al "capitán del bote" o al menos así se autodenomina cada que vienen turistas preguntando por el.(Joaquín): Chamaco que no oyes, te digo que si ya terminates, si ya están, no pierdas más tiempo y ve a echarlas, que luego te madrugan los condenados camarones.
(Carlos): Como diga mi capitán. después de escuchar el primer chiste malo del día y responder de la manera más fastidiada posible, suelto las redes sobre el área que me indico con señas, según el, el cardumen siente la vibración de nuestra voz y se esconden los camarones, que tan cuerdo lo ha dejado el mar, al menos a mi parecer no mucho, en fin, después de estar esperando un rato me indica que levantemos las redes, y a sorpresa de nadie, estaban rebosantes, apenas y poníamos de tanto.. condenado camarón dice mi pa completando mi oración. Después de cargar y subir la red nos dirigimos de nuevo a casa, si es que podríamos llamarle hacia a unos cuartos en obra negra y con techo de palma, pero hey, al menos tenemos una hermosa vista, o eso habría dicho si no fuera por la tormenta que ya se avisaba, no tardó en llegar a la casa gente que nos decía que evacuaramos, aunque no hubiera sido lo preferido por el "capitán", se resigno y solo se remitió a decir que fuéramos a vender y luego ya habría tiempo de ir al Refugio.
ESTÁS LEYENDO
Travesia Marina
AdventureUna historia basada en un pequeño pueblo ficticio de la costa del Pacífico mexicano, Joaquín y Carlos sobreviviendo al día, llevando una vida alegre, hasta la llegada de un suceso que los cambiara para siempre, es mi primer historia, espero y sea...