10.-Apertura.

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Cuando la camioneta paró en el lumbral de nuestra casa, no pudo describir como todo mi estomago dolía, respire lo más normal posible, para que cuando me bajaran pareciera que aún estoy dormida.

Las puertas delanteras se abrieron y unos segundos más tardes la trasera. Sentí unos brazos rodearme la cintura y otras tomar con delicadeza mi cabeza, acomodándome de la misma manera que en la casa de Jess.

Rogaba en mis adentros para que no hubiera todo un escuadrón de detectives y policías en el salón, con los teléfonos sonando, en busca de...mí.

La puerta principal dio un estruendoso ruido y la voz agitada de mi madre, se oyó. Y con eso quien me cargaba se detuvo.

-¡¿Por qué no llamaron en cuando la encontraron?!, ¡¿cómo esta?!, ¡¿dónde estaba?!-Gritaba y lo hacia tan rápido que atropellaba las palabras, de no conocerla y con su acento, no hubiera entendido ni una sola palabra.

-Anne tranquila, entremos a la casa, es mejor que la deje en su habitación. Pero te prometo que en el momento en el que despierte hablaremos con ella.

-Sólo...¿Está bien?-Preguntó ya calmada.

-Sí, esta bien, se pasó en tragos de eso estoy seguro pero es todo, esta bien.

La voz de mi padre podría ser muy dulce cuando no esta molesto, su tono de autoridad (que tenía en este justo momento), te pone los pelos de punta. Su voz gruesa y baja puede parecer la del mismo diablo si vuelves a Desmond Styles tu enemigo. Varias veces presencie escenas o llamadas en las que utilizaba ese tonó de voz y aunque nunca me regañaba a mí, me sentía mal por aquellos a los que les gritaba.

Subió conmigo en brazos sin dificultad hasta mi cama, me acomodo entro de las sabanas. Escuche sus pasos alejarse de ahí, hasta que la puerta se cerro; abrí de apoco en poco mis ojos, mis cortinas estaban cerradas y eso facilito que pudiera ver, me encontraba sola.

Gire en la cama en busca de la garra de agua que Katia acostumbra poner en la mesa de té , cerca de la ventana. A duras penas me levanté hacia ella, serví agua y la tome como lo que era, agua.

Volví a recostarme, me sentía cansada pero con el incomodo viaje, sería imposible conciliar el sueño a esta hora, sentí algo frío debajo de mi pierna, estire mi mano para ver de que se trataba. Mi celular, lo encendí, y mire la pantalla, 3:00 p.m., con razón todos estaban preocupados, tenía planeado regresar, más tardar, a las 10 de la mañana pero las cosas anoche se salieron de control, nunca es bueno tomar vodka en "fondos" y menos aceptar algo de droga para pasarla mejor.

Fue estupido hacerlo pero no le vi ningún mal, además del físico y esas cosas. Puedo decir que a las 12 de la mañana ya no estaba consiente de muchas de las cosas que hacia y/o decía, agradezco que mis sentidos fueran los suficientes como para conducir mi auto hasta la casa de Jess, sin sufrir ningún daño. La cara de su mamá ha sido lo más cómico de mi vida, tenía una sonrisa cuando cruzamos por su sala. Y no dijo nada, nos ayudo a llegar hasta el segundo piso, se despidió afectuosamente de su hija y nos dejo ahí, perdidas completamente.

Mi celular vibro, mire de nuevo la pantalla. Okay esto no podía ser verdad, 73 llamadas perdidas y 28 mensajes nuevos, sin contar los 47 mensajes por whatsapp. Desbloquee la pantalla.

Todas las llamadas venían del mismo teléfono, no esta en mi lista de contactos. Todos los mensajes igual, sin registrar.

La mayoría decían lo mismo:

<<¿Dónde estas?>>

<<Es mejor que prendas tu porquería, ¿qué haces?>>

Sheets Of True.  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora