"One Shot: Mi Plan D"

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El sonido del despertador retumba por toda la habitación, estoy cansado, anoche me acosté muy tarde. Resoplo y me acomodo más en la cama.

-¡Apaga ese ruido del demonio!- grita entre adormilado y furioso Breth, mi compañero de cuarto.

Me levanto de mala gana, eso me pasa por trasnocharme hablando con Kenz, tomo el aparato en mis manos y lo apago de forma brusca para luego lanzarlo a mi cama. Remuevo mi pelo con ambas manos y entro al baño para tomar una ducha.

Mientras me baño pienso en cómo habían sido las cosas después del baile, luego de una semana para ser exacto me había mudado, Kenz y mis padres fueron a despedirme al aeropuerto, y luego de una despedida muy emotiva y de varias promesas de llamar a diario a mi madre y a Kenz abordé el avión con rumbo a mi nueva vida una en la que BatMason estaría sin su SuperKenzie.

Desde el momento que pisé España decidí que trabajaría en superar mi enamoramiento por Kenzie pero aún no lo lograba, me resultaba muy difícil, a pesar de que había intentado tener relaciones formales con otras chicas en estos meses, no funcionaba. Kenz estaba dentro de mí,  muy dentro de mí. También estaba mi muy poca fuerza de voluntad, debería haberme alejado un poco de Kenzie, pero no podía.  Hablábamos todas las semanas, y nuestra relación fue mejorando poco a poco, empezamos a ser los mismos de antes, bueno a excepción de mí, pero sentía que me faltaba poco para volverlo a ser, aún era raro hablar sobre su relación con James así que el tema salía muy poco o no salía. Kenzie me conocía bien y prefería suprimir esas partes en las conversaciones, yo tenía claro que en cuanto habláramos del tema de su relación con el idiota de James, ya lo habría superado completamente.

Salgo del baño y me visto apresuradamente, hecho una última mirada a Breth, el cual duerme profundamente, él no tiene clases hasta dentro de unas horas así que puede disfrutar unas horas más de sueño.

Salgo de mi dormitorio y camino a mi primera clase. 

Hoy se cumplen exactamente seis meses desde que vine a estudiar a España y ya me encontraba a dos meses de acabar mi primer semestre de enfermería, había sido una temporada larga y difícil, extrañaba a mi familia, a pesar de que estaba en continuo contacto con ellos, no me era suficiente, los necesitaba.

Cuando recién llegue lo único en que pensaba era en dejar todo y tomar el primer avión que me lleve a casa, era un infierno, extrañaba a Kenzie con locura y venía a mí una y otra vez el recuerdo del baile.

En mi mente se dibuja aquella escena.

Separo de mi a Kenzie cuando empieza a sollozar, no me gusta verla así, odio verla así, me parte el corazón saber que su sufrimiento es a causa mía, busco su mirada hasta que aquellos profundos ojos me miran.

-Kenzie… -  susurro soltando su mano y dirijo la mía hacia el borde de sus ojos para limpiar el maquillaje corrido.

-Dijiste que siempre estarías conmigo- musita con voz ahogada haciéndome sentir el peor hombre del mundo.

Trazo con mi mano un camino hasta su mejilla. Me sentía tan triste.

-Y lo estaré, Kenz- intento animarla aun que realmente me consuelo a mí mismo –Son solo cuatro años-

El recuerdo hasta hoy me lastima, no como antes, pero trae a mi mente los momentos  desperdiciados, de no haberle dicho lo que sentía y haberla perdido.

Creí que separarme de ella era lo mejor, lo creí en ese momento, y se lo dije, todavía no estoy seguro, pero  a veces aún tengo ganas de volver a ella, a su lado. Pero recuerdo que ella tiene a James y que yo soy solo su amigo, las cosas no cambiarán.

Respiro resignado y vuelvo a la realidad y me sorprendo al verme caminar rumbo a la cafetería del campus, ya me falta una clase para poder regresar a mi dormitorio y ni siquiera sé cómo pasó la mañana, no presté atención a ninguna clase y solo caminé como zombie siguiendo a los demás para poder llegar al aula que me correspondía.

Mis pensamientos continúan y vuelvo a esa noche.

-Además, existe internet, el teléfono, las videocámaras...- continúo rápidamente al mismo tiempo que Kenzie niega con la cabeza y aparta sus ojos de mí.

-Las relaciones de larga distancia no funcionan, nunca- susurra entre sollozos.

-No somos pareja, Kenzie – digo intentando ocultar el dolor que se producía en mi interior al pronunciar esas palabras,  que no eran más que la cruel realidad.

El silencio se instala entre nosotros después de aquella frase, Kenzie se acerca de nuevo a mí, esta vez rodea mi cuello con sus brazos y deja descansar su cabeza sobre mi hombro. Mis manos  automáticamente se enredan en su espalda, y empiezo a jugar con las puntas de sus bucles.

-Venga, deja de llorar o terminarás por hacerme llorar a mí. – hago el intento de subirnos los ánimos a los dos.

Escucho una mezcla de risa y sollozo salir de su boca y luego la siento abrazarme con más fuerza.

-Es solo… - comienza a decir – me cuesta mucho imaginarme una vida sin ti.

Mi mano sube por su espalda entrelazándose con sus rizos.

-Lo sé, a mí también me cuesta, pero es lo mejor. Al menos, eso es lo que creo.

Luego de esa pequeña charla no hubo más palabras, todo fue silencio. Kenzie entendía lo que quería decir. Ambos lo entendíamos. Yo aún seguía enamorado de ella.

Despierto de mis pensamientos cuando tropiezo con algo, mejor dicho con alguien, una chica, sin darme cuenta la hice caer con todas las cosas que llevaba consigo.

 -¿Estás bien?- me apresuro a tomarla del brazo para ayudarla a levantarse.

-Sí- dice en un susurro, el que por suerte  escucho. La miro fijamente es bonita, me parece  haberla visto antes pero no estoy seguro, tal vez está en alguna de mis clases.

La chica nota que la observo y se sonroja, se suelta delicadamente de mí, toma sus cosas y se aleja a paso acelerado.

Sonrío tontamente, y me giro para seguir caminando, cuando mi mirada capta una hoja en el suelo, no muy lejos de mí. Camino un poco y me agacho para tomarla. En cuanto leo lo que se encuentra escrito una sonrisa crece en mí, la primera verdadera en meses, ocupando casi todo mi rostro haciendo que no pueda contener una carcajada.

Mi plan

Conseguir novio este año

No cualquier chico uno como:

Mason Carter. Guapo, divertido. Mi chico ideal.

Si al menos tuviera la valentía de hablar con él…              

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