Era una noche como cualquiera otra, o eso hubiera dicho si estuviera en la habitación de mi hogar, me encontraba en una habitación de hospital ya desde hace 8 meses, estaba observando las estrellas cuando de pronto escuché una leve voz, dejé lo que hacía de lado y empecé a mirar a mis alrededores, pensé que era mi mente haciéndome una mala pasada.
– Seguramente lo imaginé. – eso me dije, pero no estaba tan segura, ese susurro se escuchó tan familiar, que empecé a recordar a esa persona que se había hecho tan importante para mí, a esa persona que desapareció sin dejar ningún rastro de su existencia más que en mi memoria, que ahora sólo podía recordarlo mientras mirara a través de la ventana de esta habitación, que era hacer lo que tanto amábamos...
Me acerqué a la ventana de la habitación con mucho cuidado, en el cielo se podían apreciar un montón de estrellas con un brillo impresionante, y allí se encontraba mi favorita, la estrella Rigel de la constelación de Orión, realmente era una noche preciosa y encantadora que nunca podría olvidar, porque era cómo aquella noche, la noche en la que por fin podría ser la persona más feliz del mundo, pero que luego que convirtió en un simple sueño, en una realidad nunca vivida, el inicio de lo mejor que me pudo haber pasado y el inicio de saber lo que es perderlo todo en un instante, sin poder decir, ni decir nada.
Entonces lo recordé, el día en el que todo empezó, ese día todo estaba normal, aunque sentía que todo iba a ser diferente esta vez, pero aún no sabía que, así que lo ignoré, cuando estaba de camino a mi trabajo de medio tiempo en una cafetería, me choqué contra alguien y caí al suelo.
– ¡Ouch! – dije mientras recogía las cosas de mi bolso que se habían esparcido por el suelo rápidamente.
– Lo siento mucho estaba distraído, déjame ayudarte – Me tendió la mano para poder levantarme, la acepté sin dudarlo, ya que se me haría tarde para el trabajo, pero cuando lo miré a la cara, vi que era una de las personas que frecuentaba la cafetería desde hace 6 meses, siempre a la misma hora todos los días y desde que lo vi me había llamado mucho la atención, quería hablarle, pero no me animaba, era muy tímida y me ponía nerviosa muy rápido, muchas veces en la cafetería nuestras miradas se cruzaban, yo me alteraba por los nervios y volteaba la cara por la vergüenza, huía al mostrador para llevar más pedidos y mantenerme ocupada para que él no note que me ponía nerviosa con solo una mirada.
– Mu-muchas gracias – le respondí tartamudeando, me sentía avergonzada y creo que hasta me puse roja al verlo directamente a los ojos, me quedé tan ensimismada en su mirada que se me había olvidado que tenía que ir al trabajo, ya cuando reaccione, él me estaba sonriendo algo avergonzado de que lo haya quedado mirando por mucho tiempo, me volví a poner roja, le dije gracias de nuevo y salí casi corriendo de allí por la vergüenza, llegué a la cafetería y fui a los vestidores, me cambié tan rápido como pude, y me puse a trabajar.
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Todo fue un sueño
Short StoryEsta historia trata de una chica ordinaria, con una vida feliz, pero todo cambia cuando descubre la verdad. Este pequeño escrito fue creado por mi, y fue el primero que hice en serio, espero les agrade. Fue parte de una tarea, así que sólo lo subí p...