Querida mía, tu que con tu luz iluminabas cada una de mis mañanas entre esta paredes.
Lamento haberte escrito esto tras mi partida, me siento un cobarde por no poder haberte dicho esto en persona pero. . .
Ah, que vergonzoso es esto–
Se que lo másseguro estarás enfadada conmigo, lo sé, es comprensible me he ido y solo te dejo un par de cartas de las cuales te tienen que dar equitativamente Ray y Emma.
De verdad lo lamento, lamento que esta carta sea solo suplicas de alguien que pide un poco de atención por cada folio en el cual tinta ha sido derramada.
Lamento haberte hecho llorar de esa manera descontrolada.
— Te quiere. N̶o̶r̶m̶a̶n̶.
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Patadas y muebles eran tirados desenfrenadamente sobre el suelo de madera. Odiaba todo aquello de él.
Odiaba que supiera tan bien su reacción sin siquiera verla.
Sin embargo, no tardó en venir madre a parar a la pequeña joven la cual, acabó llorando en el hombro de esa mujer azabache aún a sabiendas de todo lo que había hecho, los niños, la pierna de emma,. . . Pero su tristeza inundaba su corazón de tal manera que mi ella podía.
