—𝘚𝘵𝘦𝘧𝘺 𝘋𝘪 𝘓𝘢𝘬𝘦𝘴
Otoño, las hojas crujen bajo mis pies, los pájaros cantan sobre los árboles. Y el frío se encuentra con el calor en un ambiente cálido.
Katherina está triste, no entiendo mucho por qué, y cuando trato de averiguarlo, me dice que está bien. Será que piensa mucho en su familia, o en quién amaba cuando era más joven.
A veces tiendo a pensar que yo fui la razón por la que tuvo que dejar su vida, la razón por la que dejó a su mentora y a su mejor amiga. Sí, dice que los extraña, que Gabrielle era divertida y cariñosa, y Hécate una mujer sabia que estaba dispuesta a apoyarla siempre.
La quiero como si fuera mi propia madre, aunque me haya adoptada. Le debo mi vida, aunque aun desconozco mucho lo que ocurrió antes de... bueno, lo que ocurrió antes de que ella me encontrara bajo el matorral en la colina.
Me recuesto en la cama, para dormir tranquila, pero no logro conciliar el sueño porque Katherina no está ahí conmigo. Ella está observando la ventana, parece pensar en algo, aunque no sé que será.
Me vuelvo, observo la hoguera, está cálido en la habitación. No hay nadie más que Katherina y yo dentro.
Cuando cierro los ojos siento el calor de su brazo derecho que me arropa, y sonrío.
Nuevamente, en el invierno, caminamos por las montañas en compañía de Julián. Charla con Katherina, aunque no logro escuchar bien lo que dicen. Pero escuché algo de un romance, y aunque no comprenda bien las relaciones amorosas, sé que a Katherina le hace falta alguien, un amor que quedó en el pasado.
Y vuelvo a pensar en que la aparté de él.
Le pregunto en la noche si ella está feliz a mi lado, y me dice que me ama, que haría cualquier cosa por mí. Que soy su hija, su tesoro. Ella lo es para mí también, mi madre, mi amiga, mi compañera.
Y nuevamente surge la duda, me pregunto cómo fue su vida, pero me temo que se siente mal. Me gustaría saber más sobre ella, sobre cómo era todo en su antigua casa o templo, cómo era la vida en la Real Orden. Pero no entiendo nada...
Tal vez todavía quede un largo camino por recorrer antes de que entienda completamente el pasado de Katherina, e incluso el mío. Y de momento la tomaré de la mano, porque no quiero perderla, porque quiero que estemos juntas para siempre.
Al fin y al cabo, ella siempre será mi mamá.