—Yerim...
La anteriormente nombrada se encontraba terminando uno de los tantísimos trabajos que tenía que entregar para la universidad. No obstante, en un abrir y cerrar de ojos toda su concentración como viento invernal se esfumó al presenciar un suave y cálido susurro, que se hizo cargo de llamar la atención de la joven, y en un intento de buscar alguna figura humana se dió cuenta que cualquier compañía que creía tener consigo brillaba por su ausencia. Se quedó completamente petrificada. No sabía qué hacer, y mucho menos sabía por qué comenzaba a perder el control de su cuerpo. Por si fuese poco, el ambiente era tenso y frío, aunque éste cambió por completo a uno más agradable y cálido. Yerim comenzaba a creer que estaba perdiendo la cabeza, era imposible que algún fantasma se haya hecho presente en la habitación, y peor todavía: que ese fantasma supiese su nombre. Se intentó convencer a sí misma de que había sido alguna que otra alucinación, que tal vez fue el té que anteriormente se había tomado o simplemente el lamento del viento al colarse por la ventana.
—...Yerim.
Nuevamente escuchó aquella mención hacia su persona, esta vez pudo sentir cómo su respirar chocaba contra su oreja con un tono más firme, pero la calidez y sensualidad permanecían en ella. Pensaba que debería ser casualidad que hubiese escuchado aquel susurro de nuevo, sin embargo esa fría sensación y esa tensión se había marchado de aquella habitación. Ahora el ambiente era agradable, cálido e incluso placentero, no le molestaba en absoluto el hecho de que sea lo que sea haya pronunciado su nombre porque actualmente se encontraba demasiado a gusto como para preocuparse de cualquier otra cosa.
Unos largos y cálidos brazos comenzaron a rodear todo su cuerpo, concretamente su cintura, pero al igual que antes nada le molestaba en absoluto. De hecho, Yerim se sentía tan bien que quería seguir poseyendo la calor que el cuerpo ajeno desprendía, y cuando pensaba que ya no podría estar mejor, unos suaves y abultados labios se apoderaron completamente de su cuello, el cual recibía lentos y cálidos besos por parte de aquel extraño y misterioso ser. Aunque fuese completamente extraño, Yerim no podía pararse a pensar lo raro que era y lo peligroso que podía llegar a ser, más bien, ese "algo" no le dejaba, pero estaba tan perdida en aquella lujuriosa sensación que se le hacía imposible ser consciente de ello.
No obstante, la curiosidad sí se hizo presente en ella, quería averiguar qué es lo que la tenía casi en las nubes con la mínima cosa, porque aunque fuese lo más sencillo del mundo, había algo que convertía cada gesto que aquel ser realizaba en un lujo por mínimo que sea. Sus ojos se abrieron como platos una vez había dado una media vuelta sobre su eje, pues aquel acto suponía hacer contacto visual con aquel misterioso ser por primera vez. Se había quedado completamente embobada, nuevamente petrificada y esta vez no era por miedo, esta vez había sido por la increíble belleza que poseía. Su piel era blanca y delicada como el marfil, el ébano de su largo y denso cabello era oscuro como la noche sin luna y sus ojos... Sus ojos eran especiales, únicos, simplemente inexplicables a la vista de una simple humana. No estaba muy segura de cómo eran, lo que sí sabía es que esos ojos hipnotizaban y lo hacían en profundidad. Aquella intensidad y brillo que sus ojos desprendían le hacían perderse por completo en éstos y tampoco podía hacer nada para evitarlo porque su cuerpo le jugaba en contra, aún así, no le desagradaba.
Dicho esto, su cuerpo comenzaba a acercarse al ajeno, y a cada segundo que pasaba la distancia entre ambas disminuía. Había pasado de quedarse anonadada con sus ojos, a quedarse anonadada con sus labios, aquellos de los que parecía estar tan cerca pero al mismo tiempo tan lejos. No obstante, ya casi podía sentir el roce de estos contra los suyos, y sus ojos comenzaban a cerrarse para disfrutar del beso.
Pero esto no se trataba de un cuento de hadas.
—¡Yerim!— Exclamó esta vez una chica de cabellos rubios, mejor conocida como Jungeun, su mejor amiga y compañera de piso.
La anteriormente nombrada dió un bote sobre la silla en la que se encontraba sentada y con una mano en su pecho, dirigió su mirada hacia ella con los ojos bien abiertos, para después observar la habitación de esquina a esquina, buscando la silueta de aquella chica con la que estaba anteriormente.
—¿D-dónde está...?— Cuestionó aún confusa, recordando todo lo que había pasado minutos antes.
—¿Dónde está quién? ¿Estás bien, Yerim? Parece ser que te has quedado dormida mientras estudiabas. —Comentó extrañada Jungeun, que todavía tenía sus ojos puestos en la más joven.
—Oh... ¡nada, nada! Creo que... Era un simple sueño.
—De acuerdo, entonces será mejor que te levantes y recojas tus cosas, vamos a llegar tarde a clases.
—Sí... será mejor que me dé prisa.— Una de sus manos llegó a parar a su nuca mientras se ponía de pie. Todo había sido muy extraño, pero había parecido tan real que casi lo llega a confundir con la misma realidad.
"Qué sueño más extraño acabo de tener."
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𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐖𝐄 𝐌𝐄𝐄𝐓 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍 | 𝐡𝐲𝐞𝐫𝐢𝐦.
Fanfiction"Dime si podré encontrarte de nuevo, no quiero perderte, pero tampoco quiero perderme en la oscuridad de tus ojos." Choi Yerim tiene un sueño bastante extraño con una persona raramente familiar que le hace perder el control de su cuerpo. Desde el en...