Capitulo uno.

2 0 0
                                    

Era un día lluvioso, frío y mostrándome un cielo nublado, pensaba desde mi ventana en todo lo que había vivido y dejado atrás, mi vida, mi casa, mi familia, mi ciudad y mi país, pero no lo recordaba con tristeza, todo lo contrario, lo recordaba como un trampolín para lograr mi meta.

Era hora de salir, hoy es el concierto y todo lo que haga desde este momento será importante para lograr mi meta.

Las calles de Seúl estaban muy llenas, todo era un caos, fuera de eso estábamos a 5°, pero igual no importaba, tome mi paraguas, mi abrigo y salí, faltaba muy pocas horas para el concierto y tenía que estar lista.

Compré todo lo necesario para ejercer mi plan y ya voy de salida hacia el concierto.

Las personas de Corea siempre se extrañan al verme en la calle ya que al ser extranjera mis rasgos faciales y cuerpo son muy distintos a los de ellos, pero realmente no me importaba mucho, ahora lo importante era mi plan.

Al entrar al estadio todo era como lo soñé, lleno de luces, reflectores, montones de asientos, estaba buscando mi asiento, era primera fila no era muy difícil, espere a que todos fueran llegando para así comenzar mi plan.

Al ver que todos llegaban fui al baño, tenía que actual rápido, el día antes había dejado escondido un maletín en ese estadio, rogaba al cielo a qué estuviera ahí aún, y si ahí estaba, me cambié rápidamente y me puse mi tarjeta de identificación falsa que me haría parte del staff.

A unos minutos de comenzar el show, dije Este es mi momento, pase por la entrada por dónde solo podían entrar los miembros del staff, comenzaba a latir mi corazón muy rápido, cerca alcance a visualizar su camerino, pero me encontré a dos grandes guarda espaldas que en mi plan no estaban incluidos.

Estaba a punto de comenzar el show y yo tenia que actuar rápido, hice lo primero que se vino a mi cabeza, tenia que distraerlos. 

– Los necesitan en el escenario – dije tratando de desviarlos, Los dos me miraron confusos

– Señorita, no nos podemos mover de aquí, tenemos prohibido movernos de aquí– Contesto uno de ellos

–Los necesitan para levantar algo pesado - Me miraron confundidos, pero mas sin embargo asintieron y caminaron hacía allá, tenia que moverme rápido, no demoraran en descubrirme

Y ahí estaba, frente la puerta de su camerino, el nervio me invadió, las piernas me temblaban por la locura que estoy y estaré por cometer, espero que todo salga bien y no termine todo mal, de no todo mi esfuerzo será en vano. Me acomodé mi cabello ondulado, me puse algo de labial rojo y entre.

Mi corazón se puso a mil millas por horas al verlo de pie delante de mi, rápidamente lo escanee con la mirada,  su cara completamente confundida y su pecho sin nada que lo cubriera, su cara era igual que como lo mostraban, varonil, sexy y su cuerpo... madre santísima que hombre mas caliente en la vida. Me acerque lentamente a el, su mirada era mas que confundida.

–¿Quién eres y que haces en mi camerino?– Pronunció con su mirada directamente a mi, al escuchar su voz mis piernas temblaron ante su presencia, seguí avanzando hacia el, mientras el retrocedía, hasta que chocó con la pared. 

–Te tengo– Susurre frente a su rostro, con una mano lo acorrale, mientras que con la otra mano, en palma abierta toque su pecho y fui bajando, Dios este hombre estaba trazado por los mismos dioses, retiró mi mano bruscamente, y me miró confundido, yo nunca había retirado mis ojos de los suyos. Su respiración estaba agitada y la mía pues ni para que decir. 

¿Qué diablos crees que haces?– Hablo con voz autoritaria mientras que yo lo miraba directamente a los ojos, me separé de el y me senté en uno de las mesas ahí, mientras que el se ponía una camisa, su mirada curiosa y furiosa a la vez. 

Me acerque nuevamente a el y le dije –¿Qué crees que hago?– mirándolo directamente. –Se que no me conoces, se que piensas ahora mismo que estoy loca, pero vine a hacerte una propuesta, tengo que ser rápida, pronto vendrán tus guardaespaldas– Su mirada curiosa lo delató a que quería saber más. –Me gustas, se que estas acostumbrado a escucharlo, soy sexóloga y te quiero enseñar algunas cosas que sé, seré directa– Me acerque completamente a el y susurrando le dije –Quiero enseñarte como llevar al cielo a una mujer en la cama–.




Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Solo era una ayudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora