Era la una de la mañana y ya estaban casi todos muy borrachos, yo no bebí mucho porque esa noche estaba yo solo con mis abuelos en el pueblo y no quería darles un disgusto y llegar a casa por los suelos.
A esa hora la gente se suele ir a casa, son todos unos aburridos... Y como de costumbre nos quedamos los mismos que siempre. Estábamos Andrea, mi mejor amiga y la responsable de que esa noche estuviésemos allí ya que estábamos celebrando su cumpleaños. Andrea es de estatura media, tiene el pelo por encima de los hombros y su pelo natural es castaño pero últimamente se lo está tiñendo de un color rojo que la queda muy bien. Al quedarse Andrea más tiempo eso significaba que su novio, Carlos, también se iba a quedar ya que mantienen una relación a distancia y cuando están juntos son inseparables. Y lo mismo digo del mejor amigo de Carlos. Dónde esté Carlos, siempre va a estar Jaime; aunque al igual que con Andrea vive en otra ciudad y solo le vemos en verano. Y bueno ha llegado la hora de hablar de Jaime. Aif... Jaime... Era sin duda uno de los chicos que están más buenos que había visto nunca. Aun que no fuese muy alto, tenía unos músculos que todos envidiaban, un culo muy buen puesto que a veces era casi imposible parar de mirarlo y su sonrisa te trasmitía una sensación de felicidad y adorabilidad continua. Pero hay algo que le falla... Es hetero. Le gusta más una tía que a un tonto un lápiz por así decirlo. Pero aun que lo fuese, yo iba a seguir poniéndome cachondo cada vez que pensaba en tener algo con él. Y si, como a cualquier gay del mundo, un chico hetero me ha gustado, y mucho. Pero por otra parte, muchos de esos sueños que tienen los gays con heteros no se cumplen; pero eso no iba a pasarme a mí.
Unos meses antes de verano, hablando con Carlos, no sé cómo acabamos hablando de Jaime y de todas las apuestas que habían hecho entre los dos. Una de ellas me llamó mucho la atención, era la siguiente:
Jaime apostó con Carlos 10 chupitos de tequila a que yo no era capaz de besarle.
En cuanto Carlos me contó eso yo me eché a reír. No me lo podía creer. El sueño que siempre había tenido podía hacerse realidad y además de la forma más absurda posible.
Así que decidí que la noche que celebrásemos el cumpleaños de Andrea iba a ser el día en el que iba a hacer que Jaime perdiera la apuesta.
Nos dispusimos a caminar hacia otro sitio por que donde estábamos bebiendo empezaba a hacer frío y queríamos ir a un sitio más resguardado. Íbamos andando cada uno a lo suyo. Andrea y Carlos abrazados y dándose besos. Mientras que Jaime y yo íbamos cada uno a un lado de la parejita. Eso sí, Jaime no podía casi andar e iba haciendo eses. Era la ocasión perfecta de intentar besar a Jaime, estaba borracho y no se enteraba muy bien de lo que estaba pasando. Así que me dispuse a hacerlo. Me armé de valor, me acerqué hacia él. Le cogí de las mejillas y le planté un beso en la boca. Fue todo muy rápido, casi ni me dio tiempo a disfrutarlo porque Jaime me empujó mientras Carlos se reía y gritaba que había ganado la apuesta. Al final todos acabamos riéndonos por la situación.
Pero no acabó ahí la cosa.
No sé ni cómo ni por qué pero decidimos jugar a la botella, algo absurdo porque Andrea y Carlos estaban juntos y no se si les haría mucha gracia besarse con otras personas, pero todos accedimos.
Las normas las eligió Jaime: La primera vez que te tocase con alguien un beso en la mejilla, la segunda vez que te tocase con la misma persona, un beso en los labios; y a partir de la tercera vez, empezaban los morreos y cada vez que te tocase con esa persona se añadirían dos segundos de duración al morreo.
Comenzamos a jugar, después de 5 min ya nos habíamos dado un pico todos con todos. Ahora me tocaba a mí. Giré la botella y me tocó con Jaime. No me lo podía creer, iba a notar su lengua en contacto con la mía. Me dispuse a besarle pero tenía la corazonada de que se iba a apartar, pero no lo hizo. Solo no besamos durante dos segundos (ya que las normas lo decían), pero solo con eso y con la cantidad de alcohol que llevaba en el cuerpo me puse muy cachondo y deseando que me volviese a pasar. Llegó mi turno otra vez. Y otra vez me tocó con Jaime. Esta vez fue distinto, se abalanzó él sobre mí y empezó a besarme. Nuestras lenguas se entrelazaban dentro de nuestras bocas casi dejándome sin respiración. Cuando pasaron 4 segundos Carlos dijo que ya teníamos que parar, pero Jaime no me soltaba. Me tenía agarrado por la cintura y no me dejaba separarme. Yo le tenía agarrado con una maño en el cuello y la otra tirándole del pelo. Era mi primer lío. No de mi vida obviamente porque yo ya había estado con unas cuantas chicas antes. Pero si que era mi primer beso con otro chico.
No podía creer lo que estaba pasando. Tenía un calentón en el cuerpo impresionante, el pantalón me iba a estallar, mi polla erecta hacía demasiada presión contra los pantalones. Después de estar casi 2 minutos sin parar me soltó. Aun no asumía que me había liado con un chico y menos aún que era con Jaime.
Jaime se fue detrás de unos matorrales por que se estaba haciendo pis. No me podía dejar con el calentón que llevaba encima, así que sin dudarlo, me apresuré a seguirle. Me puse detrás de él. Le abracé por detrás deslizando mis brazos por sus hombros, pectorales y finalmente abdominales. Se dio la vuelta y comencé a besarle. Estuvimos unos 5 minutos besándonos sin parar. Yo no aguantaba más y comencé tocarle su paquete. Ese paquete que siempre había deseado tocar. Ese paquete que siempre se le marcaba, con los pantalones que fuesen, siempre estaba ahí ese bulto que por fin tenía en mi poder. Poco a poco iba notando como se le iba poniendo dura. Hasta que metí mi mano poco a poco por dentro del pantalón tocándosela por encima de los calzoncillos. Me dispuse a meterle la mano por dentro del todo mientras le besaba el cuello. Se la saqué del todo y comencé a pajearle. Su tremendo paquete era directamente proporcional a su tremenda polla. Casi podía pajearle con las dos manos a la vez y eso que mis manos no son peculiarmente pequeñas. Notaba que a medida que pasaba el tiempo su respiración comenzaba a ser cada vez más fuerte y rápida. Hasta que de repente sentí un líquido cálido en mis manos. Efectivamente era lo que yo suponía. Se había corrido en mi mano. Saqué un pañuelo que llevaba en la mochila y nos limpiamos.
No entendía que acaba de pasar, nunca en mi vida me hubiese imaginado que iba a pasar eso.
Volvimos donde estaban Andrea y Carlos, no se habían enterado de nada porque habían estado ocupados en sus cosas... Eran las 3.30am y decidimos irnos a casa.
Cuando llegué y me metí en la cama comencé a pensar en lo que había pasado unas horas antes. Aun no me lo podía creer. Había besado y pajeado a un chico borracho que está bien bueno.
A la mañana siguiente me desperté porque había quedado con Andrea, Carlos y Jaime para ir a dar una vuelta y despedirnos porque se acababa el verano y cada uno volvíamos a nuestra ciudad. Estaba muy nervioso ya que no sabía cómo iba a reaccionar Jaime al verme y tampoco sabía cómo reaccionar yo mismo. Justo cuando salí de la ducha llamaban al timbre. Eran ellos, y como siempre, llegaba tarde. Era algo común en mi así que no se enfadaron. Me vestí rápidamente con lo primero que saqué de mi maleta y salí a la calle donde estaban los demás.
Todo parecía normal. Nos comportamos como si nada hubiera pasado. Que por una parte mejor, pero me quedé con las ganas de preguntar a Jaime que qué pensaba de lo que había pasado la noche anterior. No me aguantaba más así que le pregunté. Su respuesta me sorprendió pero por otra parte me alivió mucho. Me dijo que le había contado todo lo que pasó Carlos y que si no llega a ser porque se lo contó no se hubiera enterado. Estaba demasiado borracho como para acordarse de lo ocurrido. También me dijo que n o pasaba nada que había pasado por una borrachera y que nuestra relación iba a seguir igual.
Cuando nos despedimos me dirigí a mi casa pensando en lo ocurrido. No me arrepentía de nada. No había mejor forma de terminar el verano que besando a mi primer chico. Desde ese momento mi historia con chicas había acabado. Ahora ya sabía cien por cien seguro que era gay. Ahora tocaba empezar una bonita historia con chicos.
¿Bonita? Más me hubiese gustado a mí que hubiese sido bonita. Lo bonito acababa de empezar pero solo durante unos meses. Empezaba el instituto y allí me esperaba alguien que transformaría mi visión y confianza que tenía hacia los chicos.
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Holaaa aquí tenéis el primer capítulo. ¿Qué le pasará a Nico en el instituto? Si quieres saberlo dale a like y comenta. No sé cuando volveré a subir pero seguramente que muy pronto. Gracias por leerlo
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Bad boy. (gay)
Teen FictionUn chico de 16 años cuenta las experiencias que ha tenido con otros chicos a lo largo de su vida hasta que algo pasó que le cambió la forma de ser para siempre.