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Camino hasta él. Está algo lejos, quizá a unos veinte metros. Lo diviso desde donde estoy, pero mi estómago me hace querer largarme a llorar. Me encuentro seguro, lo siento, sé que las palabras no saldrán claras; que revolveré todo y terminaré yéndome con una decepción.

Pero, si en algo tienen razón mis dos amigos, es que sin intentarlo nunca sabría qué pudo haber pasado.

Y es que el hubiera no existe.

— Vamos... SoonYoung, sabes que puedes hacerlo — me digo. Intento alentarme.

Quiero convencerme, de que todo lo haré bien. Que él gusta de mi tanto como yo siento que estoy enamorado, lamentablemente. Las cosas del amor, las cosas donde todo se vuelve un problema e involucras a tu corazón. Ese corazón que por más que creas que es fuerte, se lesiona, se lastima. Lo sientes. Sientes no poder ser un buen amigo frío que ni siquiera tenga noción de lo que sucede con sus sentimientos.

Pero, seamos realistas, eso sólo pasa en las películas. Porque, por más que alguien diga que no, y actúe frío; por más que finja ser alguien sin sentimientos, tiene un talón de Aquiles.

Me he puesto de pie, a medio camino. Estoy nervioso, y pienso lo que voy a intentar decir. Siento a WonWoo llegar por detrás mío.

— SoonYoung, tranquilo. Es un chico.

No. Él es « el chico»

— Lo sé — asiento — Solo, un momento. Me estoy preparando para las dos posibilidades.

¿Qué debería de decirle? La verdad, era que inevitablemente diría una tontería. Hablo de una cursilería. Odio ese lado de mí.

Demonios, no sé que estoy haciendo. No sé hacia donde va esto, qué podría pasar. Pero, de algo estoy seguro, no me arrepentiría. Tenía dos cosas en ese momento: la frase me gustas y la otra frase lo lamento. ¿Por qué? Una la uso de comienzo, y la otra en el peor de los casos, de despedida.

— Bien... Vamos -retomo mi camino.

Pienso en él. En el por qué de estar metido en este embrollo. ¿Qué es lo que lo hace tan especial a mis ojos? ¿La manera en la que me sonríe? ¿Cómo es tan amable? ¿Cómo siempre es un chico pesimista que lo oculta en positivismo? ¿Sus ojos? ¿Sus labios? ¿Su manera tan molesta de hablar? ¿El sabor de sus belfos?

O quizá todo en un conjunto.

Quizá todo aquello. Quizá sólo me encantaba porque era él mismo, porque era una hermosa combinación. ¿Cómo es que pude aguantar tanto en darle un beso?

Sólo espero ser bueno, que él me vea igual. Que no sea cruel con el pobre corazón que ha caído ante él. Fue inevitable. Y cuando me di cuenta, estaba a unos pasos.

Suspiré pesado, queriendo decirle al de arriba que me hiciera un favor. Que no le pediría nada nunca más. Tan sólo lo quería a él.

— MingHao — hablo. Esos ojos cafés me miran, algo confundidos, pero se tornan en otro sentimiento. Me siento atragantar — ¿Puedo hablar un momento contigo a solas?

No sé que ha sido peor. Que él me viera con un sentimiento indescifrable, o que se pusiera de pie al instante en el que se lo pedí. Aunque puede ser bueno, yo retrocedí aturdido y él me miró raro.

¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que se hace después de...?

Bien. Esto de estar enamorado, créanme que les afectará parte de su intelecto. Me siento algo algo idiota diciendo eso, pero MingHao atontaba todo en mí. Me hacía sentir nervioso, a cada movimiento que yo hiciera temía ser juzgado por sus ojos.

Como si yo girara entorno a él, y fuera como un tipo de Dios al que necesitaba agradarle.

Él era la Tierra, y yo su Luna.

— ¿Y... Bien? — me pregunta.

Salgo del estado pensativo en el que estaba y le miro. Tiene una sonrisa, que solo logra hacerme sentir un estúpido nervioso porque también le sonrío, y sus cejas están alzadas.

— Oh, claro, ¿te parece si vamos afuera?

— Está bien.

Era hora de decirle, que aunque no quisiera e intentara ahogar mis sentimientos en un vaso de agua, era imposible no estar enamorado de él.











El final se acerca :0

¡𝐜á𝐥𝐥𝐚𝐭𝐞! 🌠 𝐡𝟖𝐬𝐡𝐢 | 𝐡𝐚𝐨𝐬𝐨𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora