Prólogo

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---¡Vaya!Esto es la hostia
----Joder, cuánta gente.
---¿Profe puedo ir al baño?---Preguntó la voz chillona de Marta.
---¿Tu crees que en una Iglesia va a haber un puto baño?---Respondió nuestra carismática profesora.
La guía nos llamó para que nos reuniésemos en una esquina de la Iglesia.Como siempre mi hermana y tres personas más se quedaron atrás haciendo fotos.Mi hermana Mia es una apasionada de la fotografía.Puede tardarse hasta una hora para encontrar buenos ángulos y luces perfectas para sus fotos.
Yo, en cambio, prefiero mirar y observar detenidamente el paisaje.

---¡Venga daros prisa,¡coño!,ya tendréis otro momento para hacer eso!---dijo la profesora llamándolas la atención.
---Bruja...---Se quejó Mia.
Estábamos en Praga.
Como todos los años el colegio organizaba un viaje para los alumnos del último curso de la ESO, y como todos los años, aunque nos dejaban votar,se iba a iba al mismo sitio.
Yo había votado por ir a Amsterdam o a Londres, pero no me disgustaba Praga.
Me quedé mirando a lo que era el interior de la Iglesia de Týn. Era enorme así que decidí dar una vuelta pero el tumulto de gente me llevó a un lateral,debajo una especie de balcón.Levanté la mirada y vi lo hermosa que era.
---Joderrr---Chilló Marta---ME HAS PISADO,GILIPOLLAS.
Resonó por toda la iglesia,menos mal que poca gente entendía el español.
---¡¡¡Cállate!!---Gritó la profe.

Miré la escena con diversión.Todo el mundo las miraba, intentando descifrar qué decían.
Miré al techo.
Era un buen ángulo para hacer una foto,asi que busqué con la mirada a mi hermana para avisarla.

No estaba.Tanta gente me impedía ver a los de mi curso,aunque se oía el grito de mi profesora poniendo orden.

Volví a mirar hacia arriba pero en vez de un balcón vacío vi a un hombre de mediana edad con el pelo rubio y gafas.Me sonrió y le devolví la sonrisa.
---¡¡Aina,he hecho una foto preciosa de la Iglesia!!
Oía Mia pero no la veía,estaba entre el mogollón,haciéndose un hueco para venir a donde estaba.
Entonces,un golpe seco retumbó por toda la sala.
Lo que parecía ser el hombre que había visto en el balcó estaba en el suelo, a mis pies, cubierto de sangre.

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