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Seguía caminando, recto y con la cabeza bien alta. Dejando atrás todo aquello que en algún momento consideró suyo, pero que nunca lo había sido.

La calle, que en un principio era estrecha, se hacía ancha, dejando paso a una gran plaza llena de gente sentada en terrazas de cafeterías y panaderías. La fuente situada en el centro se erguía orgullosa delante de todos, rajando agua hermosamente, de arriba hacia abajo, hecha de un mármol blanco y brillante, rodeada de edificios con columnas y pilares, inspirados en la arquitectura grecorromana, dándole grandeza y esplendidez a aquel lugar repleto de gente que ignoraba todo lo ajeno, siendo incapaces de adivinar que aquel chico bien vestido, atractivo, alto y de piel canela, acababa de encontrar a su pareja engañádolo, con su mejor amigo, en su propia casa, en la misma cama sobre la cuál ellos habían tenido sexo apenas unas horas antes.

Quién iba a saber que el pobre Taehyung se había ido sin inmutarse, sin derramar ni una sola lágrima delante de ellos, queriendo mantener su orgullo intacto, queriendo aparentar una serenidad que a estas alturas ya no tenía, que estaba sintiéndose en realidad demasiado dolido. Era cuestión de tiempo que la primera lágrima se deslizara resentida, siendo seguida por otras marcando el inicio de un llanto silencioso, pero aún no.

Estaba lo suficientemente confundido y asqueado como para poder procesar toda la información. Tendría que haberlo visto venir, estaban siendo muy poco disimulados. Se culpaba por iluso, ves a saber desde hacía cuánto estaban viéndose y acostándose a sus espaldas.

Se sentó en la terraza de alguna cafetería, no le importaba cuál, sólo se sentó aleatoriamente y esperó a que algún camarero le tomara la orden, ensimismado en la grandiosa fuente, mirándola sin verla. Tenía la mente aún en su ahora ex-pareja, encima de un Jimin jadeante y sudado, que disfrutaba del placer incluso después de haber visto a Taehyung en el marco de la puerta, paralizado. Su pareja no se habría enterado de su presencia si su rubio mejor amigo no se hubiera quedado mirándolo, esperando a que él mismo tuviera las agallas de interrumpirlos, probando si era capaz de llamar a su pareja, que embestía incesante, pero no fue así, no los frenó, simplemente vio cómo el rostro de la persona a la que más quería y había querido en mucho tiempo se convertía en una mueca avergonzada, pero no arrepentida, todo justo antes de que empezara a despotricar escusas baratas que no le servían de nada, pues sabía lo que acababa de ver. "Ah, Hoseok, cállate" fue lo primero y último que le dijo. Tanta verborrea le comenzaba a dar jaqueca.

Al contrario de lo que podía llegar a parecer, Taehyung no era alguien insensible, frío o cortante. Era demasiado inocente a veces, otras demasiado infantil, otras simplemente un adulto que disfrutaba de su vida y tiempo. Tenía sus facetas cariñosas, agradables y amistosas. Al igual que como cualquier otra persona en su misma situación se hubiera sentido, se encontraba tan dolido y humillado que era incapaz de conectar dos palabras seguidas. Sentía que a la mínima podía romper a llorar, de tanto revivir aquella escena los ojos se le comenzaban a nublar.

- ¿Qué pedirá? - agradeció internamente al camarero, que lo había devuelto a la realidad interrumpiendo el séquito de pensamientos y recuerdos junto a Hoseok, que comenzaban a aglomerárse de golpe en su memoria. Recordaba momentos como su primera cita en aquel asqueroso restaurante en medio de la nada, que les había provocado una grandiosa y terrible intoxicación a ambos, cosa de la cuál, una vez pasado el mal trago, se reirían en su segunda cita, aquella del cine que les llevaría a la tercera en el parque de atracciones dónde detrás de un matorral, Hoseok echó hasta la primera papilla después de subirse a la atracción de las tazas giratorias.

- Ehm - carraspeó sentándose mejor en la silla, parpadeando intentando librarse de esas lágrimas que amenazaban con salir -. Un té, porfavor.

- ¿De qué lo querrá? - preguntó el camarero levantando la vista de su libreta, mirando a aquel chico de pelo algo rizado y negro, que parecía tener la cabeza en otro lugar.

Paper [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora