2. El tres.

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Mi cuerpo se quedó muy quieto, sentí que me paralicé, hasta que él habló:

─Buenas tardes, ¿Se encuentra el señor Cruz? Mi padre me ha pedido que le entregue esto de inmediato. ─

Su tono de voz era suave pero firme, con una entonación muy elegante.
Me sentí mal al no haberle saludado propiamente cuando abrí la puerta, pero en este punto pensé que ya no era necesario.

─Sí claro, yo se lo puedo entregar─

─No, preferiría dárselo en persona, para cerciorarme de que la reciba─

─Oh claro, un momento, le voy a hablar─

Entrecerré la puerta y me dirigí hacia el comedor, me quedé callada cuando llegué a la mesa, pensando en qué decir.

─Hummm...un...ah...un muchacho te busca en la puerta papá... ─ le dije insegura de los datos de aquel chico y mi padre inmediatamente se levantó y caminó rápido a la puerta.
Se escuchó cuando se cerró la puerta y lo vimos volver con una grande sonrisa en su cara.

─Tal como lo esperaba, Philip Carter, tan propio como siempre. ─

Era la invitación a su casa, y como había dicho mi papá, sus palabras eran muy propias...no sé exactamente que quiera decir eso, pero para mi se refiere a que es muy formal.
Mi padre nos leyó el contenido de la carta, con una interpretación muy peculiar con respecto a las palabras muy formales. Nos tenía a todos riendo, aunque yo no entendía ni una sola palabra que decía.

Ir a la casa del señor Carter me emocionaba y al mismo tiempo no. Sentía que sería otra cena aburrida a la que nos llevaban mis papás siempre, de esas que no te queda de otra que convivir con personas mayores, que tienen la mente cerrada y son bien juzgones.

Mi desilusión con el chico de esta mañana se había esfumado casi por completo, al menos por esos momentos. Ni me acordaba que me habían dejado plantada el día de hoy.

Pero no importa, yo no iba a florecer con el agua y luz de alguien más, yo ya tenía eso. Sólo tenía que esperar.
Perdón, se me salió lo cursi.
Pero sí, a lo que me refería es que no me iba a aferrar a alguien que ni al caso.

El resto de la tarde hice algo de tarea y me puse a ver una película.
~~
Desperté con la luz del sol, supongo que me quedé dormida viendo la película.

Por fin era sábado.
Estaba decidiendome si levantarme ya, o me esperaba otro rato. Opté por la segunda opción.

Me quedé ahí tirada en la cama hasta que escuché que alguien tocaba la puerta de mi cuarto, me levanté para abrir y el que estaba ahí era mi hermano.

─Buenos días niña, necesito que me acompañes a la tienda, no hay para desayunar. ─

─Está bien, dame cinco minutos.─

Acomodé las cobijas de mi cama para que se viera alzada y que mi madre no me dijera nada, y luego me puse una pantalonera, una sudadera y una cachucha, pues no me iba a peinar tan temprano. Fui al baño rápido y cuando salí acompañé a mi hermano a la tienda.

Estaba nublado y el viento hacía el ambiente sombrío.

Intenté no separarme mucho de mi hermano, a pesar de que por un paso que daba él, yo tenía que dar como tres.
Me sentía muy cansada, ni siquiera sabía por qué, pero eso de intentar alcanzar a mi hermano, por un momento no me importó.
Me quedé parada en la esquina de una calle, para ser más específica estaba 3 calles delante de mi casa.

Miré a la izquierda para ver si se encontraba alguien cerca, y vi un carro color café, estacionado, con las intermitentes prendidas y alguien adentro observándome.

No lo pensé dos veces y me eché a correr para alcanzar a mi hermano.

Para mi suerte, no me seguía el carro.

Al dar vuelta en la calle donde se encontraba la tienda, una figura muy alta, con una gabardina café y un sombrero blanco se topó conmigo, y aunque lo intenté esquivar, la velocidad que yo traía, comparada con la de él fue el punto clave para que los dos cayéramos al suelo.

Caí con mi cara al suelo, y de no haber sido porque puse mis manos antes, me hubiera partido el hocico.

Mis palmas se rasparon contra la banqueta, logrando así, que brotara un poco de sangre de ellas.

Me levanté poco a poco, algo adolorida por el impacto contra el suelo y volteé a ver hacia la derecha, estaba una persona tirada, así que me acerqué un poco más de lo que ya estaba y la observé.

Parecía inconsciente. Tenía el cabello muy largo, color rojizo, su piel era morena y alcancé a notar que traía un poco de maquillaje, muy natural. Al lado de su cabeza, se encontraba el sombrero blanco.

Abrió los ojos, muy lento. Tenían un color impresionante, de lejos se veían completamente blancos, pero al acercarte, se notaban pequeños destellos cafés, amarillos, verdes y rosas. Como si tuviera efecto tornasol.

Cuando me vio parada a un lado suyo, se intentó levantar de inmediato. Sin embargo, no pudo, soltó un quejido y se sujetó el brazo izquierdo.

─¿Te encuentras bien? Déjame te ayudo─ le dije rápidamente, al mismo tiempo que le ofrecía mi mano para levantarse.

Levantó su mano para agarrar la mía. Y vaya, cada vez me sorprendía más la apariencia de ella, o él, o como se identifique.
Su mano sólo contenía tres dedos. No lo pude notar antes, gracias a que la manga de la gabardina, le cubría casi por completo.

Le ayudé a levantarse. Se sacudió la ropa y recogió su sombrero.

─Perdón, no me fijé por don...─

─Cayendo la noche, escucha atentamente. Tres golpes en el coche, volarán de repente. Salvar el alimoche, que cae violentamente. Sin alguien que reproche, muere sangrientamente. ─interrumpió con ese discurso incoherente.

─¿Qué?¿De qué habla?...segur... ─

─Cayendo la noche, escucha atentamente. Tres golpes en el coche, volarán de repente. Salvar el alimoche, que cae violentamente. Sin alguien que reproche, muere sangrientamente. ─volvió a interrumpir desesperada, tomándome por los hombros y mirandome fijamente a los ojos. Sus pupilas se encogieron, sus iris parecian cambiar de color. Sentí el disparate que contaba en susurro, entrar por mis oidos y recorrer mis nervios.

Me solté lo más rápido que pude e intenté correr lejos, pero me tomó por el brazo y me entregó un trozo de tela roja, con una forma triangular, que parecía rasgada.

Le mire una última vez a los ojos y corrí hasta la tienda. Llegué agitada y busqué rápido a mi hermano, quien por suerte ya estaba pagando. Lo abracé en cuanto llegué a su lado.

─¿Qué traes? ¡Suéltame! ─

─No sabes lo que me acaba de ocurrir, fue lo más extraño que pudo pasarme en la vida...─

─Ni quiero saber─ contestó cortante. ─Anda vamos a la casa que traigo mucha hambre─.

Vi el carro café de nuevo y dentro se encontraba la misma silueta viendome junto a la persona con la que había chocado minutos atras.

Me detuve a verlos, pero inmediatamente arrancó el carro y se fueron de ahí.

Holaa. He vuelto con otro capítulo, espero que les guste y esperen por más.
No les prometo que llegará pronto, pero tataré de que sí lo haga.

Gracias por leer :D
-mYouDid

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2021 ⏰

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