𝙲𝚊𝚙. 2: 𝚂𝚝𝚊𝚛𝚝 𝚘𝚟𝚎𝚛

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Dos días antes.

Mina no podía estar más feliz con su vida laboral y lo mismo sucedía con su vida sentimental; hace meses se había comprometido, sus proyectos iban viento en popa y recientemente había conseguido un aumento en su sueldo. Finalmente, todo marchaba bien para ella.
La siguiente semana comenzarían los preparativos de boda y la búsqueda junto a Chaeyoung de un hogar más espacioso para vivir después de la boda.
La arquitecta lo tenía todo planeado, definitivamente nada podía salir mal, o más bien, nada debía salir mal. 

- ¿Qué piensas de buscar un lugar que tenga cinco habitaciones? -preguntó Mina a su prometida, quien mantenía su vista fija en la pantalla del iPad en sus manos.

- ¿Cinco habitaciones? -Mina asintió. - ¿No son muchas para una casa de dos?

- ¡Para nada! Nuestra habitación, un estudio para ti, un estudio para mí y una habitación para las visitas -explico y Chaeyoung asintió aún mirando la pantalla.

- ¿Y la habitación restante? -Mina sonrió y le mostró un boceto que mantenía en su libreta.

-Sería mi habitación de videojuegos. -Respondió con una gran sonrisa. -Incluso ya hice un plan de como podrían estar las cosas colocadas. -Explicó mostrando los componentes de su boceto. -Aquí estaría el televisor y frente a él un sillón, después por este lado estaría mi escritorio para el computador y junto a él la silla... -La explicación fue interrumpida por la risa de Chaeyoung.

-Definitivamente no tendremos esa habitación -Mina frunció el ceño -Mina, no te lo tomes a mal, pero... Sería una pérdida de espacio, amor. En realidad, yo no pensé que tuvieras planeado el mudar tus consolas.

Esta vez la risa irónica provino de la nipona.
- ¿Y en donde piensas que las dejaré? -Preguntó y Chaeyoung se encogió de hombros.

-En casa de tus padres, o donarlas a un orfanato, ¡Yo que se! No es como que me importe mucho, a decir verdad. -Respondió con un tono irritado.

Mina de inmediato negó y dejó a un lado su libreta; estaba lista para cualquier discusión que se diera en el momento.

- ¿Sabes cuanto he invertido en ellas? ¡Bastante! No las voy a dejar en casa de mis padres para que simplemente se llenen de polvo y dejen de ser usadas. En ese caso prefiero dejárselas a Sana o a Momo.

- ¡Ahí está! Regálaselas a Momo. -De nuevo dirigió la vista a su iPad. -No es tan difícil pensar, amor.

La japonesa nuevamente resopló, contando del 1 al 100 para deshacerse de aquel nudo en su estómago sin comenzar una pelea que era totalmente innecesaria.

- ¿Y por qué no dárselas a Sana?  -Preguntó a la defensiva.

Chaeyoung se encogió de hombros y rio antes de hablar.

-Creo que para los videojuegos se requiere tener cierto nivel de intelecto que Sana no posee. -Se burló con gran intención.

Mina viró los ajos ante aquel comentario. Si había algo que le molestaba a sobre manera era que Chaeyoung siempre ponía en duda el intelecto de Sana aun y cuando la japonesa se había graduado de La universidad de Seúl con uno de los mejores promedios y poseía un puesto mucho mejor al de Chaeyoung en la empresa donde ambas trabajaban. Y le irritaba lo hipócrita que sonaba su prometida al hacer esos comentarios de Sana, ya que siempre que necesitaba algo era a ella a quien siempre recurría, y claro que Sana siempre accedía a ayudarla.

Tiempo actual.

El domingo había llegado y Mina se había refugiado junto a Momo desde el sábado por la mañana.
Sana, por su parte, entendía completamente que en aquel momento Mina estuviera resentida con ella; puesto que había encubierto, sin saberlo claro está, la infidelidad de Chaeyoung. Y si Mina no hubiera desconfiado, probablemente Chaeyoung hubiera seguido viéndole la cara a Mina por mucho tiempo más gracias a Sana y sus encubrimientos.

Daylight  •Misana/2na•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora