Alex y Luka se encontraban abrazados mientras estaban sentados en uno de los muebles que se situaban en su pequeña terraza, en espera de las luces que dentro de poco iluminarían festivamente el cielo nocturno.
"Hoy habrán fuegos artificiales" dijo Luka, luego de unos minutos de silencio en los que se debatió mentalmente en cómo debía de empezar la siguiente conversación.
Claramente no eligió la mejor opción, porque resaltó algo que era demasiado obvio y ahora Alex se encontraba mirándolo con el ceño fruncido mientras se preguntaba si su novio estaba sufriendo un lapsus mental de nuevo o simplemente iba a decir otra de sus tonterías.
"Ya lo sé, se supone que por eso estamos aquí"
"Sí, pero, ya sabes..." Luka suspiró y luego le regaló una sonrisa nerviosa a su pareja. "Cuando nos declaramos el uno al otro habían fuegos artificiales"
"Ujum"
"Y... nuestro primer beso fue ese mismo día, con los fuegos artificiales al fondo"
"Lo recuerdo perfectamente" dijo Alex mientras lo miraba dudosamente, pero su corazón empezó a acelerarse al entender el rumbo que tomaba la conversación.
"Y nos hicimos novios en aquel viaje a la playa, donde hubo fuegos artificiales. Y la primera vez que..."
"¡Ya entendí, Luka! Cada paso importante que hemos dado en nuestra relación ha sido en medio de fuegos artificiales" interrumpió Alex apresuradamente mientras su rostro se tornaba rojizo y Luka sonreía aún más grande, pero ahora mirando a su novio con la ternura que lo caracterizaba.
"Entonces, ¿ya entiendes lo que trato de decir?" sus corazones latían con fuerza y sus sonrisas se ensanchaban cada vez más.
"Más o menos me hago una idea. Pero, anda, quiero oír el discurso cursi que tienes preparado"
Luka resopló mientras palpaba en los bolsillos de su chaqueta en busca de la pequeña caja, aliviándose al sentirla y felicitándose a sí mismo por no haberla perdido. Porque él era muy despistado y de lo nervioso que estaba, no se hubiera extrañado si hubiera dejado la caja dentro del refrigerador, de alguno de sus zapatos o incluso en la lavadora, que nunca utilizaba.
"Bueno, lindo, en efecto tenía un discurso preparado pero ya se me olvidó" dijo el chico de ojos bicolor con vergüenza, pero sonrió al escuchar la risita de la personita que ahora se encontraba a su lado, mirándolo expectante en espera de sus cursilerías. "Pero, pensándolo bien, no hay mucho que decir"
Tomó un poco de aire mientras organizaba su mente y seleccionaba las palabras adecuadas.
"Te amo, Alex. Sabes que te amo tan intensamente que con sólo pensar en tu existencia siento que podría desmayarme de todo el amor que se acumula dentro de mí"
"Qué exagerado" dijo Alex negando con la cabeza mientras de nuevo emitía una pequeña y adorable risa.
Luka se encogió de hombros. "En realidad, la palabra 'amar' no hace justicia a todo lo que siento por ti. Te aprecio tanto, te admiro, te respeto. Eres más de lo que podría haber esperado; eres mi alma gemela, mi hogar, mi mundo, mi olor favorito, mi mejor recuerdo, el consuelo más cálido. No hay nada tan grande que pueda compararse ante mis sentimientos por ti, ni siquiera el mismo universo"
Hubo una pequeña pausa, en donde Luka sacaba con calma aquella caja de terciopelo negro y se arrodillaba frente a su chico, quien ahora se encontraba con los ojos muy abiertos y brillantes por las lágrimas acumuladas que trataba de retener.
"Quiero estar a tu lado el resto de mi vida, ángel. Y no sólo en ésta, también en la siguiente, y en la siguiente, y en la siguiente, hasta que sólo seamos dos almas vagando por el espacio. Pero siempre juntos, siempre uno al lado del otro. Siempre amándonos. Así que..."
Luka abrió lentamente la caja y Alex jadeó al ver el contenido.
"¡Son dos anillos de compromiso!"
"Pues claro, uno para mí y otro para ti. Recuerdo que alguna vez cierta personita me dijo que cuando se comprometiera quería que las dos personas en la relación usaran anillos, porque no era justo que sólo una lo llevara"
Alex rió quedamente mientras las lágrimas empezaban a fluir sobre sus mejillas.
Sí, le había dicho exactamente esas palabras al más alto tan sólo dos semanas después de haberse conocido, en medio de una conversación trivial. Siete años después, Luka lo recordaba perfectamente.
Era increíble, y para Alex significaba demasiado.
"En serio lo recuerdas..."
"Recuerdo todo cuando se trata de ti, Ale" habló suavemente Luka.
Pasaron unos segundos cuando de repente el bicolor se levantó de golpe, sobresaltando a su pareja.
"Pero, oye, si hay dos anillos entonces lo justo sería que tú también me pidas matrimonio"
El chico de baja estatura quedó perplejo por unos segundos y luego sonrió nerviosamente.
"¿Quieres que me arrodille y te diga palabras cursis? Sabes que eso no va conmigo"
"Sólo que digas cursilerías. Con tu altura no es como si hubiera mucha diferencia con que te arrodilles" rió alegremente cuando sintió un golpe en su abdomen, que no dolió en absoluto. "Anda, pídeme matrimonio"
Alex se quedó pensando alrededor de unos minutos y luego resopló.
"Lu... yo... r-realmente agradezco mucho el que tú seas la persona a la que proclamo el amor de mi vida. No hay nada que se sienta más correcto que la sensación de saber que existes; que existes y estás conmigo. Nunca importa qué es lo que pase, esta vida siempre ha pertenecido a nosotros dos. Estamos destinados a amarnos y, definitivamente... te entregaré todo mi amor en esta y en todas las vidas que tengamos por delante" hizo una pequeña pausa y luego sonrió enormemente. "Quiero casarme contigo, Luka, ¿me permitirías ese honor?"
El más alto suspiró mientras sentía como sus lágrimas se agolpaban y, suavemente, dijo: "Sí, por supuesto que me quiero casar contigo"
Luego de colocarse sus respectivos anillos, ambos se besaron, bajo el cielo que ahora era decorado de diferentes colores.
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Cielo de Colores
Teen FictionDicen que cuando dos personas destinadas a estar juntas se encuentran por primera vez en un mismo lugar y en el tiempo indicado, cosas maravillosas ocurren a su alrededor. Cuando Luka vio a Alex por primera vez, sintió como si en torno a ellos hubie...