Luego Del Capítulo 43

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«El corazón de Yashiro se detuvo en seco. Había escuchado bien, estaba seguro de ello... O tal vez, ¿no lo estaba?

—¿Qué dijiste? —Preguntó, sosteniéndole la mirada a Doumeki.

—Acuéstese conmigo —le respondió este sin ninguna vacilación, sorprendiéndose así por la actitud irreverente de aquel hombre que lo miraba de manera intimidante, cual tigre que acababa de acorralar a su presa—. Ya que nada ha cambiado —continuó Doumeki—, ¿qué podría costarle el hacerlo con alguien que no es ni siquiera su subordinado?

Yashiro ladeó la cabeza con aquella expresión fingida en su rostro, misma con la que lograba confundir a su entorno cuando buscaba ocultar su verdadero sentir. Sus palpitos retumbaban en su cabeza, al tiempo que rogaba por que Doumeki fuese incapaz de escuchar su corazón desbocado, todo lo que había perdido sería en vano si cedía.

Cubrió el lado izquierdo de su cara mientras una sonrisa maquiavélica se dibujaba en sus labios. Era mejor la oscuridad que la figura de Doumeki frente a él.

—Quítate —dijo con firmeza al poner la mano sobre el marco de la puerta, amenazando con un dar un paso.

—Al menos deme una respuesta, Yashiro-San —habló Doumeki, pegando su rostro al suyo—. ¿Acaso no puede hacerlo conmigo?

El aliento de Doumeki golpeó la piel de Yashiro, seguido por el roce de aquella mano carente de meñique sobre su mejilla. Doumeki estaba demasiado cerca. Demasiado para soportarlo.

Impulsivamente, Yashiro apartó la mano de un golpe, dando tres pasos hacia atrás que revelaban lo aterrado que estaba. Doumeki entró en el ofuro, ignorando que aún llevaba sus zapatos, y se acercó, acorralando así a Yashiro. No había escapatoria.

El lugar donde Doumeki había tocado ardía como los mil infiernos, incluso si llevaba aquellos guantes que nunca antes había usado ante él.

Uno, dos, tres pasos, fue lo que avanzó Doumeki quedando solo a un movimiento de distancia.

—Parece que sí ha cambiado, Yashiro-San —le dijo destruyendo la burbuja por completo con aquel último paso—. Antes, usted no se habría negado a abrir las piernas. ¿O me equivoco?

Doumeki tomó el rostro de Yashiro con fuerza y lo besó mientras lo rodeaba con su otra mano, liberando los deseos reprimidos que había guardado para sí durante cuatro años.

Yashiro comenzó a forcejear desesperado. El suelo mojado del ofuro no fue más que una trampa para él. Por segunda vez en la noche, había perdido el equilibro. Doumeki, preocupado por que Yashiro se hubiese lastimado, reveló su naturaleza al alejarse para preguntarle si estaba bien. Error de aquel que no sabe ser cruel.

Este espacio fue el detonante para Yashiro, quien, con violencia, le asestó una patada baja a Doumeki, obligándolo a caer de rodillas. Si había dejado de ser impotente, estaba a punto de volver a serlo.

Aún desorientado, Yashiro corrió al salón del baño para buscar sus prendas. Estando todavía mojado y con dificultad, se puso el pantalón y la camisa, procurando que esta quedara dentro de la pretina del primero. Observó como Doumeki se incorporaba para venir a él. Enfurecido, se acercó y le propinó una cachetada; aunque sus dedos sólo reposaron en la piel por una milésima de segundo, fue suficiente para sentir el relieve de la cicatriz, que alguna vez había sido herida abierta y que su lengua había saboreado.

—Escúchame bien —lo tomó por la corbata—. Ni siquiera por los viejos tiempos, te atrevas a hacer esto de nuevo. Incluso si soy un baño público, yo elijo quién me usa.

Tras aquellas palabras y sin imprimir mucha fuerza, empujó a Doumeki, quien lo miraba consternado. Se puso la corbata sin apartarle la mirada, para después ponerse el chaleco y las medias.

Salió del baño con el saco en mano y el cabello algo desordenado. Nanahara, que estaba al otro lado del pasillo con Kamiya en medio de algo que parecía ser una discusión, se quedó inmóvil al ver la expresión en su rostro. Lo único que se le cruzaba por la cabeza era: Doumeki.

—Nos vamos.

—¡¿Qué?! —Soltaron Nanahara y Kamiya al unísono, entretanto Yashiro se ordenaba el cabello.

—Que "nos vamos", dije —repitió Yashiro rumbo a la salida.

—¿No es acaso de mal gusto irse cuando se es un invitado de honor? —Tsunakawa apareció exhalando el humo de un cigarrillo que se enredaba entre sus dedos.— Esperaba más del jefe del Shinseikai.

—El Shinseikai ya no existe, y usted y yo tampoco estamos relacionados; por ende, no son necesarios los honores —replicó Yashiro, mirándolo por sobre su hombro izquierdo—. Nanahara, al auto —insistió.

Su subordinado se excusó con los presentes antes de seguir las indicaciones. Yashiro caminó hacia el gran portón que aún no se abría.

—No, Doumeki, déjalos.

A sus espaldas escuchó a Tsunakawa dirigirse a Doumeki. Así que había tenido las agallas para dar la cara después de todo. La puerta eléctrica finalmente se abrió y Nanahara se adelantó al auto, seguido por Yashiro.

Una vez en la coraza de metal, Nanahara bombardeó al jefe con inapropiadas preguntas, pero este, a través del retrovisor, más que molesto por su imprudencia, lucía absorto en sus pensamientos.

En la residencia de Tsunakawa, Doumeki regresó al baño tratando de aferrarse al aroma que Yashiro había dejado. No lograba entenderlo. Golpeó con brusquedad la pared tratando de comprender cuál era la forma correcta de mover cada ficha. Siempre había un baño de por medio, y solo una vez, Yashiro no se le había escapado como agua entre sus manos.

Dentro del auto, Yashiro trataba de recobrar la compostura. Ante él había surgido un Doumeki nunca antes visto que, de una forma irracional, lo excitaba; sin embargo, aquel vacío al preguntarse si el "Doumeki Vainilla" ya no existía, parecía imposible de llenarse con la nueva versión. Muy dentro de sí, en su interior, aunque fuera incapaz de aceptarlo, quería aquel afecto que sólo Doumeki había estado dispuesto a darle.

Su caótica existencia, a sus ojos, no tenía arreglo. Todo habría sido más sencillo desde un comienzo si Doumeki nunca hubiese abierto la puerta de su oficina; porque para Yashiro, el primer encuentro, sólo podía significar el comienzo de la despedida.»

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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Saezuru Tori Wa Habatakanai - One Shot (Cp. 43)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora