Laila despertó, se quitó las cobijas que la envolvían por completo. Su pijama holgada y su cabello desordenado eran característicos en ella cada mañana.

Tomó sus cosas y se alistó, se puso el uniforme escolar, y prosiguió al lavabo para cepillar sus dientes.

Bajó a la cocina, y miró en la mesa que su desayuno ya estaba preparado, junto a él, una nota de su madre, indicándole que había ido a trabajar y que regresaría más tarde de lo habitual. Algo común en la vida de Laila.

Laila ignoró el desayunó y salió de su casa, dirigiéndose hacia el autobús que la llevaría a la preparatoria.

Tomó asiento casi hasta atrás del mismo, y se colocó sus auriculares. Cerrando sus ojos para poder disfrutar de su viaje hacia la escuela.

Sintió un ligero golpecito en su cabeza, abrió sus ojos y se encontró con un chico de ojos verdes. Vestía el uniforme de su escuela.

-Ya llegamos, tenemos que bajar. A menos que quieras saltarte las clases.

El chico dio una ligera sonrisa y bajó del autobús, seguido de ella, quien aunque estaba un poco desorientada, le gritó al conductor para que abriera la puerta y pudiera salir.

Se había avergonzado por quedarse dormida. Y más aún que la tuvieran que despertar. 

Ella caminó rápido para alcanzar al chico, quería agradecerle por haberle avisado. Tocó su hombro ligeramente, haciendo que el muchacho se detuviera.

-Gracias... por haberme despertado...

El chico solamente la miró y le asintió con la cabeza.

Una voz ajena interrumpió el momento, gritando el nombre de Laila. Era su mejor amiga Ashley.

Ella se giró para saludarlo, y cuando regresó su vista hacia el otro chico, éste ya no estaba, él estaba unos metros más adelante.

-Hey, ¿qué te pasó? –Miró algo burlona a su amiga.

Laila no entendió por qué le decía eso.

-¿A qué te refieres?

-Mírate en un espejo.

Laila sacó un espejo de su mochila, haciendo una cara de horror. Pues estaba totalmente desaliñada, cabello despeinado, y su labial se había corrido un poco por la comisura de su labio. Además de una marca en su mejilla.

-¡No puede ser!

-Descuida, la belleza de la preparatoria a pesar de que sea descuidada, sigue viéndose hermosa como siempre.

Así es, Laila era conocida por muchos de su escuela, pues realmente destacaba entre las chicas de primer año. Muchas veces ella recibía confesiones de chicos de otros grados e incluso de chicos ajenos a su instituto.

Laila no tenía mucho interés en tener una relación, por lo que siempre rechazaba a los que se confesaban. Y ella en forma de disculpa, les regalaba un panqué hecho por ella al día siguiente.

Muchos incluso aunque sabían que iban a ser rechazados, se confesaban para degustar ese postre elaborado por ella.

Aunque ella era popular, seguía siendo una chica algo introvertida, una chica que no era engreída. Además de ser amable y considerada con sus compañeros de clase.

Ambas se dirigieron al salón de clases.

-Oye, ¿quién es ese que está sentado junto a tu lugar?

Laila miró hacia su asiento, donde junto a este estaba un chico recostado en la mesa.

-No lo sé... ¿será alguien transferido?

Ambas se dirigieron a su lugar, y Laila dejó sus cosas. Miró al chico que estaba posiblemente dormido, así que ella para no despertarlo intentó hacer el menor ruido posible. Al terminar de dejar su mochila, caminó hacia el lugar de Ashley. Como de costumbre, pues ellas platicaban en lo que daba la hora de clase.

Pero sintió un agarre sobre su muñeca.

Ella giró y se dio cuenta de que el chico que estaba "dormido", era el mismo chico que se había encontrado en el autobús en la mañana.

-Ah, ¡eres tú! –Dijo ella con asombro.

-Veo que ya te arreglaste...

Laila se ruborizo, recordando su aspecto al bajar del autobús, pero se percató de que el uniforme del chico, en la parte donde está el pecho, estaba el emblema de la escuela. Y ella recordó de inmediato la marca en su mejilla.

¡No puede ser!, me quedé dormida encima de él...

Ella se avergonzó demasiado que se soltó del agarre del chico y se dirigió hacia la puerta, saliendo del salón de clases.

Su corazón estaba acelerado, se había avergonzado demasiado. Además sin mencionar que aquel chico, le había generado una atracción instantánea a Laila. Cosa muy extraña en ella. Pero a su vez, sentía como si ya lo conociera de algún lado.

Al inicio de la clase, el profesor dio aviso de que un nuevo compañero se había incorporado a la clase. Así, el chico se presentó delante de todos.

Su nombre era Oliver. Y era un chico que había regresado de Francia. Por lo que la teoría de que Laila ya lo había conocido antes se había descartado.

Durante el descanso, el mejor amigo de la infancia de Laila se había acercado a ella.

-Hey, ¿por qué no me esperaste para irnos juntos? –Le dio un ligero golpe con su botella de agua.

Laila se quejó al instante. –Ya te dije que no quiero causar malentendidos con tu novia... la otra vez se molestó conmigo porque pensó que me acercaba mucho a ti... Sería más extraño si seguimos llegando juntos.

-Ya hablé con ella, y le dejé en claro que tú eres como una hermana para mí.

-Sé responsable. No quiero verme involucrada.

-Sí, esa chica da miedo Dereck... -Afirmó Ashley.

-¡Dereck! –Se escuchó la voz chillona de una chica, sí, la novia del mencionado.

Ella se acercó a ellos y miró con disgusto a Laila. Mientras tomaba del brazo a su novio.

-Me tardé buscándote... vamos a comer juntos –Dijo con su característica voz "tierna" hacia el chico.

-De acuerdo, nos vemos. –Se despidió de las chicas. Mientras ellas veían como se alejaba.

-No entiendo por qué sigue con ella... su actitud es desagradable. -Mencionó Ashley.

-Es porque se asemeja mucho su físico al de Laila –Ambas escucharon a Lily mientras se acercaba con su comida  a sentarse con ellas.

Lily era la prima de Dereck, y también era amiga de Laila y Ashley. Aunque no iban en la misma clase.

-¿De qué hablas? –Dijo Laila.

-Mi primo es un idiota... le gustas, pero aun así no se atreve a decirte. Y por eso, cuando su novia se le confesó, él decidió salir con ella. Porque es algo similar a ti, pero obviamente no es lo suficientemente hermosa y de buen corazón como tú.

-Vaya, no lo había visto de ese modo –Miró a Laila confirmando la teoría que su amiga había dicho.

-No digan tonterías. Dereck y yo hemos sido amigos desde prácticamente toda la vida. Es imposible que eso sea cierto.

Las dos chicas se miraron resignadas.

Laila continuó comiendo, hasta que sintió que alguien la miraba. Cuando sus ojos se encontraron con esa mirada, le pertenecía a Oliver.

Ella se sonrojó al instante, y giró su cabeza en dirección a su comida.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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