1: Antes

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Yuan entraba al departamento que no podía llamarse un departamento, más bien una gran habitación que compartía con su mejor amigo, Jingyi, el mencionado estaba sentado en su cama, con la mirada perdida.

El ambiente era pesado en la habitación, según Jingyi tenían un fantasma acosándolos. Era curiosa la forma en la que podía decir eso en broma cuando podría ser cierto. Y no es que creyeran en esas cosas, pero a veces hay que creer en el destino, el universo y... las brujas.

Jingyi le decía todos los días que deberían bendecir la casa o traer a alguien que pudiera traerles paz. Puesto que al parecer el fantasma se divertía molestando a ambos, sobre todo, a Yuan.

Hacía caer las cosas de manera que lastimaran al de cabellos oscuros. Había llegado incluso, mientras Yuan leía en su cama, estamparle el libro que leía en la cara. En el momento pensó que tal vez sería por el cansancio, o que las cosas caían y las puertas se cerraban solo porque al menor le gustaba mantener las ventanas abiertas, aunque a Yuan le diera frío regularmente.

Mientras Yuan pensaba las cosas que ocurrieron últimamente con ese "fantasma" mientras cambiaba su camisa y pantalones de vestir a una cómoda pijama blanca con bordados rojos de nubes en las terminaciones de las mangas y tobillos.

Soltó una risa al ver a su amigo batallando para abrir una botella de soda. Mientras el microondas soltaba ese pitido insoportable indicando que las sopas instantáneas estaban listas, Jingyi encendía la televisión mientras Yuan ponía la mesa plegable y sacaba cubiertos para ambos.

Una banal conversación inició mientras comían, ambos hablando sobre su día, incluso hacían comentarios a la película que estaba en la televisión.

Yuan pidió silencio para la siguiente parte, no era su película favorita, pero consideraba esa escena como una digna de premios, cuando la protagonista estaba a punto de decir la célebre frase, se cambió de canal. Yuan dio un pequeño gruñido, era la tercera vez en la semana y era martes. Jingyi interrumpió el incómodo silencio.

Jingyi: definitivamente te odia, ¿ahora quieres donde la bruja que te conté el sábado? –dijo entre risas mientras comía

Yuan: sigo sin confiar del todo, sería mejor si vamos a verle antes de traerle aquí ¿no crees? –dijo mientras seguían comiendo

Jingyi: mn, iremos mañana, no aceptaré un no o le diré a Zizhen que venga a vivir aquí, y estoy seguro que tu no quieres eso –dijo amenazándolo con su cuchara.

Yuan: tengo suficiente con verlos ser tan cariñosos, aun no entiendo por que no vives con él.

Jingyi: es que su departamento está muy lejos, no entiendo cómo llega tan temprano, vivimos a 3 cuadras de la universidad y siempre soy el último en llegar a mi clase –dijo con un puchero mientras se levantaba para desechar el envase de plástico.

Yuan solo rio para también levantarse a lavar los cubiertos y vasos usados. Una vez terminada esta acción ambos fueron a sus respectivas camas, la televisión seguía encendida, pero ambos estaban distraídos, Jingyi en su laptop leyendo y Yuan en su celular viendo las fotos que su padre le había enviado de lo que había hecho hoy.

Sonrió ante la imagen de su padre sonriendo ante la cámara mientras que en el otro lado de la mesa su otro padre tenía la frente pegada a la mesa, claramente ebrio, estaban de viaje y solían enviarle fotos, siempre "prometiendo" que lo llevarían al siguiente viaje. Él ahora estaba en la universidad, no podía tomarse días libres, así como así.

Conectó su celular a su lado para el día siguiente mientras Jingyi apagaba la televisión y regresaba a su cama para cubrirse con su manta y volver a leer, pero esta vez en su teléfono, Yuan se tuvo que retener mucho para no decirle que la razón por la que siempre llegaba tarde era porque se desvelaba leyendo... no, en realidad, no quería saber que cosas estaría leyendo Jingyi, pero llegaba tarde y ese era el punto.

Empatía -Zhuiling-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora