capítulo único

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Sakusa Kiyoomi siempre se había considerado una persona sana, al menos físicamente, pues desde que tenía uso de memoria podía dar fe de que tenía alucinaciones. Sin ser tan dramático como sonaba, los cambios que veía radicaban en cosas pequeñas, detalles, objetos cambiándose de lugar, personas actuando de forma extraña y hasta personalidades o sucesos que habían o no ocurrido según el día. Era una locura, pero todo desaparecía y aparecía en un parpadeo, así que sin intención de parecer un loco a ojos de los demás, nunca había dicho una palabra sobre el tema.

Los pequeños cambios que notaba, si bien eran poco frecuentes e ínfimos para Kiyoomi, aumentaron exponencialmente mientras crecía, y con más gente interactuaba. Sintiéndose irritado mientras más aumentaban sus alucinaciones, por más momentáneas que fuesen, comenzaba a percatarse que se daban aún más durante los campamentos de entrenamiento, e incluso en los mismos torneos.

Siendo una de las primeras veces en que sus alucinaciones ya se salían del límite y le dejaban estupefacto, fue el día en que conoció por primera vez a Ushijima Wakatoshi. Tan asombrado por el modo de su higiene, tan rara vez visto en jóvenes de su edad, se enmarcaba en la perfección junto con el par de enormes alas que se desplegaban en la espalda del muchacho. Alas blancas y pulcras sólo existentes en la ficción de su memoria, puesto que al Ushijima salir y Sakusa voltear a verlo otra vez, no había más que el nombre de su equipo en su chaqueta.

Entre las visiones más significativas que podía ya sin dudas comprobar que estaba volviéndose completamente loco, era una que había sucedido mientras observaba un partido durante su segundo año de preparatoria. Aunque se había acercado para corroborar con sus propios ojos qué tan bien se las arreglaría el equipo que le había negado el pase a las nacionales al respetado y consagrado Shiratorizawa de Miyagi, lo que llamó su atención fue en realidad el colocador rival, Miya Atsumu.

Habiéndole aparentemente robado el "ataque especial" a Karasuno, así como en un cerrar de ojos los gemelos habían anotado un punto, repentinamente Sakusa podía ver con lujo de detalle como el armador de Inarizaki adquiría cierta característica animal. Con lo que parecían orejas puntiagudas de zorro y un rabo esponjoso, Miya Atsumu dejaba claro que lo que portaba no era utilería, pues contento al haber logrado su maquiavélico cometido, Kiyoomi pudo oír como Atsumu reía, pero reía chillonamente como si de un sonido genuino de zorro se tratase.

Con el ceño fruncido y la vista filosa para mantener esa visión sólo un momento más, observando la cola esponjosa regodearse con mentalidad propia mientras todos los demás se preparaban para la próxima jugada, Sakusa bufaba al tiempo en que caía en cuenta de que aún si escuchaba hablar al resto con normalidad la risa chillona de Atsumu como zorro persistiría en sus oídos. Pésima manera de confirmar que sus alucinaciones llegaban hasta el grado auditivo.

Claro que para lo que él consideraba como su desgracia, no sería la última vez que sus alucinaciones aparecerían alrededor del Miya que consideraba más problemático. Siendo de la misma generación y de un parecido talento como dedicación por el deporte, coincidieron en varios campamentos de entrenamientos, torneos e incluso hasta en la liga profesional.

Siendo la cereza del pastel el haberse encontrado en las pruebas del mismo equipo e incluso ambos siendo fichados, parecía no ser suficiente para el universo también enviarles a Bokuto Kotaro en su equipo, para al menos tener algo en común y acordar que él sí que era insoportable. Más no siendo suficiente, todo lo que les quedaba eran los roces y altibajos que sus personalidades tan distantes como fuertes les causaban cada vez que podían.

Aun si ya habían pasado años e incontables situaciones juntos, Sakusa no dejaba de fruncir el ceño prácticamente cada vez que sus ojos tenían que dirigirse hacia Atsumu. Sea para estar atento a las jugadas o por el simple hecho de observarle, de alguna forma siempre se encontraba a sí mismo con la mirada en dirección al armador, por supuesto quitándole la atención que no merecía de inmediato en cada ocasión.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2021 ⏰

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