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—¡Baja a desayunar!—Se escucha el grito despertador del padre de Kuro Smith

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—¡Baja a desayunar!—Se escucha el grito despertador del padre de Kuro Smith. Un adolescente de 16 años de piel morena y alta estatura y que siempre tenía una sonrisa en su rostro con una mandíbula bien marcada; su cabello poseía unos rulos suaves y tenia ojos azules muy vibrantes. Se levantó de su cama y se colocó unos jeans y una camisa color rosa viejo que ocultaba todo su abdomen formado. Bajo las escaleras dirigiéndose hacía la cocina donde le dio los buenos días a su padre y asi poder devorar su delicioso desayuno—¿Quieres que te lleve hasta el Instituto?

—No pa, voy en autobús—Respondió el joven. El padre asintió y se sentó en la mesa con él para desayunar. Mientras leía el periódico, hacía un gesto de gracia y aprobación. Kuro lo miro con una sonrisa y le pregunto:

—¿De que te ríes?

—De esto, mira—Contesta pasándole el trozo de diario que estaba leyendo: "Matan una pareja gay en el aeropuerto de Dubái solo por estar tomados de la mano". La sonrisa del joven desapareció

—¿Y cuál es el chiste?—Pregunto Kuro de forma seria

—¿No lees?—Le quitó el diario—¡Por fin hacen algo al respecto!¡Todos esos homosexuales deben morirse!—Un cuchillo en el corazón sintió el muchacho al escuchar esas palabras. Su propio padre le deseaba la muerte. Su propio padre lo estaba rechazando indirectamente

—Oh, si—Soltó una risa falsa. Kuro era un chico feliz, su sonrisa blanca y perfecta era lo que destacaba de el en el Instituto; el mundo entero se preguntaba como un chico tan lindo aún no había tenido novia...lo que nadie sabía era que su corazón lo dirigía por "otro camino". Solo el sabía que era homosexual que se ocultaba aún dentro del closet y no tenía a nadie con quien compartírselo. Tenía amigos y amigas, pero sentía que si se lo contaba iban a rechazarlo. Rechazo. Ese era su gran miedo. Tampoco podía contar con su padre, era el hombre más homofóbico que conocía, y su madre, digamos que ya no está en el mundo de los vivos. Parecía un chico sin ningún problema, pero no es así, siente demasiado temor a ser rechazado lo que hace que le cueste abrirse al mundo

Salió de su casa y se quedó esperando al bus en la parada. Al subirse a este, se colocó los auriculares, inició su canción favorita, "Girls/Girls/Boys" de "Panic! At The Disco", su banda favorita, esa canción era su medicación, le levantaba el animo mágicamente y le encantaba el ritmo de esta, lo hacía sentir tan vivo

Al llegar al Instituto se dirigió hacia una de sus compañeras de arte para preguntarle sobre si había imprimido el trabajo para la clase, ella respondió y el rápidamente se fue al ver llegar al novio de la muchacha. No era amigo de ella pero si la quería como compañera y en clase intentaba acercarse con fin de amistad puesto a que la pobre no tenía amigos por culpa de su estúpido novio. Kuro se escondió para ver aquella escena en la que el idiota le levantó la mano a su propia novia y la dejo llorando en los vacíos pasillos. No iba a intervenir pero tampoco dejaría a la joven sola mientras lloraba, entonces se acercó

—Lamento que hayas tenido que ver eso—Le dijo la chica entre sollozos. Kuro no respondió, ella no tenía la culpa, y tan solo la abrazó, haciéndola sentir que no estaba sola—Gracias Kuro—Respondió casi en un susurró y con la voz temblorosa

—No hay de que Suki, no voy a permitir que te sientas sola—Respondió con voz dulce. Estuvieron abrazados hasta que tocó el timbre para ir a clases. Suki secó rápidamente sus lagrimas, se despidió de Kuro y se marchó, el joven también siguió su rumbo. Una sonrisa real se formó en sus labios al ayudar a su compañera de clases, quizás no eran muy unidos pero eso no significaba que no deba ayudarla. Podría sentirse como la mierda misma, pero su ánimo subía ayudando al otro sin recibir nada a cambio, sin duda, una grandiosa persona

La mañana paso algo rápida, ni se había dado cuenta que el día escolar ya había terminado

—Es un buen día para volver caminando—Se dijo a si mismo. Comenzó a dar pasos lentos, no tenía tanto afán de llegar a su casa, aunque se llevará bien con su padre, le bajaban completamente los ánimos de estar junto con él cuando hacía algún chiste como los de la mañana, le duelen, y más que vengan de alguien que adoraba tanto. Caminando por un parque de la ciudad, ve a un chico de unos 17 años aproximadamente que estaba en la calle, tenía ropa rasgada y se le veía que tenía frió, Kuro se acerca a éste, él joven lo mira con detenimiento, le da dinero con una sonrisa en su rostro y se quita la chaqueta, y sin dudarlo, se la da

—Gracias—Agradece el joven mendigo y le sonríe. Kuro se siente feliz, el hecho de ayudar al otro lo hacían sentir completo. El adolescente no responde pero transmite tanta paz solo con su mirada y su sonrisa sin necesidad de mostrar los dientes. Lo saluda y se va de ahí, aún con esa sonrisa que lo caracteriza. Podrá sentirse rechazado por toda la humanidad, podrá sentirse el bicho raro en la sociedad, pero a pesar de que siempre este con la cabeza puesta en el "que dirán" de su sexualidad, él solo es feliz ayudando a quien lo merece y lo necesita, cree que una buena persona puede llegar a tener su recompensa en algún momento, ese es su mayor sueño...ser aceptado

ser aceptado

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